Lo que vas a
leer es un pequeño guion que escribí hace unos meses.
Cuenta con
pocos detalles y pocas descripciónes porque adoro el abstractismo, la verdad
que si algún dia lo ejecuto (ni bien tenga cámara) me gustaría que quien sea
que lo interprete se exprese como se le cante. Y quien sea que lo lea vea a los
personajes como su cerebro decida que se ven.
No toma
lugar en ninguna época específica y de fondo suena un televisor pasando un
partido de fútbol.
Narración: “Afuera está nublado, húmedo y caluroso. Se puede ver un bar
tan crudo como el mismo clima que lo envuelve y el que lo integra, totalmente
opuesto.
Por
dentro es frio, pero aun así todos sudan. Es cálido, pero aun así todos se
abrazan a sí mismo. Y es seco, pero eso no impide que la barra esté siempre
mojada en círculos.”
Un hombre
vestido de forma poco llamativa se sienta en una butaca junto a una chica que
no hace más que mirar el tequila que pidió. Ambos aparentan tener entre 20 y 30
años.
-Espero que
no hayas pagado por eso aún- dice él.
-Lo mismo
digo por esa frase. ¿La recibiste en un sms para levantar minas?
-¿Como?-
-¿Que no ves
la tele a la madrugada?
-Sí,
entiendo el chiste, solo que… no dije nada para ofenderte. ¿Hace falta que me
trates así?
-Perdon… las
butacas resaltan más mi culo que mi personalidad y…las probabilidades de que
alguien agradable se me acerque acá no son altas.
No se miran
directamente, ambos lo evitan.
-¿Qué te
hizo comprar eso?
-Un idiota,
que cree que la solución a los problemas es no hablarlos, sino coger. ¿Y vos?
-Todavía no
me pedí nada para beber.
-No, pero
miras mi trago como si no pudieses costeártelo.
-Puedo, solo
que no sé si es… buena idea.
-Sí… estamos
iguales. ¿Qué te trae a este círculo del infierno? No me digas que lo mismo que
a mí. Tengo suficientes amigos gay.
-Eventualmente
una idio… no, solo mujer. Una mujer.
-¿Eso es una
generalización?
-No, es que…
ni siquiera sé cuál es el problema, ni siquiera sé si estamos peleados o si en
realidad todo está dentro de mi cabeza y… no sé.
-Dejame
adivinar…
-No es muy
difícil.
-Te ignora.
-No se si es
posible que me ignore. Nos vemos muy seguido, pero… por más que estemos en la
misma habitación… sé que no está allí, no está conmigo. Piensa en algo más. Quizás
en alguien.
-¿La amas?
Suspira y
sonrie-No sé. Quizas solo bajé la guardia.
-¿Como?
-Sí. Siempre
tengo mucho control sobre mis emociones. Evito engancharme. Pero como vi una
dirección para esta relación- arregla su cabello con una mano- vi un futuro… o
algo así. Bajé la guardia, me entregué y ahora sufro las consecuencias.
-Entiendo.
Antes de ella no eras de tener relaciones serias.
-Ni siquiera
sé si ésta lo es. Quizas las señales que vi estaban solo dentro de mi cabeza. Y
vos con tu nov… con tu- Dibuja comillas con las manos-“Razon para beber”, ¿sabes
cual es el problema?
-Si. Estoy
insegura en cuanto a muchas cosas. Pero no te conozco. No me sentiría cómoda contándotelo
mientras me mira tan de cerca este trago.
Él levanta
la mano y cuando el camarero lo mira grita- Cervezas. No me importa cual.
Quiero dos porrones.
-¿Y eso?
-Vas a
acompañarme con una.
-No te va a
funcionar. No soy pañuelo de nadie.
Él la mira
de reojo y sonríe de forma penosa:-Te estoy ofreciendo un oído y una cerveza.
No hace falta que me des nada a cambio.
-Okay… con
este chico… creo que tengo miedo de salir lastimada.
-Aham…
-Creo que él
me hace sentir insegura en cuanto a esto, cada vez que hace algo que me
recuerda a relaciones anteriores.
-¿Como qué?
-Pequeñeses.
No necesariamente algo malo. El solo verlo ponerse una corbata parecida a la de
mi ex ya me hace recordar lo difícil que fue superarlo. Y pasar por algo
parecido me espanta. Y sí, el problema soy yo.
-¿Se lo
dijiste?
-De forma
indirecta…
Ambos rien a
la vez que el bartender les abre las pequeñas botellas de Budweisser.
-¿Por qué
hacen eso?
-¿Qué cosa?-
dice ella antes de beber un trago pero sin dejar de mirarlo al rostro.
-Hacer de
todo un acertijo. ¿No podemos simplemente… comunicarnos explícitamente?
-Creo que
tiene que ver con muchas cosas. Timidez, miedo…
-¿Miedo?
-Si. Algunas
personas saben que el problema está allí, e intentan hacerlo a un lado
constantemente, para resolverlo después o solo si por casualidad se da la ocasión
de charlarlo…
-¿Que tiene
que ver eso con el miedo?
-…que lo
hacen por miedo. Temen llevar el problema al centro de atención porque eso
convierte a uno en “el malo de la historia”. Como que sería “no habriamos
cortado si no hubiese dicho tal cosa”.
Él queda en
silencio unos instantes. Sujeta la botella transpirada pero no la acerca a los
labios.
-Creo que…
-¿Que se te calienta
la cerveza?
-No. Creo
que tengo que hacer una llamada urgente- Se para, deja dinero en la barra y se
va.
Segundos después,
el celular de ella suena