19/11/14

Alumno golpeó a profesor tras no ser aprobado.

Un alumno golpeó al profesor porque éste no le aprobó un recuperatorio.

Cuando digo que no quiero tener hijos y me preguntan “¿por qué?” intento llegar a explicar esto mismo(dentro de otras ideas), lo que se puede ver en el video.

A la gente le gusta culpar a los padres por todo lo que hacen los hijos. Cuando aparece un asesino serial o un genocida, violador, ladrón o dictador, todos quieren saber “cómo fue su infancia” y “cómo era su familia”. Obviamente tiene algo que ver, pero tus hijos no son seres genéticamente creados para seguir órdenes. Quizás hace muchísimos más años, cuando los seres humanos eran un poco más aislados, el contexto familiar codificaba más la personalidad de los jóvenes. Pero ahora no, convivimos con gente en la escuela, grupo de deportes, iglesia, boliche, calle, vereda, debajo de la cama, arriba de la cama, e incluso otras miles de divisiones o subdivisiones de grupos o subgrupos sociales dentro de la internet.

“Sus padres no le educaron bien” es el primer comentario pedorro que sale de la boca de quien intenta comprender y justificar el comportamiento errático de un inadaptado.

¿Qué sabes?

Todos conocemos alguien que viene de una familia de mierda pero es una excelente persona. Yo conozco demasiadas personas que vienen de familias excelentes y son las mierdas peor cagadas de la sociedad. Sus padres tienen una influencia, más vale, sería ridículo decir que no, pero al fin, probablemente ni se cruza con sus viejos si no es para comer.

Dejado eso en claro, ¿por qué creo yo que un pendejo puede llegar a hacer algo así?

Entre otras cosas, porque creo que es un “Negro de mierda”. Despejemos el término para eludir la arena vaginal de cualquier Camporista o defensor de los derechos humanos.

Escribo esto luego de que se me haya sido narrado el video, por ende no conozco la apariencia del agresor. Asumo que es un “Negro de mierda” porque el término encaja perfecto en sus actos. Lo usamos para describir un comportamiento bajo, tanto así que lo categorizamos con “de mierda” para decir que no queremos tener nada que ver con ello, ni siquiera lo tocaríamos, no queremos verlo y ciertamente, mucho menos olerlo, saber de él.

¿Qué pudo llevarlo a ser un “Negro de mierda”? Me parece que el solo hecho de saber que puede. Sabe que puede ser lo que es, hacer lo que hace, sin consecuencia alguna. Sabe que la escuela no puede hacerle nada. No va a ser expulsado, y que si lo es, de todas formas le ofrecerán otras opciones para terminar con sus estudios. Aunque no se esfuerce los va a terminar, porque el gobierno no solo le da las herramientas, sino que se las frota por los genitales y le toca la próstata para que disfrute no usándolas. Sabe que si el profesor le devuelve el golpe (lo cual probablemente lo dejaría en muy mal estado, sabiendo lo que un adulto en furia desatada puede hacer) tendrá consecuencias mucho peores que las que él tiene que afrontar. Que son solo volverse viral gracias a una filmación y recibir un regaño por parte de los directivos.

No sé qué edad tiene el muchacho, pero no tiene importancia, porque eventualmente, algún día tendrá que votar. Y su experiencia siendo un inadaptado le habrá enseñado que se debe buscar lo que le conviene a él, lo que le beneficia y lo hace permanecer limpio de todo posible esfuerzo consecuencia de actos propios.

Hace no muchos días pasó un auto con unos 4 “Negros de Mierda” totalmente ebrios, chocaron mi vereda, rompieron un pedazo, subieron a la del vecino a toda velocidad. Lo cual, no dudo que habría matado a quien sea que pudiese haber estado tomando mate o simplemente pasando por ahí. 100 metros más adelante se detuvieron a cambiar la llanta. El policía de turno llamó a algunos oficiales de la comisaría 12 y repito por si no quedó claro, Comisaría 12. Llegaron con una camioneta, les quitaron en alcohol de dentro del vehículo. Les ayudaron a cambiar la llanta y los escoltaron a otro distrito.

