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Era un viaje corto, molesto, como la mayoría hechos en un transporte público, con las incomodidades de siempre. El bebé llorando, las viejas conversando, justo detrás de él.
Era un viaje corto, molesto, como la mayoría hechos en un transporte público, con las incomodidades de siempre. El bebé llorando, las viejas conversando, justo detrás de él.
Se llama Manuel, es un muchacho de unos 16 años. Estaba
regresando de la casa de sus primos, de Posadas, Misiones, hacia su hogar,
Corrientes. Seamos honestos… si se viaja
de noche, éste no es un viaje largo.
Cansado de las huevadas que contaban las mujeres sentadas
detrás de él, pensó en sumir su atención hacia alguna de las películas que
tiene en su computadora.
Abrió su laptop y rebuscó entre el repertorio, algún filme
que no se lo haya visto ya unas cuantas veces.
Encontró una comedia,
de nombre muy raro y como no la reconocía, se puso los auriculares y empezó a
verla.
Termino siendo bastante aburrida. Se resumía a chistes de
pedos y mal entendidos sobre homosexuales…
muy básico para su gusto. Y en efecto, terminó durmiéndose.
Tuvo un sueño, en éste, él estaba muy abrigado, caminando por
las calles de Posadas, más específicamente en la zona central. No había nadie
en las calles, y por más que el tenia tantas ropas encimadas, se moría de frio.
Y era tal la baja temperatura que percibía, que le costaba moverse, era como si
sus músculos fuesen arcilla congelada, y le dolía hasta los huesos.
Se despertó con un bache que agarró el autobús y lo hizo
saltar. Las ventanas estaban empañadas. La laptop en su regazo, apagada. Se la
quitó de encima y la puso en el asiento vacío a su lado.
Hacía mucho frio. Él tenía ganas de ir al baño. Pero todos
sabemos cómo es despertarse en plena noche en un viaje en colectivo. No entandés
nada, generalmente temes los oídos tapados y el sonido del motor es algo a lo
que nos acostumbramos tanto que termina siendo agradable.
Como él estaba yendo bien adelante, en el piso de arriba,
podía ver hacia afuera con sólo correr la cortina. Y así lo hizo, pero no veía
nada, el vidrio estaba empañado. Intentó limpiarlo, pero todo indicaba que la
humedad estaba por el lado externo del vehículo.
Muerto de frio, con su camisa de mangas cortas, y sus
delgados brazos de un digno jugador de videojuegos, iba abrazándose a sí mismo
hasta el baño.
Mientras hacia lo suyo, miraba por la pequeña ventana hacia
fuera, le llamó la atención no ver arboles, ni un mísero bulto en el horizonte
plano.
Al salir, y de nuevo sentir el aire helado, se acercó hasta
donde está la cortina que da con la cabina del chofer y gritó- pueden aflojarle
al aire acondicionado? Gracias!- y volvió a su asiento.
Sin siquiera mirar la hora, volvió a intentar dormir. Pero el
vehículo iba muy velozmente, pisando pozos de una manera anormal, y el frio lo
estaba matando. Entonces pensó- con esa peli dormí una vez, por qué no dos
veces?- y presiono el botón de encendido en su máquina… pero no funcionó.
Pensó que esto estaba teniendo un efecto retardado, así que
volvió a intentar, y no funcionaba. Esto empezó a asustarlo, creía haberla roto
de algún modo mientras dormía hacia unos minutos.
Al estar ya un par de minutos despierto, empezó a plantearse
sobre su noción del tiempo y le entró la duda… que hora será? ( todo esto con
el sonido del motor de fondo, el viento rozando los lados del transporte y los
constantes baches).
Como la mayoría de las personas, él no usa reloj, y sacó su
celular del bolsillo… y éste tampoco encendía.
La situación era demasiado confusa, pero en su estado de poca
lucidez aun, por la incómoda siesta, pensó en preguntarle la hora a alguien
más. Pero a sus lados no había nadie. Así que miró hacia atrás.
Solo había unas pequeñas luces azules a los lados del pasillo(en
el borde de las repisas para poner el equipaje de mano)… que no iluminaban
nada.
Se levantó de su asiento y empezó a caminar… y por más que avanzaba…
no veía a nadie, los asientos estaban vacios, no había nadie en el colectivo, y
su caminata tunca terminaba.
Él iba mirando hacia adelante, pero las pequeñas luces iban
apareciendo a medida que avanzaba, más y más, y el pasillo no tenia final y él
caminaba cada vez más rápido, asustado y confundido, muy exaltado, cada vez con
más temor en su rostro, respiraba de forma asmática y quería llorar.
En un momento, dejó de avanzar, escuchó como si alguien se
levantase.
PHUK PHUK
Dos pesados pies o pesuñas, sólidos, golpeando el piso… un
poco más hacia delante de Manuel. Quien debía sentirse contento de haber
encontrado a alguien, pero no lo estaba. El no veía más que una silueta entre
dos débiles focos azules. Una silueta extraña, parecía ser alguien muy alto,
estaba agachado para no golpear su cabeza contra el techo… y estaba allí parado
nada mas, respirando profundamente.
