31/10/12

Dead Outbreak: El Vecino (DIA 5)






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Después de lo ocurrido la noche anterior, de lo que vi, no podía dormir, me resultaba imposible, al momento en el que cerraba los ojos, tenía una alucinación corta, y repetitiva, que consistía en que estaba en mi baño, y me resbalaba hacia atrás, lastimándome fuertemente el coxis,  y mientras no podía levantarme, se arrastraba hacia mí, un cuerpo sin  extremidades inferiores, solo torso, brazos, cabeza y arrastrando parte del abdomen, con el final de su columna vertebral siendo raspado por el piso… y despertaba, así, una, y otra y otra y otra vez.

Cuando me desperté definitivamente, a las 12 del medio día, algo, en mi caso, extrañísimo. Miré hacia el sofá, y juro que por una fracción de segundo, entre parpadeos, vi a la misma criatura de mis recientes pesadillas allí reposando.

Es más, al instante en el que mi imaginación me jugó esa pasada, lo primero que me imaginé seria que David estaría parado en mi balcón mirando mi reacción.

Pero ninguno de ellos estaba ahí.

Este era un día nublado, y estando nosotros en la planta más elevada, oía las gotas golpear el techo de la residencia.

Me levanté y no tenía hambre, no podía ver comida, me preparé unas cuatro tazas de café, y después de eso simplemente me cansé de prepararlo, por lo que agarré mi enorme vaso de cerveza, hecho de cerámica, con una enorme manija al costado, y lo llené hasta el tope con nuestra querida sustancia anti resaca.

No había bebido más allá de la cerveza que El Gordo me invitó, pero aun así, mis propios pensamientos y su reacción de nauceabundismo eran lo que me daban la sensación de resaca, estaba cansado, quería que todo esto termine, vivía con miedo, ni siquiera me animaba a mirarme al espejo y no podía estar en el baño sin la cortina de la ducha corrida.

Esperé, mirando televisión, más o menos hasta las 2 de la tarde y el Gordo no aparecía con sus cajas de equipos de audio. Me empezó a doler el estómago y me fui hasta la planta baja a ver qué podía hacer Eli por mí.

Me pegué un baño, con agua fría y con la cortina abierta por supuesto y ahí me di cuenta del mal estado en el que me encontraba, al pasar frente al espejo vi que involuntariamente tenía los hombros elevados y la cabeza agachada, como si estuviese todo el tiempo con miedo a algo.

Decidí comer un poco de pan y tomar algo de leche para ver si se me pasaba el dolor, y no, no sirvió de nada.

Pensé en hacerme un poco de pizza, tenía la masa allí, lista, pero al ver el Kétchup, sentí una horrible sensación de acides subirme por la garganta,(como vodka condimentado con clavos) como si estuviese a punto de vomitar petroleo.

Rondando más o menos las 4 de la tarde, ya con una fuerte lluvia, escuché un sonido muy, muy alentador. Mi vecino dejaba el departamento, trabando la puerta. No oía, junto a su caminata, que tuviese ninguna bolsa, no estaba sacando la basura, en realidad estaba saliendo por un buen rato.

Gracias a los ecos, por la forma hueca del interior del complejo de departamentos, pude oír sus pasos hasta que llegó bajo las escaleras.

Fui hasta mi balcón y pasé al suyo, como si fuese ya una costumbre. Esta vez no me molesté en mirar fuera, o mejor dicho, no me arriesgué.

Rápidamente abrí la puerta ventana, ya que se encontraba destrabada, entré y volví a cerrar, junto con las cortinas.

 No quería que, si él volvía temprano, pudiese ver que yo estaba allí desde tan lejos, porque recordemos, esto es un tercer piso.

Al cerrar las cortinas me encontré totalmente a obscuras. Me choqué con una mesita de luz y tiré una botella que supongo ha de ser la que tenía suero. Después me choqué con algo de textura asquerosa, que hizo unos ruidos metálicos más arriba, y empezó a mecerse, también humedeció mi cara y olía como a vómito…

Recordé lo que vi la noche anterior, empecé a toser y a aguantarme las arcadas.

