esta historia es continuacion de Dead Outbreak Supervivencia Parte 1
Felipe
corrió hacia él gritando-HIJO DE PUTA! ERA MI AMIGO!!!-mientras que todos
mirábamos como espectadores de la situación. No entendíamos bien, todo era
demasiado rápido.
La
mujer y el bebé lloraban y el padre del mismo intentaba tapar oídos y ojos de
su esposa.
El
extraño asesino esquivó el golpe de mi amigo agachándose y rápidamente
golpeándolo con el codo en su costado, por debajo de las costillas. Y éste cayó
al suelo.
Quien
seguía allí de pie, sabiendo que lo mirábamos con odio y miedo se agachó,
mientras que su caído oponente lo insultaba entre quejidos de dolor, tomó el
arma del cinturón del policía y dijo
-
voy a revisar los baños, no hagan nada que les pueda costar caro.- Y Se fue en
dirección a éstos.
Dejándonos
el cadáver del policía allí desplomado, y los garabatos hechos con sangre en el
piso…
El
joven padre de familia se levantó de su silla, dijo algo corto en el oído a su
mujer y se acercó a mí, diciendo- vení, vamos a levantarlo- refiriéndose a mi
amigo Felix.
Mi
respuesta fue solo, asentar con la cabeza.
Lo
ayudamos a ponerse de pié y lo llevamos a las sillas, con la mujer y el bebé.
El
hombre me dijo- Nicolás Danno, mucho gustó, ella es mi mujer, Lina y mi hija,
Luz- mientas me pasaba la mano.
Mi
respuesta Fue- Ma…Ma-Manuel Rios…-
Instantáneamente
exclamó muy serio- Decime… qué vamos a hacer con éste enfermo?- refiriéndose al
joven asesino.
Puse
la mano en la frente, no sabía qué decir, miré a nuestro alrededor, mas allá del
cristal, solo veía personas con la cara desvanecida, mirándonos como si
fuésemos la mesa de un “tenedor libre”…
Pero
noté algo… todos estaban muy bien vestidos. Ninguno de ellos tenía una sola
lastimadura… y dije- mirá…están muy formales como para …como para…-
Nico
me interrumpió-como para estar muertos?-
Pero
le respondí- no,no, es que, no veo ningún signo de que estén muertos, a parte
de la forma en la que se mueven, generalmente tienen algún corte en algún lado,
o están transpirados… o sus ojos muy irritados, o al menos eso vi en internet-
Felipe,
abandonando ya sus quejidos volteó a ver lo mismo que nosotros y dijo- por qué
todos tienen un crucifijo colgando de la muñeca… digo Rosarios…-
La
voz del asesino que estaba con nosotros hizo que volteáramos a verlo
-
Fue un suicidio en masa-
Lina(la
esposa de Nico) confundida dijo- como? De…de donde trajiste a esta gente?-
Caminó
hasta la cantina de allí dentro, tomó un encendedor de los que estaban en
venta, se sentó en el suelo, con mucha flojera y dijo- bah…acá vamos de nuevo-
Me
apuntó con el arma diciendo- Sacáte un Pucho para vos y tirame la caja- y eso
fue exactamente lo que hice, con mis manos temblando.
Feli
dijo- no pueden fumar acá, es una estación de servicio- y el extraño le
respondió levantándole el dedo del medio y levantando una ceja…lo cual en
cierto modo, debo admitir que fue cómico.
