Bueeeno
bueno, una vergüenza para mí, siendo fan del terror, no haber publicado nada
respecto al mes de octubre, la verdad anduve ocupado, y con una seria crisis
creativa.
Tengo
miles de escritos de mi propia autoría, pero lamentablemente ninguno completo,
ya sea mi historia “Pain” sobre un niño con la capacidad de provocar dolor con
la mirada, mis cuentos de terror
psicológico, o mi novela en capítulos sobre una epidemia al estilo Zombi
“ Dead Outbreak”. Esta última tal vez vea la luz (otra vez) en mi blog la noche
de Halloween.
Hoy,
especialmente voy a presentar una situación. Así es, ni un cuento, ni un caso
real, ni un video con JumpScares. Solo una situación.
Empecemos
por enunciar que, si no tienes una buena capacidad para producir imágenes en tu
cabeza por medio de la lectura, abandones esto ahora, ya que lo que voy a
presentar es terror psicológico.
A ver,
no importa el género en el que narre las cosas, me refiero a si eres hombre o
mujer, intenta sumirte lo más posible en esto, pon tu sonido de fondo, un
silencio nebuloso.
En
lo conveniente, lee esto durante la noche, antes de dormir.
Estas
tranquilamente llegando a casa de tu actividad más habitual, ya sea practicar
cierto deporte, estudiar, o haber salido con tus amigos o pareja.
Al
entrar a casa sueltas un saludo general, avisando que llegaste. Es un día de semana,
y ya es bastante tarde, por lo tanto, no planeas volver a salir.
Decides
tomar una ducha caliente, para provocarte una sensación de relax total, para
luego tener tu pequeña sesión de internet y luego dormir.
Mientras
tomas la ducha notas que nadie contestó tu saludo general, te llama mucho la
atención.
Como
llegaste tarde, supones que están todos durmiendo, ni piensas en molestarlos de
su sueño.
Al
terminar con tu aseo te diriges a la habitación donde está la computadora, y
aprovechando que nadie va a molestarte, te llevas la comida al escritorio, junto con
algo para tomar.
En
el silencio de la noche, después de comer, con solo la luz del monitor, decides
que ya es hora de dormir. Son más de las 2 de la mañana.
Escuchas
el abrir de la habitación de tu madre y procedes a apagar la PC mientras
piensas en una excusa para estar levantado a esas horas, siendo que al día
siguiente tienes actividades que realizar desde temprano.
Pero
su caminar no suena como si viniese enojada respecto a haber oído que estabas
despierto, por lo que simplemente te relajas y procedes a levantar los restos
de tu cena.
Dando
la espalda a los sonidos, levantas tu plato y tus cubiertos, junto con el vaso.
Cuando sientes que se acerca. Sin voltearte, te disculpas de una manera tal que
no te rete, sino que vaya cada quien a su habitación. Pero no contesta. Cuando decides voltearte,
no puedes hacerlo, ya que sin emitir un solo sonido, inicia con un fuerte estrangulamiento.
Puedes sentir como está a punto de destrozarte la tráquea. Las piernas te
tiemblan debido a que todo está ocurriendo de una manera tan veloz, que no
llegas a procesarlo. Sientes que tus pulmones están llenos de acido por el pánico,
el miedo te revuelve el estomago y tus latidos se convierten en golpes directos
a tu caja torácica.
Obviamente,
soltaste las cosas que tenias en las manos, pero en la desesperación, mientras
esas manos se aferran a tu garganta como si esta fuese una simple esponja,
logras tomar el cuchillo que estaba en el plato, que por fortuna cayó sobre el
escritorio, junto al teclado, y lo entierras en la palma de la mano izquierda
de tu atacante. El cual no emite un solo sonido, sino que solo te suelta.
Por
más que tus piernas responden de una manera brusca y llena de pavor, cada paso
que das es un salto y llegas hasta la puerta, la cual abres, y cuando estas a
punto de huir de tu casa, soltando miles de gritos desafinados y con un sonido
metálico. Sientes que te sujetan desde la prenda que estas usando en la parte
superior de tu cuerpo, tus brazos, por la desesperación, reaccionan de una
forma instintiva, primitiva, como si intentases nadar en el aire, pero esta
persona, con su gran fuerza, te arrastra dentro, mientras tú solo sigues
gritando, como si esto te diese fuerzas para seguir soportando tal tortura
mental.
Tu atacante, con un gran descontento, azota la
puerta con tu cabeza en su camino, lo cual, luego de un dolor punzante en los
costados del cráneo, te hace caer desmayado.
Te
despiertas acostado. Una almohada muy suave yace bajo tu cabeza, te resulta muy
familiar. Al mover tus manos, sientes que están en algo a lo que relacionas
como una sensación resbalosa, sientes objetos, que al intentar agarrar para
reconocerlos, se te escapan de los dedos.
Como
te cuesta abrir los ojos, intentas seguir guiándote por el tacto, para
reconocer qué es lo que yace a cada lado de tu cuerpo, lo cual no es nada parecido
a algo que hayas sentido y es bastante pesado. La temperatura es bastante alta,
y puedes sentir fluidos alrededor de tus manos, sin mencionar un olor muy grotesco.
Cuando
vas tomando un poco de conciencia empiezas a explorar mas el área, y te sales
de lo que parecía un hueco, yendo más cerca de la almohada, sientes piel,
empiezas a tomar darte cuenta de que se trata de dos cadáveres humanos al notar
que, sobre esos grandes huecos , que según tu imaginación, serian en la zona
abdominal de dos personas, siendo los objetos resbalosos “órganos”, sientes lo
que reconoces como pezones humanos.
Para
este momento, tienes un terrible miedo de abrir los ojos, por lo tanto, decides
asegurarte de esto, y procedes a tocar los brazos…los cuales no logras hallar…
sino hasta cuando escuchas unas pisadas que vienen acercándose lentamente y
abres los ojos, para enfrentar la realidad, y con la escasa luz de un velador
en mal funcionamiento, divisas clavados en el techo, los brazos, en forma de crucifixión,
como si en el medio de cada par hubiese un cuerpo, miras hacia tus costados y
ciertamente, estabas reposando entre dos cuerpos desnudos, totalmente
destripados en la zona abdominal, sin brazos y sin cabeza, notando que estabas,
nada más ni nada menos que en la pieza de tus padres.
Cuando
estás por iniciar con los escandalosos alaridos, con nauseas, sin capacidad
para respirar a un ritmo humano, y con un nudo en la garganta, que no te permitiría
emitir un solo sonido, las pisadas llegan a la puerta de la habitación, y entra
un hombre, cuyo rostro no puedes reconocer debido a los coágulos de sangre que
resbalan por esté, solo ves que tiene una sonrisa que provocaría pesadillas a
cualquiera, una mirada muy desenfocada, casi bizca, y muy poco cabello, viste
ropas muy gastadas, y levanta en cada mano, sostenidas de los cabellos, las
cabezas de dos personas que habitan contigo en tu casa, revelándote así las
identidades de tus compañeros de reposo en esa tan cómoda cama.
Las
cabezas parecen mirarte, el hombre las suelta a tus pies, y abandonando la
escena, te dice, helándote la piel- que pena que llegaste tarde.
:D
Posiblemente
no tengo una gran capacidad de narración, pero bueno, me entretuve escribiendo J