11/11/13

Dead Outbreak: Supervivencia (parte final)

Perdon la tardanza 




Ambos la miramos, como si nada, sin saber cómo reaccionar, pero ella, con una enorme cara de sorpresa, y luego de miedo, velozmente volvió a entrar al baño y la oímos gritar mientras cerrábamos nuestros ojos sabiendo la conversación que se avecinaba.

-         ¿Quiénes SON?- seguido de- ¡Vayanse! ¡Vayanse o llamo a la policía!-

Mi amigo Javi le dijo- somos amigos de tu novio, de Manuel-

Pero la chica respondió- Es mi hermano, imbécil. ¿Qué le hicieron?  ¿Está vivo?-

Ambos nos miramos, desesperados y yo respondí- Intentamos ayudarlo, pero… pero..-

-No, no, no, no me digan que se enfermó- decía la muchacha muy triste.

-No pudimos hacer nada- dijo mi compañero…y hubo silencio por unos segundos.

-Listo, llamé a la policía, están viniendo, más les vale irse-

-Mentira piba, la policía deja de contestar el teléfono a las 8 de la noche, no te vamos a hacer nada, en serio- Decía Javi.

-¡VAYANSE! ¡VAYANSE POR FAVOR!- gritaba ella.

-  Escuchame- le dije- te voy a dar un arma de fuego, y para que sepas que está cargada, te voy a dar el cargador por separado  ¿okay?- y Javier me interrumpió en voz baja- ¿EH? ¿TE FALLA?-

-shh, cállate- le dije, y luego dirigiéndome nuevamente a la chica- quiero que sepas que podes confiar en nosotros. No tenemos otras armas…-

Por unos momentos hubo silencio… y después dijo- estoy mirando por la cerradura, mostrame el arma, dejala enfrente de la puerta y alejate… con las manos en la cabeza.-

Como yo tengo una sola mano, le pedí a mi amigo que lo hiciera.

Unos segundos después que hicimos lo que nos pidió abrió la puerta, tomó lo que estaba en el suelo  y la volvió q cerrar.

Pude oír una bala rebotar en el suelo, seguido del “click” al introducir el cargador en el arma.

Después, salió, sosteniéndola con mucha fuerza, temblando y apuntándonos. Agarrando el arma como si probablemente hubiese visto alguna película de Angelina Jolie horas atras.

-Nombres- nos dijo, en forma de una orden.

-Mario- dije yo, y mi amigo- Javier-

-¿Podemos sentarnos?- pregunté cortésmente y la chica dijo- Sí, estaría más tranquila -

Mi amigo, muy inteligente le pidió- por favor, sacá el dedo del gatillo que nos vas a volar la cabeza con un estornudo-

-Supongo…ustedes me dieron el arma- y lo hizo, pero aun seguía apuntándonos.

-Somos del norte, estamos viajando hace un tiempo y hoy conocí a tu hermano…-Dijo mi amigo, sentado pero aun con las manos arriba.

- ¿Lo mataste?- preguntó la chica, apretando los labios, con mucha furia.

-Se sentía enfermo, agonizó por media hora, durante la cual me ofreció refugiarme acá esta noche y me dio su llave… su corazón dejo de latir y  momentos después atacó a una mujer.-

-Lo mataste… ¿sí o no? Contestame hijo de puta- Volvió a preguntar la chica, apretando fuertemente sus dientes y con lagrimas en los ojos.

Mi amigo la miraba y miraba hacia abajo. Ella volvió a poner el dedo en el gatillo y muy apresurado dije- Estaba sufriendo… de verdad-

Ahora me apuntó a mí, con sus ojos vidriosos, y me preguntó

- ¿cómo podrías saber eso vos? Nadie sabe qué es lo que pasa por la cabeza de los infectados, nunca nadie volvió…-

Y entonces bajé mis brazos, se asustó sostuvo más firme su arma…pero empezó a bajarla al ver que faltaba parte de mi extremidad.

