Esta historia es una continiacion de Dead Outbreak: Crónica << click alli para leer
Espero Disfrutes...
Nico....
Abrió los
ojos, solo para encontrarse con el olor de velas aromatizantes y una envolvente
oscuridad. Sentía la cara, casi del todo adormecida.
Con un fuerte
dolor logró girar el cuello hasta ver lo que parecía una puerta. Podía, entre
la inmensa oscuridad, ver cómo por debajo y por las esquinas entraba algo de
luz.
Se puso de pie
y caminó hasta esta. Recorrió la superficie hasta encontrar un picaporte. Lo
giró y retrajo el brazo.
Se vio frente
a una habitación con muchas velas, en el rincón había un colchón de dos plazas
y allí un hombre sentado con un bebé en brazos.
Nicolás estuvo a punto de iniciar una avalancha de preguntas, pero el hombre
puso el índice frente a su boca para pedirle que por favor hiciese silencio.
Luego con la misma mano le apuntó hacia una puerta.
Nico no pensó
en contradecirlo, en aquel momento ni siquiera estaba seguro de quien era, se
sentía dopado. En su camino hacia la puerta pasó frente a un enorme cuadro que
colgaba en la pared.
Vio su reflejo
en el vidrio que cubría la obra de arte y notó que tenía una gasa y una cinta
por debajo de la oreja.
Ya en el patio
notó una gran mancha de sangre en la pared, el suelo había sido limpiado no
hacía mucho. El hombre acostó a su bebé y salió a encontrarse con Nico.
-No intentes
hablar- le dijo.-Alguien intentó matarte y… bueno, era un pésimo tirador. ¿Está
bien tu audición? ¿Escuchas y entiendes todo lo que digo?-
Nicolás
asintió con la cabeza y el hombre siguió hablando.
-Quizás no lo
recuerdes…por las drogas, pero hablamos ayer. Bueno-aclaró la garganta y soltó
una leve risa-Yo hablé y vos parecías estar escuchándome.
Quiero saber
si sos capaz de ello porque te encontré muy aturdido. Supongo que quien te
disparó tenía el arma en tu boca ¿recordás eso?.
El negó con
una expresión confusa en las cejas.
-En la Escuela
Normal… ¿no? Bueno, ha de haber sido algo traumático, lo que empezó hace unos
días… es… es poco creíble- el joven volvía en sí, empezaba a recordar – digo…
cada vez que me levanto creo que fue solo una pesadilla, después veo que no
encienden las luces y…-
-Muertos…-
dijo Nico haciendo poco uso de su lengua, la cual sentía inflamada.
-Exacto…muertos.
Casi se cayó
sentado en el lugar, el hombre lo atajó.
-Tranquilo…tranquilo.
Mi anterior huésped tuvo esa misma reacción. Pero estás vivo…te salvé.
Recordó su
mano, sus nudillos, cerca de su nariz, sostener un arma dentro de su propia
boca. La explosión, el olor a pólvora. El dolor, la presión baja, su amiga,
abandonándolo con un desconocido.
-Te salvé…
¿entendes eso?
Él asintió con
la cabeza. Pero no estaba agradecido, le habría gustado morir, con ese fin se
disparó. Las imágenes lo habían devorado por dentro, no sentía empeño alguno
por seguir viviendo.
-Bueno…eso
significa que me debes un favor, varios, diría yo.La bebé comenzó a llorar. EL
hombre fue corriendo hacia el interior de la casa susurrando la palabra
“mierda” repetidas veces.
-Es…es difícil
sobrevivir con ella, atrae a muchos. Por suerte vive gente del otro lado de la
calle, más gente que acá, supongo que eso los despista y cuando hay silencio en
esta casa se van a otra. Ahora que vos estas acá corremos más riesgo, pero
quizás valga la pena.
El muchacho
entró de nuevo a la casa y cerró la puerta tras de sí. Se sentó en una silla
junto a un viejo mueble donde había muchos portarretratos caídos hacia adelante
y siguió escuchando lo que el dueño de casa tenía que decir. Supuso que el
mueble había sido, en algún punto, usado para frenar la puerta y las fotos se
habían caído en el forcejeo de los muertos por entrar a la casa.
-Soy doctor,
¿sabes?-comenzó a hamacar al bebe en sus brazos-Seguí el sonido del disparo y
me acerque lentamente, esperando encontrar policías con quienes refugiarme.
Bueno, estabas al lado del cadáver de uno… estabas vivo.
Nico quiso
decir algo, solo logró que la palabra “cómo” saliese de su boca y el
doctor comenzó a responder una pregunta que nunca se completó.
-Acababa de
saquear una farmacia…tenía todo lo necesario para ayudarte en ese momento…
suerte la tuya.
Él solo asintió
con la cabeza, otra vez.
-Ahora…creo
que deberías pagar tu deuda. Mi…-hizo una pequeña pausa-…hija necesita pañales,
y puré de manzana. Lo podes conseguir en un Supermercado a unas cuadas de acá…
Notó que el
joven se negaba totalmente a la idea. Así que intentó convencerlo de forma
pacífica primero- estamos a solo un par de cuadras de la Cancha Huracán, entes
de que llegues ahí ya vas a ver un supermercado, hay que entrar, agarrar las
cosas y…
Nicolás
sacudió la cabeza y se puso de pie, como si fuese a atacar el hombre.
Éste sacó de debajo de las mantas, con las que envolvía al bebé, un
revolver pequeño. Apuntó directo a la pierna de Nico y le dijo- gasté
medicinas, agua, tiempo y no me molestaría gastar una bala en vos… tomá
asiento. Obedeció.
-Si traes lo
que te pedí, más comida enlatada en una mochila que te voy a dar, más lo que
sea que quieras traer… podes pasar otra noche acá.Ambas rodillas le temblaban,
el tipo se veía fuera de sí a, estaba tan asustado como él.
-Quiero que
entiendas…no soy una mala persona, es que…-tragó saliva de forma áspera y
nerviosa- no puedo ir con mi hija… no puedo dejarte con ella. Solo hacelo.
Podes llevar los cuchillos que quieras, solo…por favor. Por favor...
Nicolás estuvo a punto de iniciar una avalancha de preguntas, pero el hombre puso el índice frente a su boca para pedirle que por favor hiciese silencio. Luego con la misma mano le apuntó hacia una puerta.
Éste sacó de debajo de las mantas, con las que envolvía al bebé, un revolver pequeño. Apuntó directo a la pierna de Nico y le dijo- gasté medicinas, agua, tiempo y no me molestaría gastar una bala en vos… tomá asiento. Obedeció.
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