18/4/16

Dead Outbreak: Los Creyentes (Parte 3)

Esta historia es continuecion de Los Creyentes (Parte 2) click para leerla

Llegaron a subir cada uno con la ayuda del otro. Primero fue Lara, luego el desconocido y por último Nicolás, el cual sentía un tirón en la herida cada vez que tenía que hacer fuerza, era urgente un cambio de venda.

Golpearon la puerta que llevaba al interior de la residencia, al no recibir respuesta ni se molestaron en intentar entrar pero el desconocido gritó por las dudas-No vamos a hacer nada, solo pasamos la noche aquí y por l mañana nos vamos.

Nico se quitó la campera y extendió el brazo con ésta hasta Lara. Ella entendió al instante que se la estaba ofreciendo como almohada. La tomó y sin decir nada le dio el uso que él pretendía.

-Me llamo Josué…- se presentó el bien vestido muchacho mientras arreglaba su camisa en la oscuridad y el otro joven se sentaba en el suelo, contra la puerta que llevaba al interior. Luego preguntó-¿Ustedes?

-Yo soy Nicolás, ella es mi…mi novia, Lara- la chica estuvo por sentarse y éste le indicó que no hacía falta. En lo poco que podían ver, sus miradas hablaron. Nico quería interrogar al muchacho.

-Bueno…-susurró el extraño-…por la mañana vamos a ir al templo. ¿Son creyentes?- preguntó y sutilmente acarició con el pulgar la cruz que colgaba de su cuello.

-Sí…a nuestro modo.

-¿Cómo es eso?- se rio irónicamente Josué.

-Bueno…- se puso de pie y reposó sus brazos sobre el metal del balcón-…el hecho de que las escrituras sean algo abstractas hacen que sea así.

-Entiendo, no tomarlo literal.- interrumpió Josué y se puso junto al otro muchacho para hablar en voz baja y que la chica pudiese descansar-Aparte de adaptarlo a tu vida. Hay quienes tienen relaciones antes de cazarse y como no afecta a nadie ignoran lo que les dice la…-

-La biblia. Exacto. Bueno yo creo que mientras no seas un hijo de…-notó que el muchacho hizo fuerza con las manos y detuvo la grosería-…una…una mala persona… mientras no seas una mala persona Dios no se enojará.

Josué rio irónicamente en voz baja y dijo-Yo no me creo eso. Nunca creí en eso de darle interpretaciones rebuscadas. O sea mirá esto.-se abrió de brazos.

-Entiendo…-

-Digo, los muertos se están levantando. Quién sabe, quizás en los próximos minutos veamos al dragón de siete cabezas o escuchemos las trompetas de los ángeles.

-Sí… quizás.-dijo Nicolás y se recostó en el suelo, boca arriba-¿Podríamos comer?

-Seguro. Mejor intentamos dormir también.

El joven sacó algo para sí mismo y Nico. Comieron en silencio. No confiaban el uno con el otro. Desde ambos lados el diálogo se sintió como una interrogación disfrazada, desde ambos lados había hostilidad. Pero cada uno tenía su objetivo, aun cuando desconocían el del otro.

Floreció una idea en la mente de uno de ellos y preguntó al otro-¿Recibieron en ese templo a… a un hombre con un bebé?

El otro sorprendido movió la cabeza de arriba abajo-Sí…un amigo lo encontró divagando por la calle y lo llevó a la misa de esta mañana. ¿Es amigo tuyo?


Nico sonrió y siguió comiendo-Sí… muero por verlo.