Me alejé rápido con miedo a que me muerda, ya que se encontraba con vida la última vez que lo vi.

Cuando llegué a la puerta de adelante, encontré junto a ella el interruptor de la luz. La encendí, y la escena me dejó perplejo, sentí como si miles de arañas, que estaba usando de cinturón, subían hasta mi cuello, y se quedaban en mi nuca. Y como si mis dientes hiciesen un arañón largo a un violín haciendo que hasta me imagine una música de fondo para la ocasión.


El cuerpo ya no colgaba de las esposas. Sino que el gancho entraba por la nariz, y por lo que podía imaginar, atravesaba completamente el cerebro.

Las manos estaban ambas colgando, solo una de ellas tenía las esposas puestas, y la llave estaba ahí, en su lugar.

Al brazo y antebrazo derechos les faltaba casi toda su carne, solo quedaba un poco, vulgarmente pegada a los huesos.

También podía ver las costillas…


Miré mas a la izquierda, en la mesada, llena de manchones de sangre, yacía un cuchillo serrucho enorme, y ahí estaban los músculos extirpados, pectorales, y bíceps… (Trozos de carne que alguna vez fueron músculos)

Por pura casualidad, abrí la heladera, la cual estaba llena de tubos de ensayo, pequeños frascos con gotas para los ojos en la puerta. Jeringas de vidrio en bolsas selladas al vacío

Y muchos cachos estirados de carne, la cual supongo que sería aquella seleccionada para comer más tarde.

Lo que me puso a pensar…dejó carne fuera de la heladera… y una extremidad casi en sus huesos, también estaba el martillo en el piso, y junto a la puerta, recostado por la pared, un paraguas…por lo que ha de venir muy pronto, es más, dudo mucho que se haya ido del edificio.

Y ahí escuché…

CLICK-CLANK

La cerradura de la puerta, detrás de mí, destrabándose.

Instintivamente, de un salto largo, tomé el martillo, y ni bien David abrió la puerta, en un movimiento, con mucha bronca lo golpeé al costado de la cara, bajo el pómulo izquierdo, y giró, quedando de cara a la pared. Lo oí escupir restos de su muela, ahora rota, y decir- hijo de puta!!! qué haces en mi departamento?!!!-

Lo agarre desde la parte de atrás del cuello de su camisa y le volví a pegar con el martillo, con todas mis fuerzas, pero ahora en la frente.

Muy atontado, caminó para atrás chocó con el cuerpo que colgaba y se mecía desde su techo y giró, yendo de cara a la puerta-ventana de vidrio. Y con su enorme humanidad, terminó rompiendo el vidrio de una de las aberturas.

Yo, al verlo ahí tirado, tomé las esposas, desesperadamente, y se la calcé en la mano izquierda, en la derecha no podía, tendría que quitarle la pulsera con tachas primero. Y lo esposé al apoya manos del balcón.

Para hacer todo esto tuve que tirar el martillo, claro. Él lo tomó, y con su imponente fuerza golpeó una de mis rótulas(rodillas), por lo que di unos saltos hacia atrás, totalmente rengo y al chocar yo también con la bolsa de vísceras que fue alguna vez un chico adicto a la cocaína, di la cabeza contra la mesada, donde estaban los cachos de carne y caí al piso…muy atontado.

Entonces empecé a soltar llantos y a agarrarme de la rodilla. Sentado en el suelo, mientras él encadenado y con el martillo en la mano, se reía.

Cuando aclaré mi visión, pude ver que su boca sangraba y tenía una enorme abolladura sobre los ojos… era el martillazo que le pegué.

Pero después recordé que él se llenaba de morfina cada una o dos horas.

