26/10/12

Dead Outbreak: El Vecino (DIA 2)

Primero que nada, si queres leer bien comodo, tenes la musica perfecta para hacerlo en este link

Disfruten




Al comienzo no sabia donde estaba.

Al tantear las paredes e ir encontrándome con los muebles, entendí que era mi departamento, no sé si estaba muy oscuro o mis ojos simplemente eran los nublados.

Podía sentir un vapor caliente viniendo del baño.

Me fui así, a ciegas hasta allá. 

Al ingresar encendí la luz. El espejo estaba empañado y alguien había escrito con el dedo

“¿TE GUSTÓ LO QUE VISTE?”

Muy enojado pensé en agarrar una toalla para borrarlo.

Pero al extender la mano hasta la percha junto a la ducha, de detrás de la cortina salió alguien muy pálido, con los ojos sangrando y me tomó por el antebrazo…

"TOC TOC TOC"

Desperté, nuevamente rondando las 4 PM, alguien golpeaba la puerta.

Fui a atender, con los ojos aun semiabiertos y era un muchacho vestido de negro, a mi parecer, un "Emo". 

Joven. Quizás entre 15 y 17 años.

–Hey que tal, em…¿vos tenes la sal?- dibujando unas comillas con sus dedos.

Yo con mi dedo índice apunte hacia la letra que está en la puerta de mi departamento y le dije –Eso depende…¿sabes leer?- me miró confundido por unos segundos. Con un gesto le dije que pasara.

Tomá asiento- dije en voz alta al notarlo caminar en círculos allí dentro.

–No, no, gracias-me dijo mientras ponía las manos en los bolsillos, jugaba y reacomodaba su pulsera con tachas, retorciendo el antebrazo.

Corrí uno de los almohadones del sofá, dejando así al descubierto una de las cajas de madera que se hallaban debajo, la abrí (eran 3 en total, una por cada almohadón) y le dije:

¿Qué te pasa?  Parece como si hubieses visto a tu suegra en bolas-

Se rió y dijo–Estoy con miedo- 

Sonriendo le dije
¿De qué?-

–Es la primera vez que voy a buscar la coca yo, siempre viene un amigo-

–No te preocupes pibe- le dije mientras me sentaba en el sofá y encendí la tele–Sentíte como en tu casa. ¿Te dio el papel José?-

Me miró extrañado y le dijeJosé, el tipo al que le pagaste por la coca- y me dijo –Ah sí, si

–Bueno, dámelo que con eso busco mi plata después yo- 

Miré el papel y decía- 5 g

Le di sus 5 bolsas chiquitas y al parecer no sabía qué hacer, si sentarse a hablar conmigo o irse. 

Che ¿querés esnifarte una acá primero? Digo, para probar que onda, es la primera vez que me comprás-

En realidad una amigo suele...- empezó a decir y luego notó que era un intento mio por ser amable. Se corrigió–No, no, así nervioso no, Pero si puedo tomar un té o algo. Perdón. Estoy nervioso.

Seguro- respondí consciente de que no era buena idea que un muchacho con tanta pinta de drogadicto saliese de mi hogar viéndose nervioso.

Le di los ingredientes y él se preparó su té. Miró un rato TV conmigo y se relajó un poco.

Al parecer llegó a sentirse cómodo, hablaba bastante y hasta levantó los pies sobre mi mesa enana.

Para cuando estaba más despejado se paró y se fue.

Vi que por su torpeza, al salir se le cayó uno de sus gramos embolsados.

Corrí a levantarlo y abrí la puerta para alcanzárselo, pero ya no estaba, y sentí a mi nuevo vecino azotando la puerta.

Empezaba a recordar lo de la noche anterior… ¿realmente había pasado?

Entré de nuevo y me pegué un baño. Cada vez que me ponía bajo el agua recordaba el sueño. 

Al salir de la ducha tuve hasta miedo de mirar hacia el espejo empañado.

Fui hasta lo de Eli y golpee la puerta. Para mi sorpresa, no contestaba. 

Pero podía escuchar su risa. Golpee nuevamente y no, seguía sin responder.

Pero otra vez escuchaba su risa y también la oí decirPará, pará, shh escuchá.- 

Entonces gritéKNOCK KNOCK!- y ella le dijo a alguien–Te dije. Te dije que iba a decir eso-


Abrió la puerta y me saludó de manera normal, seguido deMirá quien está acá- 

Era David, estaba de visita en la casa de Elisa. Con sus lentes de sol, su cabello hacia arriba y algo muy raro al costado de su boca, era una mancha roja.

Entonces me senté al lado suyo. Dije- ¿Que es esa mancha roja que tenés ahí?-

¡¿Donde?!- preguntó, muy asustado

Al costado de la boca- le respondí.

Aah eso, es que, conseguí una novia acá, hace un rato se fue- 

Miré a mi chica, estaba poniendo caras de frustración.

–Pero vos seguro andas con miles al mismo tiempo- dijo ella y David solo le sonrió.

Yo, al estar tan cerca suyo intentaba mirarlo de perfil, quería ver sus globos oculares.

De repente pareció recordar algo, se levantó y dijoElisa, dejé mi basura en tu puerta, disculpá-

Ella respondió apuradaNo, no, es mi culpa, yo te invite a pasar- 

Él respondió caminando hacia afuera - ya vengo, voy a dejar esto afuera- tomó sus bolsas y se fue hacia afuera… pero dejó caer un papel, sobre el cual yo instantáneamente fui a pararme. Para que no volara ni los demás lo vieran.


