10/10/13

Dead Outbreak: Supervivencia (parte1)


sigue en pie el mes de halloween




Disfrutad




La ciudad de Buenos Aires de volvió un caos en los últimos meses.

Hacía ya unos días se habían armado barricadas alrededor de la ciudad de Corrientes, pero fueron inútiles.

Ya no hay necesidad de ser mordido. Algunas personas, simplemente se transforman luego de sufrir fiebre y dificultades motoras.

Se puede caminar por las calles y ver que levantan cadáveres con sus cráneos hechos pedazos. Está estrictamente prohibido para menores de 18 años salir  después de las 6 de la tarde. Y después de las 8, nadie se hace responsable de lo que te pueda pasar.

La mayoría de las personas llenan sus casas de mercadería y se está haciendo muy difícil conseguir alimentos de bajo precio. Los dueños de los mercados están tomando ventaja de la situación, vendiendo bozales y correas para humanos, también esposas y armas, de forma clandestina, por supuesto.

Así como los delincuentes, que se hacen pasar por infectados para evitar ser llevados a la cárcel. Mientras tanto, el gobierno y sus leyes, prohíben a los policías asesinar a estas personas de extraño comportamiento, ya que la ley los juzgará como a homicidas si son denunciados por los familiares de la víctima.

Las noticias día a día dan falsos avisos sobre avances en busca de una cura o de un gas que sea derramado sobre las ciudades para frenar con la maligna epidemia. Y es obvio ver que son falsas. Porque nunca tenemos a alguien hablándonos de forma seria al respecto.

Entonces, todo permanece como si estuviésemos en guerra con la naturaleza. Al menos que tengamos armas, y algo que cubra nuestros rostros de las cámaras en la vía pública, tenemos que permanecer encerrados. Con constantes cortes de luz. Y si alguno en el cuadro familiar padece de algún resfrío, tenemos que atarlo de manos y pies, y ponerle un bozal. 

Muchos recurren a usar correas.

Si un familiar tuyo es infectado, lo conveniente es sacarle los dientes antes de que inicie con su extraña metamorfosis, de lo contrario, si no puede comerse a alguien, terminará devorando sus propios miembros o de no poder hacerlo, sus propios labios.

Alimentarlo es inútil. Terminará vomitando y día a día se desnutrirá. Se comportara como una bestia, y seguirá en movimiento hasta que la putrefacción de su propio cuerpo se lo impida.

En la televisión, los programas dan avisos de cómo sobrevivir, también hay programas en los que enseñan a parar la hemorragia, otros en los que enseñan a armar antídotos con hierbas naturales y por internet, nos encontramos con de todo.

YouTube se está llenando de videos de personas que advierten sobre el apocalipsis, también hay videos de algunas personas en Malvinas, diciendo que es seguro ir allí. Pero cualquier cosa "seria" relacionada con el tema es instantáneamente eliminado. Por lo que alrededor del mundo, se rumorea que es solo una Conspiración mediática.

Pero no engañan a nadie, tengo amigos en el exterior. Y ellos han de saber que algo raro ocurre.

Aún así, resulta imposible comunicarse, nuestro acceso en la red es muy limitado.

Bienvenidos lectores… a Dead Outbreak: Supervivencia

Mi nombre es Manuel Ríos, y tengo una historia bastante interesante qué contar.

Vivo en la ciudad de Buenos Aires hace ya dos años, estudio ingeniería mecánica y digamos que tan mal no me va.

Hace casi un año, mi hermana se mudó a vivir conmigo y claro, tuvimos que imponer reglas. Quien cocina, quien lava los platos y lo más importante, quién compra los cigarrillos.

Como me pasé el día estudiando y ella hizo todo lo demás, la difícil tarea de salir del departamento me tocó a mí.

Me dirigía hacia la estación de servicio más cercana, de forma urgente, porque ya había oscurecido, y resultaba muy peligroso.

Al entrar vi que allí había un matrimonio, bastante joven, y tenían a una bebé de más o menos 9 o 10 meses durmiendo, tapada con una frazadita.

Le grité al que atiende la cantina:¡Phillip! ¿Cómo va todo?-

Tardó un poco en salir de la puerta de detrás del mostrador, venia abrochándose los pantalones, lo que me hizo suponer que tenían un baño de empleados ahí atrás. Muy extraño, existiendo uno para clientes tan cerca del mostrador.

Enojado me dijo:FE-LI-PE, no Phillip.-

Le respondí con una sonrisa- ¡jajaj desde la otra vez quedaste perseguido! te estoy pidiendo una caja de puchos. Unos Phillip-

¿Convertibles?

Se, compartimos con mi hermana, vamos disminuyendo el número de cajas por día- Dije sacando la billetera de mi bolsillo.

Mientras me los daba me aconsejó-Esto te está por matar pibe, ¿por qué no haces como yo y aflojas? Me siento mucho mejor desde entonces- exclamó Phillip, aconsejándome.

-Sí, sí, gracias abuelo- le dije mientras me reía.

Después volví a hablarle, a la vez que buscaba la cantidad exacta de billetes y monedas para pagar:
Hey ¿y tu compañerita de trabajo? La de la linda cola…-

Apretó los labios y miró hacia la pareja, los cuales me habían escuchado e intentaban retener sus risas o apuntar para otro lado.

-Si yo no te avisaba ni te ibas a dar cuenta que tenía cola- me respondió entre susurros.