-Yo fui una de esas cosas… y el único hombre que podía efectuar el tratamiento… está MUERTO-

-Por qué habría de creerte…para mí son solo intrusos… asesinos…-

-¿Un asesino te daría un arma para que lo mates? Estamos intentando explicarte que hicimos algo bueno por tu hermano… creeme, dejarlo en ese estado lo habría hecho sufrir hasta que su cerebro se pudriera-

Cayó en sus rodillas y llorando, con las manos en el rostro empezó a gritar, unos quejidos de cólera increíbles.

Mi compañero le quitó el arma de la mano, a lo que ella reaccionó tirándose hacia atrás y mirándolo con susto, pero él solo la guardó en su bolsillo, y se dirijo a la cocina.

Ella se arrinconó en una esquina, cerca de la puerta por la que había salido y se mantuvo en silencio, interrumpido por un llanto espasmico muy bajo.

-¿Y qué van a hacer ustedes? ¿Por qué están acá?- preguntó al cabo de un par de minutos.

- solo queremos descansar una noche, nos vamos a ir muy temprano, en serio- dije yo.

Javier volvió de la cocina y dijo- nunca tomas agua ¿verdad? Agua de la canilla…-

La chica contestó con un no, moviendo la cabeza, se secó las lágrimas y dijo con su voz llorona-compro agua saborizada. ¿Por?-

-Tu espíritu poco económico te estuvo salvando la vida piba, la cosa está en el agua- dije yo, pero ella, muy confundida, se levantó, se sentó al lado mío en el sofá y preguntó- ¿qué? ¿Cómo es eso?-

Mi amigo se acercó una silla a nosotros, se sentó y dijo- Yo te lo voy a explicar si dejas que mi amigo y yo usemos tu ducha…no necesariamente al mismo tiempo…-

-Creí que “la cosa estaba en el agua”- dijo, muy observadora la chica, pero él le respondió- solo si la bebés… en cierta cantidad. O si comes muchos vegetales regados con ella.-

La chica dijo- desde que vivo con mi hermano como solo fideos, arroz y porquerías enlatadas-

-Buenisimo, Mono, anda vos primero y yo le cuento a nuestra amiga- me dijo Javi…y con todo gusto accedí, llevándome mi enorme mochila al baño.

Me quite la cinta industrial del antebrazo izquierdo con ayuda de mi mano derecha, y la de mi antebrazo derecho con ayuda de mis dientes.

De verdad a veces prefiero haber muerto antes de arrancarme esa extremidad… más ahora que sé que fue en vano.

Me tomé mi tiempo, no desperdicie la oportunidad de poder usar agua caliente.

La última vez que me había detenido a ducharme había sido en un hogar escuela, en alguna parte de Entre Ríos, el agua era helada, y todo estaba oxidado… no podía creer que tenían a niños bajo esas condiciones.

Al salir del baño, vi a la chica un poco más tranquila, se había puesto un jean y una remera, estaba sirviendo CocaCola, mientras mi compañero de viaje se quitaba las cintas de los antebrazos.

-¿qué tal está?- preguntó.

-Terrible- dije yo, a lo que él contestó sonriendo y fue hacia el baño diciendo- la chica tiene un par de dudas, los dejo hablar- y se metió a bañarse.

La vi, sentada allí, no sabía si hablarme o no…

Cuando me senté al lado suyo y tomé uno de los vasos diciendo- permiso- ella asentó con la cabeza y me preguntó- tus papas… Javier, tu amigo, me dijo que los de él se refugiaron, pero… no habló de los tuyos. Dijo que te preguntara a vos.-

Volví a dejar el vaso en la mesa, después de tomar un par de tragos, y sin mirarla a la cara dije- Mi viejo, no pudo, no llegó a refugiarse, mi mamá y mi hermana sí. Las encontré en Chaco… muchos días después del desastre en Corrientes-

-¿Hablaste con ellas?- me preguntó muy interesada.

-si- le dije- Primero que nada... no podían verme con el brazo así, apenas me veían caminar y lloraban-

Presionó sus labios en forma de angustia - entiendo-

Y yo seguí-Me contaron que a mi viejo le habían avisado de que iba a haber una cuarentena, nos íbamos a ir a tiempo de la ciudad. Pero cuando salieron a buscar unas cosas, un accidente de tránsito los retrasó. Mi papá actuó rápido, sacando a mi vieja y a mi hermana del auto, llevándolas con un grupo de personas, parecían ser militares, un infectado lo mordió, a mi papá, los uniformados las subieron a un camión y las llevaron a un lugar seguro, no supieron más de él.-

-¿Por qué las dejaste?- me preguntó ahora, y yo confundido- ¿por qué no las traje conmigo?- pregunté. Ella afirmó esto.