Cosa que si mataban a alguien que no fuese dentro de su jurisdicción. ¿Respuesta de los oficiales?

“No podemos hacer nada”

Y ¿qué podes hacer vos?


Vivir en el mundo real, convivir con los problemas reales y buscar soluciones reales. 

Están al alcance de tu voto.

11/11/14

Dead Outbreak: Trauma (parte 1)

El siguiente relato es continuación de Dead Otbreak: Ana.<---click leer.="" p="" para="">

Recuerdo cuando mis preocupaciones se reducían a levantarme a tiempo para ir a la escuela…

O pensar que iba a decir si me ponía a hablar con ”esa chica” en el recreo.

El mundo cambió bastante, vi morir a mi mejor amiga. Pude oír a un amigo mío suicidándose por un radio. Vi a otro comportarse como un cadáver ambulante. Puse una bala en el cerebro de mi propio padre.

Mis preocupaciones luego de dichos hechos cambiaron. Se convirtieron en “conseguiré algo que comer y beber?” ”¿podré dormir sin el miedo a despertarme con alguien masticando mi carne?”

Desde que todo el desastre inició muchas personas sacaron su verdadero “yo” a la luz. Algunos venden tickets para shows clandestinos de niñas menores de 15 años caminando desnudas en cuatro patas, o en su defecto, venden cuerpos re-animados( sin dientes) para ser usados como esclavos sexuales, o para que los golpees por diversión.

Muchos acuden al canibalismo. Cazan personas y las consumen, creyendo que así nunca van a convertirse.

Muchos policías se ponen máscaras y salen por las noches a hacer lo que es debido, volarles la cabeza a estas bestias, lo cual aun meses después del desastre, sigue siendo ilegal.

Los familiares de los infectados se ven obligados a mantenerlos atados, con un bozal puesto hasta que se pudran…o consigan una cura. Pero no hay cura, nunca la va a haber… no es un virus, pero tampoco puedo decir qué es, porque aun siendo el único que volvió de allí, no tengo idea de qué carajo es.

Solo hay una forma de volver a esas personas a la normalidad… pero tienen que haber sido recientemente fallecidos, sus órganos no deben haber sido muy afectados por la patología.

Hay que mantener cada parte del cuerpo irrigada, mientras se va agregando y a la vez quitando sangre. Como el corazón no late es necesaria una maquina de bombeo muy especial, por lo que sé, la que usaron en mí era la única de su tipo… y fue destruida.

Se debe conseguir un corazón limpio de infección, que sea compatible con el cuerpo.

Si todo sale bien, la persona volverá a tener una función normal de su cuerpo. Pero se la ha de haber mantenido alimentada por medio de sueros, cargados con toda proteína necesaria para la vida. Y se deben de haber mantenido bien hidratados sus ojos, de lo contrario, habrá quedado ciego.

 Si hay otra forma de regresar de esa zombificación… no sé de ella.

-Mario

Dead Outbreak: Trauma

A todo aquel que haya sufrido por mi culpa le digo… perdón. No saben cuanto lo lamento

-Javier

Trauma

Llegó Mario de su corta expedición, colgando de su antebrazo izquierdo su remera, la cual estaba siendo usada como bolsa, rellena de ramas de árbol. Y en su mano derecha, la única que le quedaba, un hacha corta.

-Acá te traje unas más- me dijo mientras yo bajaba la mirada y seguía dándole punta a otras ramas con mi cuchillo, sentado en el baúl del auto.

Mariel, que estaba durmiendo allí dentro, salió y preguntó- ¿qué haces? ¿Para que son esas cosas?.

-Son estacas, podemos tener muchas en el elástico del pantalón. La clavamos en la sien de los muertos, a los costados de la cabeza y mueren al toque-

-¿estás seguro? ¿Así de fácil es?-

-Ya lo hice una vez- respondí mientras me ponía de pie y sacaba unas latas de arvejas.- ¿tienen hambre?-

-yo si- dijo Mario. Y nuestra amiga se desperezó y exclamó- me voy al baño, chicos.