Entonces me dijo- escuchame… yo estoy esposado a este balcón y vos tenés la llave.- entonces se puso en una posición más cómoda y “canchera” y dijo- hablemos… te parece?-

Con la expresión de mi rostro arrugada por el dolor le dije- me parece una buena idea.-

Empezó- vos tenés algo con la chica que vive abajo no?

Yo le dije- algo así.-

Él, se sacó los lentes y dijo- no te molesta que me los quite no? Total, ya haz de haberte acostumbrado a tener esta imagen en tu cabeza.
-       Que mierda es lo que tenés???- le pregunté.

-     Te referís a mi rarísimo síndrome?

-       Eeemm, no, sabes que?…hablo por la cana que te salió en las bolas… imbécil!!! más vale que por eso.


-     Es una historia larga, tenés tiempo?

-       Vos tenés tanto tiempo como yo decida. Asi que empezá.
-     Me vas a alcanzar algo de la heladera cuando te lo pida si te explico qué es lo que tengo?

-       Ya vamos a ver.

-     Bueno, ahí en ese cajón al lado tuyo, hay una caja de puchos, agarrate uno para vos y alcánzamela.

Hice lo que me pidió, me encendí un cigarrillo y le alcancé los demás, entonces empezó a contarme.
-     Un amigo y yo, estudiando medicina, quisimos hacer algo memorable, crear una droga que nos traiga tanto éxito en los estudios, como en todo lo demás, y de paso unas ganancias.
Él era… es un tipo brillante. No sé por qué querría alguien así una droga para tener más rendimiento en el estudio, tiene una novia hermosa, muchos amigos, su único problema era el dinero, le costaba conseguir suficiente para pagar los estudios y subsistir, muchas veces tuve que ayudarlo.- y se encendió el cigarrillo.
Entonces ya impaciente le dije- me importa un huevo tu amigo, qué mierda tenés?-

Y él me miró feo y siguió – conseguimos los elementos, los componentes, para una serie de sueros, que te aceleren el sistema, y te den mucha energía. Que no sea necesario dormir, den más rendimiento a los músculos, que las heridas sanen más rápido, más producción de líquido sinovial y- entonces lo interrumpí
- pará, y por qué más vale no publicaron eso, y se ganaban su plata y reconocimiento de la comunidad científica.

Y siguió, con su horrible acento brasilero- primero que nada, muchas de nuestras sustancias eran ilegales, teníamos algunos componentes muy similares a la cocaína, anabólicos elaborados por nosotros y aunque no fuese así… eramos un par de estudiantes de medicina, ni siquiera eramos los que tenían las mejores notas.- y miró hacia arriba, mientras el agua caía, le mojaba la espalda, se mojó la cara y dijo- lo probamos en mí-
- no salió bien al parecer- entonces me corrigió-no tenés idea de lo bien que funcionó, era buenísimo, podía aguantar mucho más peso, correr mucho más rápido y por más tiempo.-
- entonces…?-
Y siguió diciendo-producía demasiado líquido sinovial, mis articulaciones, empezaron a desacomodarse,  se me salía de lugar el fémur. También producía demasiada saliva y mucosa, los ojos me lagrimeaban constantemente y tenía constantes ataques al corazón.-
Interesadísimo le pregunté- pero y como…?-


 TOC TOC TOC TOC

 alguien golpeaba la puerta de al lado, la mía

 TOC TOC TOC TOC
-dale pibe, que en un rato viene la poli.-

Era el gordo…teníamos que ir a limpiar mi casa.

-Ya vuelvo, le dije a mi vecino- y me marché por la puerta de enfrente a duras penas con mi rodilla lastimada.
- hey Don, como le va?- le dije, y él riéndose me contestó- como que “como le va”? pelotudo, abrí tu puerta y vamos a hacer lo nuestro.

Giré mi picaporte, desde allí fuera…

Estaba trancada desde dentro, entonces, le dije- aguántame un segundito, voy por atrás-

Contestó- está bien tu rodilla?- y le dije- si, si, me caí nomás.-

Entré nuevamente a la residencia de David, él me miraba desde lejos, confundido, con sus ojos en blanco y párpados morados.