Manu le dijo- señor?-
y este no contestó, solo empezó a caminar hacia él.
PUCK - PUCK
Mientras Manuel empezó
a dar unos pasos hacia atrás. Y volvió hablarle- señor que pasa?-
PUCK – PUCK - PUCK - PUCK
y caminaba más rápido, y podía oír que ahora ESO… respiraba
por la boca, y escuchaba estertores salir de ella, con una voz inhumanamente
gruesa, entonces se dio vuelta y empezó a correr. Y esa bestia corrió tras de él.
Hacia unos ruidos, terribles con cada paso como si fuese a
romper el suelo.
Mientras gritaba y se dirigía hacia la parte de delante del
bus, Manuel decía- espere! Espere!!!!- con el corazón en la garganta, con sus
piernas difíciles de controlar y un miedo que lo mataba por dentro. Y podía oír
los pesados pasos, como los de un caballo andando en dos patas, y desde atrás
le gritaba con un alarido que haría que cualquiera ensucie sus pantalones.
Hasta que de repente llegó hasta la parte más frontal, el
asiento donde él estaba, y los pasos dejaron de ser perceptibles, solo se escuchaba
su respiración.
Y más allá de no poder ver nada, él sabía que esa cosa lo
estaba observando.
Con las manos temblando y fuera de control, volvió a sacar el
celular de su bolsillo e intento encenderlo. Esto no funciono y Manu empezó a
llorar. No entendía nada, no sabía que estaba pasando… y pensó entonces en ir
al único lugar donde obviamente había alguien… la cabina del chofer.
Asustado, y como únicas luces, las de guía del pasillo y las
del mismo colectivo, que entraban por la ventana frontal. Bajó las escaleras. Y
hacia su izquierda estaba la cortina… él la corrió, pensando encontrarse con el
conductor del bus y el parabrisas… pero
detrás no… no sé cómo decirlo.
Es difícil de explicar, no había nada, solo oscuridad. El
tampoco tenía algo con qué iluminarse.
Empezó a caminar en este vacío, a ver si se topada con el
volante, los frenos, la palanca de cambios, pero no, no había nada, caminó
hacia atrás para encontrarse con la cortina y la atravesó, llorando ahora más
fuerte, dificultando su respiración, los saltos que pegaba el bus por el
deteriorado terreno tampoco ayudaba.
Su confusión aumentaba cada vez más. Estando allí abajo,
pensó en chequear si había pasajeros, él solo había estado arriba.
Pero ni bien pasó por al lado de la puerta del baño, escucho
esos pesados pasos de pesuñas viniendo hacia él desde la parte de atrás de esta
zona.
Instintivamente, gritando muy fuerte entró en el baño y cerró
la puerta lo más fuerte posible.
Dentro del baño había mucha luz. Se sintió encandilado, pero
mucho más seguro acá. Hoyó cómo esa enorme criatura pasaba de largo el baño y
según especuló, siguió hasta después de la cortina.
Aprovechó la oportunidad para tomar un poco de agua de la canilla.
y al mirarse al espejo pudo darse cuenta de algo. No lograba enfocarse en ver
su imagen.
Por más que intentaba mirar fijamente su reflejo, no podía…
esto era un… un sue…?
SE DESPERTÓ
Un hombre lo movía de los hombros, le dijo- pibe, bajáte, ya
llegamos a Corrientes-
Era el que limpiaba el colectivo, al mirar hacia los lados,
veía a través de las ventanas, estaba en
la terminal de Corrientes.
Su alivio era indescriptible.
Al bajar del colectivo y ver a su madre esperándolo, le dio un abrazo
muy fuerte y ese fue el dia mas relajado de su vida. Se la paso halando por
teléfono con su novia y contándole su rarísimo sueño.
Después de la cena con la familia, todos iban despidiéndose
de a poco.
Su hermana fue la última en irse a la cama. Antes de hacerlo,
le dijo- tenes algo entre los dientes- lo cual le hizo pensar que esta noche se
lavaría los dientes sin mirar hacia el espejo, de tanto miedo… y eso fue lo que
hizo, no quería dormir pensando en esa horrible pesadilla.
Se recostó en la cama, relajadísimo cerró los ojos y pensó en lo bueno que era ya haber vuelto,
estar en casa con Papá, mamá y…
Su hermana
Su hermana ya no vive
con ellos, se mudó con su novio hace tres años.
Abrió los ojos y notó que estaba sentado… frente a él veía
vidrio empañado, un cielo muy oscuro, podía sentir que estaba encima de un vehículo
en movimiento. Y al mirar a sus lados, solo asientos vacios.
Miró hacia atrás…las luces de guía del pasillo se venían apagando
desde atrás hacia adelante, como si algo que se acercaba velozmente las fuese
tapando.