Inició
con su Narración:- vengo desde el Nordeste, como les dije. Vi de cerca
cosas…increíbles en este último tiempo. Intentaron matarme, se buscaron que los
mate… algo que yo, un muchacho alguna vez civilizado, creí que nunca haría-
Se
acomodó hacia adelante mientras encendía su cigarrillo y al hacerlo nos miró,
lo quitó de su boca y dijo:
-me
hice de un amigo, un tipo, digamos, con muchas bolas, y mucha suerte. Se cortó
la mano para sobrevivir, y aun así, se terminó transformando. Pero, para su
suerte…-
Nico
lo interrumpió con un grito- YA FUE! DECINOS DE DONDE VINIERON ESTOS…-
EL
MUCHACHO SOLTÓ UN DISPARO HACIA LAS HELADERAS destrozando muchas botellas y
gritó aun más fuerte:
-
Te…CALLAS!!!-
Y
mientras que todos nos mirábamos del gran susto, y mientras todas esas miradas
desvanecidas allí fuera nos observaban y babeaban rojo, por morderse a sí mismos,
siguió:
-
Para su suerte un médico muy especial estaba buscando algún infectado para
probar algo…una cura, bah, más bien un tratamiento… y buscó donde estaba este
pibe.-
-y…lo
lograron?-dije sorprendido. Mientras sentía una sensación extraña en el estómago
y parpadeaba cada dos segundos, como si mis ojos se secaran, era extraño,
supuse que era el terror de la situación.
-Sí-
dijo él- consistió en conseguirle un nuevo corazón y hacerle un cambio total de
sangre…llevó mucho tiempo. Pero lo más sorprendente…- Y lo que dijo allí fue
algo que nos dejó boquiabiertos- es que él recuerda como se sentía estar
infectado… su cerebro estaba funcionando, pero no controlaba su cuerpo. Sentía
el dolor, sentía el hambre y la sed, y como se secaban las mucosas de sus ojos.
Tiró
la ceniza excedente de su pucho y siguió diciendo- Este muchacho y yo nos
propusimos llegar al sur, donde dicen que es seguro. Así que empezamos a
movernos con aventones, o sea, a dedo, en la ruta. En Entre Rios, dimos con un
colectivo de un grupo religioso…nos invitaron a su misa acá y…resultó ser un
suicidio en masa, todos tomaron agua envenenada.-
Felipe
exclamó- y por qué ustedes siguen vivos? Son inmunes al virus???-
El
muchacho se rió por unos segundos y ya tirando su cigarrillo al charco causado
por las botellas que rompió dijo-mi amigo y yo no participamos en misas… nos
limitamos a esperar afuera. Para cuando quisimos ver por qué no salían…empezaron
a corrernos estos bichos.-
-Que
pasó con él?- pregunté.- murió?
La
respuesta fue- por eso les conté su historia, lo van a conocer en un rato, le
dije que nos viéramos en la estación de servicio más cercana, va a ser él quien
nos saque de acá. Puede que no sea un tipo duro, pero sus ideas para zafar son
interesantes.-
-
Bah, un pendejo con una mano…ni la policía puede, tu amigo siquiera conoce Buenos
Aires?- preguntó asustado Nicolás.
El
muchacho se paró y dijo, cambiando la expresión en el rostro- como lo
llamaste?-
Nico
respondió-dijiste que le falta una mano, como nos va a ayudar ese…?-
El
pibe retiró el cargador del arma, la conocía como la hubiese usado antes, la
sostenía como si la hubiese usado antes. Contó cuantas balas quedaban (moviendo
sus labios en silencio) y levantando la mirada dijo-ese bebé es tuyo,¿ verdad?-
Y
todos empezamos a decir, asustadísimos- no, no, pará, qué vas a hacer? Pará
loco- pero él volvió a gritar- es TUYO?!- y Nicolás temblando decía:
-
s-si, si, pero por favor, no serás tan cobarde como para meterte con…- fue
interrumpido por el muchacho, el cual insistió- no te creo. Vos, piba… es de él
o de alguno de sus amigos????-
Mientras
Lina temblaba y asentaba con la cabeza, volvió a gritar el aterrador extraño-
SI QUÉ??!!-
-
sí, sí, es de él, es de él!!!- contesto la pobre mujer mientras lloraba.