Y mientras ésta caminaba hacia los árboles, en ese llano pastizal seco, se volteó y sonriendo me dijo- no estás por hacer guardia, andá y comé tranquilo.-

-No te voy a dejar ir sola por lo menos tomá una de éstas - le dije (refiriéndome a la estaca) hablando muy en serio. Los infectados se habían vuelto muy silenciosos durante el día. En la zona rural, se paraban de frente a un árbol, para que la luz no lastimase sus ojos y así se quedaban por horas, hasta que olían carne y si estaba muy cerca, atacaban. O empezaban a caminar ya de noche.

-¿ayer matamos como a..cuántos? ¿siete? ¿Diez?- dijo ella haciendo gestos con las manos.- hicimos un círculo alrededor del auto con los fiambres y yo dormí ahí hasta recién. No me van a sentir el olor. Tengo encima más sangre de esas cosas que la mía y tengo un cuchillo del tamaño de mi pie colgando de la cintura.

- ¿perdés algo con que vaya y vigile alrededor?

-No, pero me molesta.- dijo y fue hacia los arboles.

Una vez que se alejó, mientras abría mi lata de arvejas, fui tras ella. Desde detrás de los arboles, para que no me viese.
En un momento se detuvo y se agachó detrás de un árbol. Allí esperé mientras miraba hacia los lados, recostado contra un tronco seco. Escuché una respiración, y unos gruñidos, acompañados con un crujir de dientes. Allí, de cara a un frondoso árbol estaba una de esas cosas. Casi en sus huesos. Su piel era gris y ya se había comido ambos antebrazos.  Ambas manos tenían un color purpura y estaban inflamadas por la infección y los efectos de la descomposición y el calor de la zona. Nos habíamos acostumbrado tanto al olor de la carne podrida, que no lo sentimos.
Silenciosamente, puse mi lata en el suelo y, pisando hojas secas, fui hasta él y con mi mano izquierda estrellé su cara contra el árbol y saqué de mi pantalón una de las estacas que recién había armado.
La levanté, preparándome para atravesar el costado de su cráneo a plena luz del día con los pájaros cantando y las hojas secas quebrándose bajo mis pies, casi como una dulce sinfonía funeraria.
Miré hacia mi izquierda. Veía el cañón de un rifle elevarse desde detrás de un arbusto. Alguien siguió nuestro rastro, no fue muy inteligente de nuestra parte dejar tras nosotros un camino de cadáveres. Era mucho más peligroso juntarse con otros sobrevivientes que con infectados. Harían lo posible por quitarte todo, sin mencionar que el canibalismo se había convertido en una nueva moda.
Grité- ¡NO! ¡Mariel! ¡Tírate al suelo!- con todas mis fuerzas. Pero era tarde. El arma se disparó y el fusil fue directo a ella.
Mientras oía los gritos de la pobre chica, el tirador vino hacia mí. Yo, sosteniendo al monstruo desde sus blancos cabellos lo usé como escudo. Recibió unos tiros en el pecho y cuando, el hijo de puta se quedó sin balas, a los empujones, le tiré encima al infectado y quedaron ambos peleando en el suelo mientras su carne era masticada.
Corrí desesperado hasta mi amiga. La cual no paraba de gritar y retorcerse.
Cuando llegué a ella, estaba en el suelo acurrucada, aun con los pantalones abajo, llorando desaforadamente, y una de sus rodillas… su rodilla derecha no estaba, parecía más como si en su lugar hubiese una rosa hecha de pétalos de carne.
Dead Outbreak :Trauma(DIA 1)

Mientras a toda velocidad aceleraba el automóvil hacia el pueblo más cercano, el silencio invadía el interior del vehículo.

Mario había encontrado la forma de dormir a Mariel, claro, después de atarle un par de medias largas alrededor de donde debía estar su rotula, ahora eran solo añicos.

-Sos buenísimo vigilando – me dijo mi acompañante de brazos cruzados, comentario que ignoré.

- ¿Como hiciste para que se duerma?- pregunte ya incomodo, desesperado y cansado de que los únicos sonidos dentro del vehículo fuesen su voz y el rugido del motor.

