29/10/12

Dead Outbreak: El Vecino (DIA 3)





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Disfruten...


Después de hablarme al oído, caminó hasta mi balcón, y de un salto se volvió  al suyo.

Para este momento yo … con los ojos totalmente abiertos, lagrimeando, y temblando como nunca, intentaba sentarme.

Los golpeteos de mi corazón eran tan fuertes ahora, que creo que me iba a dar un ataque.

Sentí algo quemándome la garganta, al parecer era bilis. Ya sentado en la cama, me miraba las manos, y se movían frenéticamente, nunca había estado tan asustado, vomité bilis y empecé a toser. Respiraba raspando mi garganta, me faltaba el aire, estaba demasiado asustado.

Cerré todo bajo llave y  está de más decir que esa noche no dormí. Cualquier ruido, por más mínimo que fuera, yo me despertaba gritando –AAAAH , AAH!!

Cuando me fui, tropezando varias veces (por mis piernas licuándose) al baño a lavarme la cara, en mi reflejo observé que la tenía muy deformada por el susto, sentía como si en cualquier momento, veria a alguien salir de detrás mío. Nunca había visto tantas arrugas en mi frente, ni una expresión de terror como tal.

Entonces vi, por el mismo espejo, una esquina blanca que salía de mi bolsillo. La saqué lentamente, era el papel que había levantado en la casa de Eli. 

Decía- debilitación constante de los músculos pequeños, cardiacos, de uso involuntario , y del metabolismo - y por encima tenia marcado el sello de un Doctor.

Más abajo de esto decía – constante aplicación de gotas en los ojos para evitar peores lesiones de córneas y pérdida de la vista. Suministración de morfina en grandes proporciones para evitar las constantes migrañas u otros dolores y estimulantes para evitar la debilitación crónica del ritmo cardiaco .-


¿Qué era este tipo? ¿Que tenia?


Pasaron así las horas y yo no dormí un carajo. Para las 1 PM no aguanté mas, bajé las escaleras y golpee la puerta de mi chica.

Tardó mucho en atenderme. Cuando así fue, me abrió la puerta con una remera y un short.

Tapándose los ojos de la luz de afuera. Entré rápido y le dije- cerrá la puerta, cerrá la puerta.- y ella diciéndome- ¿no es un poco temprano para vos?- pero yo me puse a mirar a través de la cortina si David no pasaba.

-Javi, ¿que te pasa? Estas temblando como loco- me dijo mientras me ponía la mano en el hombro.

-Este tipo, David, es un loco de mierda, le falla.- le dije con mucho miedo en mi pecho, agitando mis manos involuntariamente. 

Ella puso cara de enojada y dijo- Javi- con la mano en la frente- La mierda, ¿de verdad estas así de celoso?-

- Nooo, noo, boluda, no entendés, este tipo se metió en mi casa anoche, se pasó a mi balcón y se metió, le pego un mordisco a carne cruda, encima…creo que mató a uno de mis client…digoo a un amigo mío-

Ella achinó los ojos y mientras movía la cabeza sintiendo vergüenza de mí, me dijo – te estuviste drogando hijo de puta- yo le contesté que no, que no era así, pero ella insistió.

- Si, te acabas de delatar, vos vendes eso, y te andas metiendo-

- No! Nunca siquiera probé lo que…emm, la merca o lo que sea que crees que vendo.- le dije yo… ella me abrió la puerta para que me vaya y dijo:

- si llego a enterarme que intentaste meterte en la casa de ese chabón, yo voy a llamar a la policía Javier, ¿me entendiste?- y yo, con mis manos cerradas fuertemente…guardándome las mil cosas que decir contesté:
- si Eli, perdón por molestarte.- y me cerró la puerta.


Desde el otro lado gritó- me dijo que miro por la cerradura y vos estabas espiando, ¿a mí me haces eso también?-


Me quede ahí sentado, bajo la escalera un rato, pensando, otra vez con imágenes en mi cabeza, recordando la noche en la que vi de cerca su blanca pupila, y después subí a comer algo y ver si podía dormir un poco.

Mi sueño esta vez se situaba en el departamento de David, las luces eran unos fluorescentes de muy mala calidad, titilaban mucho y yo escuchaba el sonido metálico de algo colgando del techo y hamacándose.

 Me desperté por el ruido de un martillo, parecía estar golpeando unas piedras semi-huecas, pero al romper, se escuchaba como madera.

 Era mi vecino de al lado. Repetidamente, las golpeaba hasta que escuchaba que se rompían y después parecía tirarlas a un tacho de basura. Ya eran como las 7 de la tarde, empezaba a anochecer.

Entonces, escuché que levantó su bolsa, salió del departamento, se iba a sacar la basura. En ese momento no dudé mucho en qué hacer. Rápidamente, crucé a su balcón, pero estaba cerrada la ventana, y ahora ya había cortinas. Por un pequeño espacio abierto de la misma, vi en el suelo una mano, a la cual le faltaban cachos de carne.

La escena me dio mucho asco, y me voltee para evitar  vomitar, y ahí vi a mi vecino, en la vereda…dejando su basura en el canasto para que el camión lo busque dentro de unas horas.

 Ni bien dejó su basura, caminó hacia la entrada del edificio…pero a mitad de camino se detuvo.