-Ambas sufrían de los síntomas, y la verdad…, la verdad es que ya tuve que deshacerme de la versión… la versión bestial de mi viejo, lo vi infectado- comencé a lagrimear, y puse mi mano cubriendo mi boca.

-¿viste a tu viejo como una de esas cosas?- me preguntó.

-si…y la verdad… ahora pienso que por más mal que se haya sentido…atravesarle el cráneo con una bala, fue lo mejor para él, y ruego que alguien haya acabado con el sufrimiento de ambas… me siento un cobarde, suelo soñar con verlas… en estado de putrefacción, pasando por lo que pasé yo.-

Me sequé las lágrimas y dije- Lo que sea esta cosa, mantiene al cerebro funcionando hasta que se vuelva físicamente imposible… quizás más- y volví a tomar un trago.- de verdad te agradezco por dejarnos dormir acá, creí que nos ibas a matar.-

-Pensaba hacerlo, fuiste muy estúpido al darme un arma cargada- dijo ella.

Miró hacia otro lado, disimulando un inminente llanto.

Luego preguntó-¿De verdad te cortaste la mano con una lijadora?-

-emm…Sí, no me gusta que me lo recuerden-

-perdón…-hubo unos momentos de silencio, solo oíamos el agua de la ducha.

Ella retomó la conversación con- Tu amigo dijo que va a dormir en el sofá, vos vas a dormir en la cama de mi hermano, ¿está bien?- dijo después.

-Sí, y si no te molesta, me gustaría ir ahora- le dije, pidiendo permiso para marcharme.

-No es problema, por acá- me guió hasta la habitación de su difunto hermano y al momento en el que recosté la cabeza sobre la almohada quedé dormido…



Me despertó Javier, agarrándome del hombro y sacudiéndome- Dale viejo, despertate, dale-

Y al ver que abrí los ojos corrió las cortinas y abrió la ventana.

Podía oír un enorme desastre fuera, un par de sirenas, muchos gritos y disparos.

Me levanté, empujándolo de allí y podía ver a uniformados muy bien protegidos tirando bombas de gas. Y a personas desesperadas.

Pude divisar a algunos infectados esposados y otros arrastrándose luego de ser golpeados en las piernas.

-¿Qué mierda pasa?- pregunté mientras me dirigía al pequeño living.

Y allí estaba la chica, sentada, mirando las noticias, donde estaban pasando filmaciones de una cámara de seguridad. Y escuché atentamente:

“[…]cámaras de una estación de servicio pudieron captar a un joven asesinando a dos personas enfermas de la más reciente epidema que arrazó con este país. Como se sabe, esto es ilegal y ahora se lo busca por[…]”

-Tienen mi cara- dijo Javier, muy exaltado- me tienen en video, y los infectados, hay demasiados en la calle, los de anoche han de haber, han de haber encontrado un grupo grande de gente- decía muy acelerado y lo frené al ver en la televisión un auto que me pareció familiar- SHHH! Mirá-

“una cámara de seguridad de la via publica grabó este video, en el que un auto se estrella y el conductor abandona”

-Mirá, es ese hijo de puta, Nico, mirá como sale corriendo- Dijo Javi.

“…dentro del auto, se encontró a una mujer sufriendo de la extraña patología y literalmente devorándose a su propia hija”

“Según las autoridades, el propietario del vehículo es un hombre de 28 años llamado Nicolás Danno, y vivía con su mujer e hija de 9 meses en la ciudad de Santa Fe.”

-Tenemos que irnos- dije muy apresurado- Piba, decinos por favor que tenés un auto- le dije a la dueña del departamento.

-s- sí, tengo, pero no sé si vamos a poder salir por el garaje, hay mucha gente ahí en la puerta.-

Mi amigo y yo nos miramos, luego a la chica- Los vamos a chocar- dijo él.
-         ¿qué? ¡NO! ¡NO!- decía ella, mirándonos como si sintiese asco.