-Cloroformo-

-Cloro… ¿de dónde sacaste cloroformo?-

-Tenía un poco escondido, lo usaba para dormir. Sabes que tengo serios problemas para dormir.

-Todos tenemos problemas para dormir. Pero… si una de esas cosas te atacaba a la noche no ibas a poder levantarte, estúpido, habrías estado desmayado. ¿Acaso sos…?

Me interrumpió a gritos- ¡yo fui una de esas cosas, creéme que dormir no es lo mismo después de eso! Es completamente imposible- y respiró agitado

- Perdón…- dije bajando la cabeza y levantando los hombros, aun con la vista al frente- Por eso te dolía la cabeza siempre, porque usabas cloroformo…  ¿de dónde lo sacaste?

-Cuando íbamos al sur, en la ruta había una ambulancia, ahí donde encontraste el botiquín y el bisturí con el que Mariel casi se suici...-

-Sí, sí, entiendo, ahí lo encontraste.

-No, en la cartera de, supongo, una enfermera drogadicta. Creo que también había heroína, o coca, no sé.

Hubo silencio nuevamente. Se prolongó por más o menos 5 minutos, en los cuales una idea latía dentro de mí, pero no me animaba a decirla. Mis ojos empezaron a humedecerse y mi amigo me preguntó- ¿Estás llorando Javier?

Dejé un par de lágrimas caer, no quería tartamudear, no quería hacer tan evidente lo asustado que estaba, respiré hondo un par de veces y lo dejé salir despacio- Estábamos tan bien, la puta madre, iba perfecto. Teníamos comida para unos tres días más. Tenemos en el baúl una cantidad de agua que se puede tomar y esto tenía que pasar. Un caníbal tenía que matarla.-

- ¿Un caníbal?- preguntó-  ¿Vos decís que era uno de esos hijos de puta?

-No hay nadie que crie chanchos o vacas. La gente saca su instinto de supervivencia Mario, hacen lo que sea por no cambiar las mejores partes de su cómoda vida, ¿vos crees que se van a volver vegetarianos? No es la primera vez que los no infectados intentan cagarnos.

Se quedó mirándome, y yo seguí- ¿acaso pensas que el tipo creyó que estaba disparando a una infectada meando? ¡NO BOLUDO! La iba a matar e iba a comérsela. O Cogerla, no sé.

Respiré aceleradamente y frenando el llanto, tratando de aguantarme, de no decir en lo que realmente me afectaba, una idea que era equivalente a fuego dentro de mi cerebro.

Pero él, Mario, con su mentalidad y razonamiento tan similar al mío, dio justo en el blanco:

-No crees que le convenga vivir así. Es eso, ¿verdad?

Mi corazón casi se detuvo -No sé. No creo que debamos decidirlo sin preguntárselo.-

-Si te pide que la mates ¿lo harías?- preguntó con un tono muy dudoso, él realmente no sabía cuál sería mi respuesta y poda sentir su curiosidad golpeando el lado derecho de mi rostro.

Mientras tenía una mano en el volante y la otra secándome las mejillas de lágrimas y la frente de sudor, respondí -En este caso… probablemente. ¿Por qué? ¿Vos no podrías?

Se acomodó en su asiento y de la guantera (a sus rodillas) sacó un paquete de cigarrillos. Tomó uno y dijo:- No tenemos fusil para la pistola. Ninguna de las dos tiene munición- se lo puso entre los labios y mientras sacaba el encendedor del bolsillo siguió-Tendríamos que…-  Lo encendió y después de una pitada, dejo salir el humo con la frase completa:-Tendríamos que matarla de otra forma.-

Quedé en silencio mientras pensaba y me preguntaba:” ¿que no había dejado de fumar? ¿Tan estresado está que rompe una racha de 7 meses de abstinencia?”

-¿Cómo?- se preguntó en voz alta- ¿Cortándole las arterias? ¿Una estaca en la sien? Si no queremos que sufra tenemos que pensar bien en eso.

-Tenés razón- le dije ya divisando como nos acercábamos a un pueblo.

Vimos algo totalmente inesperado, como una luz al final del túnel. Yo no pude pronunciarlo, estaba tan emocionado como asustado, al igual que mi acompañante.

