¿A qué
dogma? Al de siempre carajo. Ese que tiene mil variaciones y todos creen estar
más y más cerca del cielo que el otro, ese cuya verdadera cara, por alguna razón,
todos sus fieles aborrecen.
El único que
se basa en leyes morales antiguas, el mismo que puede volver a buenas personas
en las más grandes bostas humanas.
El que
convierte a tu semejante en un imbécil que mete la nariz en la vida sexual del
prójimo y quiere decirle qué hacer.
El que toma
leyes autoritarias y quiere introducirlas en un mundo real como si fueran a
funcionar.
El que se
adapta desganada y lentamente al mundo a medida que nota que éste no se
adaptará a él.
El que te
convence de que una persona, por su simple cargo y vestimenta, es sabia.
El que
decide cuáles de sus palabras se cumplen y cuáles han de ser tomadas como
metáforas.
El de
atención selectiva.
El que te
dice que tus acciones y pensamientos retrógrados están en lo correcto.
El más
hipócrita de todos.
El que
realmente logró que sus más grandes fieles solo escuchen las buenas noticias.
Aquel que
acumula promesas.
Aquel que incita
a la gente a odiar.
Ese mismo
que dice hablar tanto de amor.
El que come mierda
y vomita arcoíris.
Aquel dogma
de las lindas palabras y el pasado oscuro.
El que habla
bien del pobre, mal del rico y se sienta en oro.
El que se
queja e imita.
El que
inconscientemente hace énfasis en lo mucho que importa la imagen.
El que adora
a ladrones y mentirosos.
El que le costó su libertad física, mental y sexual a tantos.
El que le costó su libertad física, mental y sexual a tantos.
El que protege
a delincuentes de todo el mundo.
El de las
lindas reglas y la no tan linda historia.
Un dogma misógino
que habla bien de la madre.
Uno que
funda escuelas y hospitales que no planea mantener.
Uno con
poder político y sin miedo a presumirlo.
Uno que bandalizó
su propio museo y no se molestó en restaurarlo.
Un dogma parodia de sí mismo que insiste en negar
el materialismo pero rechaza a quien quiere obedecer dicha regla.
Un dogma que
abala la ignorancia por miedo al poder del saber.
De ese dogma
quiero decir algo, solo unas breves palabras.
No importa
cuánto moleste, no importa cuán intensos y ruidosos sean sus gritos y quejas,
el mundo, la sociedad, las personas son más inteligentes de lo que ese dogma especula
y espera. Avanzan, evolucionan y eventualmente buscan y llegan al bien común.
Los
pensamientos de ese dogma quedan atrás y solo para no quedar mal terminan
diciendo que la metáfora que tomaban de una forma significaba otra.
Ese dogma se
va a arrodillar ante aquellos a quienes tanto atacó y les pedirá clemencia y su
extinción ni siquiera figurará en los libros de historia por más que a ellos
les encantaría. Porque será gradual, ni lo notaremos y será un hermoso momento
que nade podrá apreciar.
Ese será el
momento en el que la sociedad se habrá salvado de sí misma.
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