Saqué de la heladera: una jeringa, dos tubos de ensayo que al parecer tenían diferentes sustancias.

Le dije- mirá…tengo que pasar por al lado tuyo, para ir hasta mi depto… y, em, resulta que tenés un martillo en la mano, y yo tengo algo que vos querés en las mías. Necesito que me dejes pasar.-

Y tiré la llave de las esposas al suelo, diciendole- no vas a ganar nada pegándome, no voy a tener la llave encima, de verdad necesito confiar en vos… una vez que esté del otro lado, te voy a dar tus cosas…se puede?- y me dijo- tenemos un trato, vecino-

Me acerqué a él, con mucho miedo, me miraba, con el pálido fondo de sus ojos, y sonreía, podía ver como se le hacía agua la boca al ver los tubos de ensayo.

Una vez del otro lado, me dijo- para terminar la historia… intentó hacerme un antídoto, se volvió todo extremadamente opuesto, me dejó así, con estas complicaciones que tengo ahora, no puedo usar los párpados, me pongo un paño bañado en suero en la cara para poder dormir y por alguna razón la única carne que digiero es… la más parecida a la mía…- le alcancé sus cosas… pero se me resvaló uno de los tubos, y se hizo pedazos.
-NO!!!! hijo de puta!!! eso era la adrenalina-

- disculpá, ya vengo, voy a hacer algo y ya vengo-
Y él respondió- vos no entendés!!! Si no me inyecto adrenalina pasados 10 minutos que la morfina, mi corazón se puede detener, por favor andá a buscar otro!!!-

- es lo menos que te merecés, mataste a un pobre pibe-
Entré a mi departamento y cerré las cortinas, mientras escuchaba:
- por favor! Por favor, alcanzame, por favor!!!- seguido de unos gruñidos y llantos.
Abri la puerta del frente y dije- perdón, Jefe, disculpe la tardanza.-
Él me preguntó- che vos te garchas a tu vecino?-
Dije- q-quee? Nooo, ni ahí, yo no soy gay-

-posta no sos?-

-en serio- dije mirándolo un poco enojado.

- te estoy cargado pendejo, que te haces el ofendido jaja. Bueno mové los almohadones y vamos a empezar con esta mierda, aca tengo los CDs.-

Corri los almohadones y empezamos a sacarlo todo de su lugar, fue un proceso de unos 20 minutos más o menos, durante el cual podía oir gruñidos y martillazos de David, supuse que intentaba romper las espozas.

Mi jefe me preguntaba- que es eso?- y yo le decía- es medio loco el de acá al lado.-

Muy entre risas dijo- ah, por eso no te lo cojés.-

Para cuando se iba el jefe con sus cosas me sentía ya muy aliviado, me pidió que lo ayudase a poner las cajas en la camioneta.

Por lo que baje las escaleras con él y eso hice.

Mientras subía, tanteé mi bolsillo para llamar a la policía y terminar con toda la pesadilla…
pero mi celular no estaba ahí. Supuse que se me había caído cuando me fui al piso en el depto de mi vecino.

Antes de entrar, noté que no se escuchaban mas martillazos ni gruñidos… se había rendido, había muerto ya?

Entré a la residencia, y las cortinas que daban hacia afuera, estaban cerradas, la heladera abierta, muchos tubos de ensayo rotos en el suelo, una de las hornallas estaba encendida, había sangre por el suelo, y olor a carne quemada.

Abri las cortinas del balcón… solo estaban las esposas y medio antebrazo allí!!!
Él mismo, usando sus dientes y un martillo, se zafó para conseguir lo que quería…

Mi teléfono no estaba allí, por más que busqué, cuidadosamente, por lo que debía de estar en mi departamento.

Entré y tampoco era así… pero tenía mi notebook.