Era un hospital, en la mitad de la nada, lejos del pueblo, me preguntaba ¿qué hacia allí?

Me detuve y bajé instantáneamente del auto.

Al mirar, los carteles estaban destruidos, no podía verse ni el nombre del centro médico, solo una cruz roja caída por encima de la puerta.

-No frenes acá imbécil, vamos para el pueblo- dijo Mario.

-Vamos a buscar… puede que haya botiquines…-Tartamudeaba por dudar de mis propias palabras- podemos tratar su herida y puede que…- volvió a interrumpirme, sacando su hacha corta y bajando del auto.

La puso bajo su axila izquierda -Javier, la puta madre, hay algo que no entendés.- abrió la puerta trasera derecha y sujetó a la chica de uno de sus tobillos, era difícil ver cual desde donde me encontraba, solo supe que lo hizo porque, a través de la ventana, la vi deslizarse sobre el asiento hacia el lado opuesto del auto.

- ¿Qué estás haciendo malnacido?- pregunté espantado. Él me miró furioso y a la vez triste, siguió estirando hasta que el cuerpo golpeó el pavimento.- ¡¿Qué estás por hacer?!- grité tomando una estaca de forma amenazante.

-Ya arruinaste su vida Javier, hace mucho tiempo-

-¿Qué?- pregunté y caminé alrededor del auto para verme frente a él.

-Me extraña que no lo haya mencionado cuando también evitaste que se suicidara- se arrodilló junto al cuerpo y levantó el hacha. No sabía cómo acercarme, o como pedirle que no lo hiciera, se veía tan seguro de sí mismo.-No solo arruinaste su vida, sino también su muerte.-

-¿Mario… qué estas…?- volteó hacia mí, sus ojos estaban cubiertos en lágrimas-Tambien arruinaste mi vida Javier… Ambos sabemos… que la decadencia de la humanidad es culpa tuya.-

Bajó su hacha con todas sus fuerzas y la incrustó en la frente de la chica.

-¡NO! ¡NOOOO!- grité- ¡¿QUÉ HICISTE?!- ya con lágrimas en los ojos, el rostro totalmente rojo y con un fuerte nudo en la garganta. Los fluidos salían sin pausa del cráneo de Mariel.

Mario no se permitió un descanso, levantó el hacha y con un gran grito de furia lo mandó directo a la nuca de la muchacha, mientras la sujetaba del hombro. Una, otra, otra y otra vez

-¡Pedazo de mierda!- grité y di largos pasos hasta llegar a él. Estiré las manos para tomarlo del cuello, pero no pude hacerlo. Usó el lado opuesto al filo de su hacha para golpear mi mentón desde abajo. Pude sentir mis dientes golpearse con mucha fuerza. Mordí mi mejilla interna y tras caer al suelo escupí un pedazo de mi propia carne, acompañado con algo de sangre.

Lo miré a través del cabello que cubría parte de mi rostro. Deseaba matarlo con muchísimas ansias, pero él no a mí. Lo veía en sus ojos, estaba triste, presionaba sus labios para no romper en llanto y me miraba con mucha indiferencia.

-No puedo estar cerca de ti hermano- dijo con voz temblorosa.-No lo soporto. Siento demasiadas ganas de entregarte a las bestias para que te devoren y así David cobre su venganza.

-Eso no detendría nada- dije mientras unos hilos de baba y sangre caían de mi boca- la epidemia seguiría.

-Pero sería tan satisfactorio…- exclamó con una sonrisa bien extendida.

Me repuse del fuerte golpe, aun adolorido y me levanté. Quité la tierra que mi ropa había recogido del suelo y extendí la mano-…está bien Mario… vámonos adentro.-


Él rió levemente, puso su hacha en el cinturón y dijo- Me voy, por tu bien. Quedate con el auto, no puedo manejarlo, terminaría matándome.- tomó uno de los walkietalkie ,  se volteó y caminó por la ruta hacia el pueblo. No pude decir nada, no quería hacerlo tampoco. Tampoco quería decirle los sentimientos que tenía por Mariel, o los que ella tenía por él.