Entonces me acerqué y claramente le dije - nunca nos gusta tener que perjudicar a alguien más…pero así tiene que ser. Si salimos despacio esas mismas personas a las que no queremos matar nos van a reventar los vidrios. Y matarnos uno por uno a golpes.-

Callada, con la mirada baja buscó las llaves y me las entregó.

Ofendido reaccioné con- sí… como si pudiese manejar.- y se las di a mi compañero.

Le dijimos a la chica que llevase solo algunas mudas de ropa en una mochila, y cualquier objeto que ella considerase totalmente necesario.

Bajamos las escaleras con mucho miedo a toparnos con asaltantes o con alguien armado. Tomar el ascensor es una mala idea, sabiendo que hay cortes de luz de la nada.

Abrimos el garaje y salimos a toda velocidad.

Me daba asco a mi mismo cada vez que sentía que le pasábamos por encima a algo, o ver rostros de dolor pegados al parabrisas.
Y partimos hacia el sur. Nuestra única esperanza.




Yendo por la ruta. Totalmente despejada. Vimos a la izquierda de ésta, un hombre solitario, caminando. Llevaba una camisa con la manga derecha manchada de sangre.

Quien conducía, puso una expresión de furia. Y pasados unos metros de ésta persona, orilló el vehiculo y dijo- vengan.-
Nos acercamos de a poco. Y pude reconocerlo. Era el hombre que estaba en aquella estación, el mismo que nos abandonó a nuestra suerte, el mismo que entregó a su hija para poder escapar.

Caminaba con una expresión muy triste en el rostro, y parecía estar deshidratado. Quien sabe hace cuanto que estaba caminando.

Reconoció a Javier. Sonrió, detuvo su caminata y dijo- gracias a Dios!- cayó de rodillas- Gracias a Dios! – se reía a carcajadas- no puede ser que nos encontremos acá.- necesito que me ayudes, por favor. Déjenme ir con ustedes.-

Javi puso las manos en los bolsillos y sin hacer ninguna expresión en el rostro, bajo el sol, hizo un gesto con el hombro, señalándome.

-él es el manco de mierda que te salvó la vida- dijo.

Yo levanté la mano- Que tal… - dije sonriéndole.

-y ella es la hermana del muchacho- dijo ahora señalando a Mariel.- y donde están tu mujer y tu hija?- preguntó después.

El hombre puso sus palmas hacia arriba y dijo- no pude hacer nada. No pude protegerlas. Mi mujer llevaba a mi hija en brazos y…y empezó a comérsela- el hombre empezó a llorar.

-Ella la llevaba- dijo mi amigo, aun con las manos en los bolsillos

- le diste tu hija de solo unos meses a una infectada…-

Mariel dijo con la voz temblorosa- lo vimos en la tele- y el Sr Nicolas puso cara de confundido

- una cámara de seguridad lo filmó.-

-ha… hay que sobrevivir, hay que… si no le daba que ella la lleve, al transformarse me iba a morder a mi ¿no? Hay que saber sobrevivir. Verdad?-

Javi sacó de un bolsillo un arma de fuego, y del otro un martillo.

-parate- le dijo al infeliz.

-no, por favor… por favor llévenme, ¡Les voy a dar plata! ¡Tengo plata!- dijo mientras se paraba y nos tiraba tanto su billetera como sus tarjetas de crédito y débito.

-Elegí.- pronunció mi amigo enseñando los objetos que apenas había sacado de sus bolsillos.
El triste bastardo dijo- la pistola- y su verdugo no esperó ni un segundo para con el arma seleccionada destruir la rodilla de ese pobre diablo.
Lo dejamos gritando y retorciéndose en el suelo, pero como despedida, nuestro despiadado chofer puso el vehículo en marcha atrás y mirándolo desde la ventana le dijo


-No cumplí con mi palabra, dije que iba a  “destrozar el cráneo a cualquiera de ustedes que siquiera muestre signos de poner en peligro mi vida”… pero si lo hiciese te estaría haciendo un favor. Espero que nunca mueras Nicolas Danno.-





FIN




un placer tenerlos de vuelta el mes de halloween. Hasta el año que viene