Apuradísimo, sin perder tiempo, le dije a Eli por un mensaje en Facebook, que llamase a la policía , que no hiciera preguntas. Y por más que aparecía como conectada, no respondió, ni siquiera me decía si el mensaje había sido visto.

Comencé a sentir un olor, muy fuerte… era carne quemada.

Al voltearme, la puerta de mi baño estaba arrimada… pero yo siempre la mantengo cerrada.

Lentamente, con el corazón en la mano, me iba acercando… y dejé de avanzar cuando escuche un “TRACK” contra el vidét…

Parecía un plástico. Ahí tomé el palo de amasar, que estaba en la mesada…y segui escuchando “TRACK” CLICK”CLANCK”.

Había estado pasando esto por días, estaba cansado, fui y de una patada la puerta.

Estaba David, rompiendo mi teléfono celular contra lo que tuviese cerca, no tenia su mano izquierda, su carne estaba quemada, se había cauterizado la herida para no perder sangre, y podía ver sus huesos Radio y cúbito, astillados por los martillazos.

Se volteó, lentamente, y con su profunda y pálida mirada, dibujó una cara de enojo muy primitiva, parecía como si le costase usar los músculos de la cara, me enseñaba los dientes y chorreaban tanto baba como sangre de su boca, sus ropas estaban prácticamente rojas…

Con dificultad, con la garganta muy ronca y débil dijo:
- sabes que le paso a mi amigo? El que me hizo esto?-

Yo no le podía contestar, estaba asqueado por la imagen.

Y dijo entonces- lo colgué del ventilador de techo…y fui comiéndome su carne de a poco…pero no moria… de alguna forma- inclinando la cabeza y acercándose a mí, siguió- lo que me inyectó, mezclado con mi saliva, hizo que su corazón latiese lentamente… y sufriera, del dolor de estar muerto en vida.- y mientras sacaba el enorme martillo de su bolsillo seguía- empezó a sufrir lo mismo que yo, pero él no respiraba… no parpadeaba, sus ojos se pudrían mientras, seguía vivo…se comió sus propios labios, ya que no le quedaba de otra… y así estuvo… durante tres días.- y lanzo un golpe con su pesada arma.

Yo intente cubrirme con mis antebrazos, pero el termino golpeando y quebrando uno de mis huesos.

Salí corriendo por mi puerta, mientras él gritaba- Y a vos te voy a hacer lo mismo!!!

Corrí escaleras abajo y me topé con unos policías, que estaban entrando al edificio.

-Por favor!!! por favor cáguenlo a tiros!!!- dije, y me contestaron:
- a quien pibe? Qué te pasa?- mientras agarraban el arma de su cinturón.

Entonces vi que David, percatado de la presencia de estos hombres. Tomó la escalera de emergencias (para casos de incendio) y salió por la puerta de atrás.

Así terminó esto, les enseñé el departamento de mi vecino, ambos fueron al baño a vomitar.

Eli fue quien llamo a la policía, leyó mi mensaje mientras salía de bañarse.

Al parecer mantuvo demasiado contacto directo con David, y la tuvieron que internar en el hospital escuela y someterla a tratamientos como los que él solía tener.

Fui a visitarla, me dijeron que evitase cualquier contacto, podría ser muy peligroso.

Temo mucho por su hermanito, que siempre llega, la abraza y la besa, después se va al colegio, ya que le queda cerca. Va a la Escuela Normal, o sea que son solo un par de cuadras.

Ahora mismo, estoy en chaco, de visita, llegué hace un par de días. Me enteré, escuchando la radio, que unos pescadores encontraron un cuerpo flotando en el
Paraná, tenía un par de golpes en la cabeza y se le había amputado la mano izquierda de forma brusca.

Y al mismo tiempo me enteré que sospechosamente hay demasiado movimiento militar en Corrientes, que se está por realizar un simulacro… tendrá algo que ver?



Te gustó la historia?
Si, tiene un final raro…

No, por supuesto que ahí no termina…
Todo sigue acá!