-Y por eso vas a ir al cielo Phillip- le dije sonriendo, seguido de- en serio, ¿por qué no vino? Le asusta el turno de noche por eso de los… los enfermos?-

-No, no, creo que se enfermó- dijo poniendo su mano derecha en la nuca.

-Seguro porque le contaste uno de tus chistes- dije mientras le pagaba la caja de cigarrillos.

Levanté la mano en forma de despedida, y lo veía mientras me iba. Y al mirar hacia adelante me choqué con un muchacho que estaba entrando, traía la capucha de su abrigo puesta.

-Perdón- dije y le di lugar para que pasara.

Levantó la mirada, tenía unas ojeras enormes. Como si no hubiese dormido en días.

Dijo a quien atiende ahí dentro- Cerrá esta puerta, poné un candado y apagá las luces-

Y éste respondió- ¿Eh? ¿Qué te pasa?- pero el muchacho muy enojado y asustado a la vez gritó:
–Estoy escapándome de un grupo enorme, hacélo si no querés que todos acá mueran.-

Instantáneamente Felipe tomó las llaves y comenzó a trancar las puertas de adelante. El matrimonio con el bebé miraban muy asustados y preguntaron:
- ¿no hay nadie ahí afuera? ¿Alguien que pueda entrar antes de que cierres?-

Phillip respondió- no, de noche es autoservicio acá, no tenemos empleados ahí, y el guardia está en el baño.-

Apenas cerró la puerta, apagó el televisor allí y las luces, tanto dentro, como fuera de la estación.

Todos estaban muy asustados e intentando digerir la repentina situación, ya que ocurría más rápido de lo que podíamos entender.

Se empezaron a oír muchas pisadas. Cada vez eran mas y mas, y se acercaban a las paredes de vidrio.

El muchacho de la capucha, arrastrándose, fue hacia las heladeras. Y sacó un vino de caja.

Entre murmureos, Felipe le dijo- ¡PSST! ¿qué haces?- y el joven abrió la caja y empezó a mojarnos a todos con su contenido. Nosotros no nos movíamos ni nos quejábamos para no hacer ruido.

Cuando fue a tirarle vino a la pareja y al bebé, el hombre reaccionó, y tomó al muchacho del cuello de su abrigo.

Él les dijo- el olor, hay que despistarlos, hágame caso- y entonces lo hicieron.

Vimos como los infectados empezaron a moverse en distintas direcciones y a alejarse de allí.

Esto era más que un alivio. Pero al verter el vino sobre su cabeza, el bebé se había despertado, y comenzó a llorar.

El chico tiró con fuerza la caja al piso y dijo fuerte:- Mierda!! Ya fue, encendé nomas las luces.-

-Y vos ¿quien sos?- le dijo muy curioso el padre de la criatura, que lloraba sin parar mientras su madre intentaba consolarlo.

-Mientras menos sepamos uno del otro, todo va a estar mejor, ok?- respondió el pibe, pero yo  insistí, a medida que Felipe volvía a encender las luces y los pobres infectados se acercaban a los vidrios que nos rodeaban:- no, no, vos ¿quién mierda sos? Y ¿por qué trajiste a todos estos para acá?-

Oímos unos golpeteos en el baño, parecía ser una cabeza contra la puerta.

Todos nos miramos, especulando que el guardia había cambiado a lo peor posible.

Muy exaltado, respirando fuerte, nos miró, uno por uno, y después se sacó su abrigo.

El extraño era delgado, parecía no haber estado comiendo bien, podía contar sus costillas. Pero aun así, tenia bien marcado cada uno de sus músculos, y muchas cicatrices. Parecían arañones, algunas de éstas tenían suturas, atención médica de muy mala calidad.

Sus antebrazos estaban totalmente envueltos en cinta adhesiva industrial plateada, supongo que para evitar mordidas. Tenía el cabello largo, hasta la mitad de la cara, al parecer se lo había cortado él mismo.

Dijo- vengo del nordeste, hace un mes que estoy viajando…- mi amigo lo interrumpió con- y ¿eso qué mierda nos importa? ¿Por qué nos metiste en esto?-

Y volvimos a oír golpes en la puerta del baño, mientras que las bestias que nos rodeaban hacían cada vez más ruido con sus gruñidos y con sus manos golpeando lo que nos separaba de ellos.

Pero el muchacho dijo enfurecido- Les importa, porque vengo sobreviviendo mucho más de lo ustedes podrían, como saben esto empezó por allá arriba, pasé mucho más de lo que ustedes se pueden imaginar.-

Entonces me acerqué mucho y dije- ¿nos vas a decir quién mierda sos? Hijo de puta- y él sacó del bolsillo de sus anchos pantalones un martillo que tenía la cabeza envuelta en un paño.

Lo descubrió, fue a caminata rápida hacia la puerta del baño, la abrió y comenzó a golpear sin cesar la cabeza del guardia.

Ni siquiera tuvimos tiempo de ver si estaba transformado o no, pero él lo hizo, no le preocupaba mucho estar matando a alguien en vano. Todo esto mientras la mujer allí presente miraba hacia otro lado e intentaba callar a la criatura desesperadamente.

Se volteó, como si fuese en cámara lenta, mirándonos de forma amenazante y diciendo-  no tengo miedo en destrozar el cráneo a cualquiera de ustedes que siquiera muestre signos de poner en peligro mi vida.-


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