Sacando la basura a las cinco de la tarde...- 

Ella me contestó condescendiente Van a ser las siete, Javi-

Mi mirada divagó, pensé qué exactamente estaba queriendo usar como insulto, por qué lo decía con aquel tono de voz. Pero no tenía ningun sentido para mí. Quizás me cegaba el miedo. La paranoia.

Anoche… ¿vos me pusiste algo en la bebida?- pregunté.

Ella confundida me contestóNo, ¿con cara de qué me viste vos?.- parecía ofendida.

Y  musitando me expresé:–Los ojos de este pibe, creo que ya sé…son…- y ella me interrumpió rápido y susurrando.

–Shhh. Cállate, recién bajaba a sacar la basura y se le cayeron los lentes, sus ojos son totalmente grises pálido, me contó que tiene una enfermedad muy rara y el tratamiento, que es intravenoso, dijo que le reduce la producción de mucosa y la temperatura corporal. Si no se pone gotas cada hora puede quedar ciego.-

Después de oír eso, me sentía muy mal. Levanté el papel sobre el cual estaba parado y me lo puse en el bolsillo, para tirarlo después a la basura. 

Volvió y siguió conversando con nosotros…a su forma. Ya que casi no hablaba. Se mantenía distanciado. Por momentos chequeabe un celular barato, bastante nuevo. Tenía aplicaciones de distinta índole. Parecían mapeos de dietas y distintas alarmas para gotas e inyecciones.

Después de un par de horas se fue, dijo que había dejado carne afuera de la heladera y que mejor subía a cocinarla.

Yo también me fui a mi depto, por lo tanto subimos las escaleras juntos.

–Ahora me dejaste con antojo pibe, me voy a hacer un buen bife.- le dije.

Él me contestó–Yo te invitaría a comer hoy, pero con esta carne soy muy mezquino, es difícil de conseguir.-

Lo miré ¿Venado? ¿Yacaré?- 

Sonrió de forma escalofriante y dijo–No, más exótica aun- y cuando se iba a meter en su lugar de vuelta, le dije–Che, y ¿como va esa fiebre?-



Ya está, me curé- expresó sonriendo. 

Ah buenísimo, nos vemos- dije y extendí la mano, y él la suya…

Mientras me daba el apretón, vi su muñeca… tenía una pulsera con tachas, muy apretada como para él.

Entré al depto y abrí la ventana, para llevar hasta el balcón el anafe y cocinar allí, no quería llenar de olor mi departamento.

Saque un bife del freezer, pero era demasiado grande, así que intenté cortarlo con mi cuchillo más filoso. En vano, intentar cortar carne congelada. Terminé haciéndome daño, un enorme tajo en uno de mis dedos, ensuciando la carne.

Allí afuera, dejé mi bife helado y decidí esperar a que se descongele por sí solo. No tenía ningún apuro…ni tampoco un microondas.

Me tiré sobre el sofá a mirar tele…y así, eventualmente, terminé dormido, chupándome el dedo lastimado.









TAP
TAP


El sonido de dos pasos, o de un persona aterrizando de su salto me despertó, intenté seguir, pero ya había perdido contacto con lo que estaba soñando… así que saqué el índice de mi mano izquierda de la boca y abrí los ojos… pero lo que vi, me hizo querer cerrarlos de vuelta.

Había alguien…parado en mi balcón. Lo veía de perfil… la ventana no estaba cerrada, este sujeto podía entrar si así lo quisiese. Pero solo estaba allí, parado, respirando profundamente.

Reflejos de escasa luz en su rostro a la altura de su boca lo delataban relamiéndose los labios, parado en una mala postura. 

Miraba hacia donde estaba mi anafe. Hacía ruidos con la nariz y de a poco se iba agachando y asomando la cabeza hacia el enorme cacho de carne.

Lo sostuvo primitivamente con las manos y arrancó un pedazo del chicloso y crudo bife. Masticó un poco y después.

BThUP!- lo escupió. La onomatupeya de mayúsculas y minúsculas se dibujó en mi mente. Quizás por el pánico o por estar con la imaginación más activa por haberme levantado hacía solo segundos.

btgueeh! Bduaah!- se quejaba y yo seguía intentando comprender qué pasaba. Por qué había alguien allí. Y por qué había intentado comer carne cruda.

Otra vez volvió a hacer ruidos con la nariz. 

Iba hacia mí, era un tipo alto. 

Para cuando se había acercado ya demasiado, yo ya había cerrado los ojos.

Podía sentir lo que estaba haciendo… me inspeccionaba con el olfato, recorrió todo mi antebrazo, hasta que se topó con la herida de mi dedo, de la cual termino siendo esclavo, olía y olía una y otra vez mi herida

SNIFFF

SNIFF

SNIFFFF

Yo seguía escribiendo todo en mi cabeza, como si aquel horror estuviese subtitulado.

Solo intentaba  no moverme. Ni un músculo.

Mi corazón latía tan fuerte que me hacia el pecho, mis oídos se sentían tapados y escuchaba y tecleaba mi imaginación.

"TUC TUC, TUC TUC, TUC TUC" como el correteo de caballos en mi cabeza. 

Mis piernas, apenas podía mantenerlas quietas, temblaban como gelatina.

La tortura se prolongó por unos segundos más, hasta que terminó de drogarse con el olor de mi sangre. Pero justo ahí, asomo su boca más hacia mi oreja derecha, tomó aire lentamente y lo soltó diciendo

- ¿POR QUÉ TE HACES EL DORMIDO?




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