Y se quedo ahí parado por unos diez segundos. Yo desde su propio departamento lo miraba, cuando de repente, se sacó sus espejados lentes, y miró hacia arriba, más exactamente hacia donde me encontraba yo, a mi.

Sus ojos eran completamente blancos, y los bordes de sus parpados eran de un rojo casi negro. Y ahí los tenia, apuntando hacia mí.

Me asuste muchísimo otra vez, volví a mi pequeño y cercano hogar y me encerré de nuevo, hundido en todos los miedos posibles.

Temblar, ya se había vuelto una costumbre para mí en esos momentos, y mientras respiraba a toda velocidad, mi voz se mezclaba con mi respiración, y me asustaba a mí mismo de a ratos, con estertores.

Sentí como si en cualquier momento él fuese a tocar mi puerta, o tirarla abajo, pero esto no pasó.

Pegué mi oreja a la pared y seguí escuchando.

Entró, cerró la puerta y lo sentí mover algo de vuelta, supuse que sería un cuerpo, el de mi cliente. Y siguió martillando, lo que esta vez supuse serían los huesos de la persona a la que vi tirada…

Pero claro, estaba martillando los huesos hasta romperlos y así poder tirarlos a la basura sin levantar sospecha alguna.

Mientras seguía escuchando los golpazos, levanté mi celular, y empecé a marcar el número de la comisaría más cercana… escuchaba que sonaba una vez…dos veces, tres veces, no me atendían.

Y hubo silencio, los martillazos cesaron. Cuando escuché.

TOC TOC TOC TOC

Levanté la mirada y ahí lo tenía a David, en mi balcón, golpeando el vidrio con una mano y con la otra sosteniendo el martillo, ambas, así como su ropa y botas, manchadas de un líquido rojo obscuro, resecándose y pegándose a la piel… bajé el teléfono y corté la llamada justo cuando me atendieron, me paré y agarré el escurridor.

Lo sostuve como si fuese una afilada espada y abrí de golpe la puerta-ventana corrediza.

Él como siempre con sus lentes puestos me dijo- ¿cómo supiste que venía a pedirte el escurridor?- me lo quitó de las manos y se pasó a su balcón de de vuelta.

Se  volteó y pronunció- se me cayó una botella de salsa de tomate.-

Me paré afuera y lo miraba escurrir mucho líquido rojo desde adentro, para que caiga en el orificio que conecta las canaletas.

Entonces me dijo- mañana a la tarde voy a hacer bastante ruido, te aviso, tengo que perforar el techo con el taladro, voy a colgar un candelabro. ¿No tenemos vecinos arriba no?-

Yo le contesté- no, no, el tercero es el último piso- entonces con su molesto acento y su gruesa voz dijo- ah cierto, si, lo vi, hace un rato mientras sacaba la basura.- e instantáneamente me preguntó- ¿qué te parece mi balcón? Bastante parecido al tuyo ¿no?.-

Se me heló la sangre instantáneamente, y volví a sentir los pálpitos de mi corazón, tan fuertes como los martillazos que escuchaba hacia un rato.

Y siguió diciendo, mientras tiraba un liquido para limpiar pisos y agua, colocando un trapo al escurridor para esparcirlo- Sos un tipo muy curioso Javier, eso no puede ser bueno para tu salud- y yo, asustadísimo le contesté- ¿Qué mierda tenés ahí adentro hijo de puta? ¿Un cadáver?-

Él me dijo- eso a vos no tiene por qué importarte Javi, así como a mí no tiene por qué importarme lo que vos tengas en el tuyo- puse mi celular por detrás mío y presioné el botón para realizar llamadas.

Él me sonrió y detuvo su limpieza, para sacar un frasco blanco de su bolsillo, retirar sus lentes y con los ojos cerrados empezar a ponerse sus gotas, mientras me decía- no serás tan imbécil y torpe como para llamar a la policía ¿no?- y ahora ya me era necesario respirar por la boca, mientras él seguía- yo tengo algo tuyo acá mirá- y sacó una bolsita con 1 gramo de cocaína de uno de sus bolsillos

- Hijo de puta, sos un hijo de mil pu…- le decía yo, cuando me interrumpió con- shh, sh, sh, vos a mi me tratas con respeto- mientras se colocaba los lentes de nuevo y se ponía a seguir trapeando

- Acá adentro, aparte de mi nuevo juguete, tengo tres bolsitas más- dijo. Y empezó suponer- digamos, digamos, hagamos de cuenta que vos sos tan mal vecino como para llamar a la policía, digamos que  consiguen la orden judicial para entrar  a mi departamento, digamos que encuentran estas bolsas con evidencia…- y detuvo la limpieza- Evidencia suficiente para revisar todo el edificio, antes de que puedas encontrar la forma de sacar todo lo que has de tener ahí escondido-

Yo solo cerraba los puños y enfurecido me iba para adentro otra vez, cuando me dijo- Pst! Pará- y me dió de vuelta mi escurridor- Gracias- e intentó limpiarse las manos en un balde con agua, lo cual le costaba, ya que con lo que se había ensuciado, estaba sólido.

Mientras me iba para adentro me gritó- ¿no odias cuando se te coagula la salsa de tomate?- seguido de unas risas.






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