El
extraño acomodó el arma en el bolsillo de su pantalón y se acercó a la cantina,
tomando algunas golosinas y mientras miraba hacia abajo exclamó- nunca hables
así de la persona que salvó mi vida.-
Hubo
unos segundos por los que ninguno de nosotros abrió la boca siquiera…
-Pensabas
matar a mi hija porque ofendí a alguien? De… de verdad estas tan enfermo?- dijo
el asustado padre, mientras Lina intentaba hacerle gestos de que se callase,
agarrándolo del hombro y decía- mi amor, pará, sentate, no le hables.-
Miraba
hacia todos lados y no podía ver más allá de los infectados del otro lado del
cristal, pero ellos seguían muy bien cada uno de nuestros movimientos. Con
mucha duda pregunté- por qué no apagamos las luces? Capaz ven a alguien pasar por afuera y se
distraen.-
Mientras
el muchacho comía sus golosinas, me miró, sonrió y levantó ambas cejas- buen
espíritu de supervivencia pibe, que se caguen los demás- me dijo.
Después se acercó más y ahora más serio se
dirijo a mí con:
-
primero que nada, sé lo que se siente que te hagan eso, y segundo, estos bichos
no pueden parpadear, por eso prefieren andar de noche. Las luces destrozan sus
ojos. Mientras peor sea su visión mejor.- y al terminar, volvió a las
golosinas.
Una
vez que se sintió satisfecho, pegó un salto sobre la barra del kiosco allí.
Feli le dijo
-
¿qué haces?- y el muchacho respondió- hace un rato ya que estoy pensando en que
tendríamos que movernos para la habitación de atrás. Y me pareció escuchar un
ruido.- mientras con la lengua se sacaba restos de golosinas de la muela.
Mi
amigo, con su rostro expresando muchos nervios intentó detener al extraño- no,
no vayas, es una amiga, está ahí emm… está, está…-
Cuando
Lina interrumpió- dijiste que estabas solo- y el extraño muchacho miró muy fijo
a todos, y por último a Feli, como si supiese ya de qué se trataba… y pronunció
muy decidido
-
voy a entrar, no dejes que este tipo me frene, o le meto una bala en la frente
a cada uno.
Se
mandó a las habitaciones de atrás, tuvimos que frenar a Phillip, ya que intentó
seguirlo, y gritaba- no, nooo!, por favor, dejala, por favor! No le hagas nada!
dejala!.- y lloraba, rojo como un tomate.
Al
cabo de un minuto más o menos, el pibe salió, con una gran expresión de enojo
en el rostro, la piel de su rostro casi purpura, y a la vez expresando asco. En
su mano tenía un manojo de llaves.
Apuntó
a mi amigo y dijo fuerte- vos, paráte, y andá para allá- haciendo un gesto con
su cabeza, en dirección a los baños. Se veía furioso, se marcaban las venas de
su cuello y al costado de la cabeza.
Mientras
Felipe caminaba lentamente llorando, el muchacho con el arma en alto preguntó- ¿cuál
de estas es la llave del de hombres?- y Feli dijo- la del dibujo de una
herradura.
Respondió
luego éste- entrá ahí- y lo encerró.
Podíamos
oírlo llorar a gritos y decir- No la mates! POR FAVOR, DECIME QUE NO LA VAS A
MATAR!!!-
El
extraño joven se acercó a nosotros, que estábamos donde las mesas allí, se
sentó en una, con mucha cara de preocupación, mientras se nos mezclaban los
sonidos de los infectados y a la vez de los gritos de Phillip.
Preguntó
Lina- ¿que pasa? ¿Quien está ahí?- y me dijo él a mí- ¿vos, lo conoces no?-
Respondí
moviendo la cabeza, e instantáneamente me preguntó- no sabes si a él le gustaba
una compañera de trabajo?- y volví a asentar la cabeza, seguido de- una cajera
de acá, pero que pasa?-
Se
puso de pié, caminó un poco y dándonos la espalda, con la mano en la frente
dijo- está ahí atrás, desnuda, atada, tiene un bozal puesto y un… y un tajo en
la garganta. -
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