3/7/15

Tirándole un poco de mierda al dogma


¿A qué dogma? Al de siempre carajo. Ese que tiene mil variaciones y todos creen estar más y más cerca del cielo que el otro, ese cuya verdadera cara, por alguna razón, todos sus fieles aborrecen.

El único que se basa en leyes morales antiguas, el mismo que puede volver a buenas personas en las más grandes bostas humanas.

El que convierte a tu semejante en un imbécil que mete la nariz en la vida sexual del prójimo y quiere decirle qué hacer.

El que toma leyes autoritarias y quiere introducirlas en un mundo real como si fueran a funcionar.

El que se adapta desganada y lentamente al mundo a medida que nota que éste no se adaptará a él.

El que te convence de que una persona, por su simple cargo y vestimenta, es sabia.

El que decide cuáles de sus palabras se cumplen y cuáles han de ser tomadas como metáforas.

El de atención selectiva.

El que te dice que tus acciones y pensamientos retrógrados están en lo correcto.

El más hipócrita de todos.

El que realmente logró que sus más grandes fieles solo escuchen las buenas noticias.

Aquel que acumula promesas.

Aquel que incita a la gente a odiar.

Ese mismo que dice hablar tanto de amor.

El que come mierda y vomita arcoíris.

Aquel dogma de las lindas palabras y el pasado oscuro.

El que habla bien del pobre, mal del rico y se sienta en oro.

El que se queja e imita.

El que inconscientemente hace énfasis en lo mucho que importa la imagen.

El que adora a ladrones y mentirosos.

El que le costó su libertad física, mental y sexual a tantos.

El que protege a delincuentes de todo el mundo.

El de las lindas reglas y la no tan linda historia.

Un dogma misógino que habla bien de la madre.

Uno que funda escuelas y hospitales que no planea mantener.

Uno con poder político y sin miedo a presumirlo.

Uno que bandalizó su propio museo y no se molestó en restaurarlo.

 Un dogma parodia de sí mismo que insiste en negar el materialismo pero rechaza a quien quiere obedecer dicha regla.

Un dogma que abala la ignorancia por miedo al poder del saber.

De ese dogma quiero decir algo, solo unas breves palabras.

No importa cuánto moleste, no importa cuán intensos y ruidosos sean sus gritos y quejas, el mundo, la sociedad, las personas son más inteligentes de lo que ese dogma especula y espera. Avanzan, evolucionan y eventualmente buscan y llegan al bien común.

Los pensamientos de ese dogma quedan atrás y solo para no quedar mal terminan diciendo que la metáfora que tomaban de una forma significaba otra.

Ese dogma se va a arrodillar ante aquellos a quienes tanto atacó y les pedirá clemencia y su extinción ni siquiera figurará en los libros de historia por más que a ellos les encantaría. Porque será gradual, ni lo notaremos y será un hermoso momento que nade podrá apreciar.


Ese será el momento en el que la sociedad se habrá salvado de sí misma.