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Buenas noches, como les habíamos
prometido, hoy contaremos con la presencia del Doctor Espósito Ramirez.
Para quienes no sepan de quién hablo,
puedo ambientarlos un poco diciéndoles que éste es, hasta el momento, el hombre
que más tiempo y esfuerzo dedicó al estudio de esta extraña patología que arrasa
ahora mismo con nuestra nación y algunas vecinas. Ayudó a escribir el libro
“Los muertos que no están muertos” y colaboró con muchos laboratorios para
desarrollar las famosas píldoras estimulantes que mantienen a muchos portadores
de la terrible enfermedad vivos y aun dueños de sus actos.
Buenas noches señor Espósito.
Buenas
noches Señor Leonardo, primero que nada, gracias por esa presentación, y
segundo, me parece erróneo referirse a esto como una enfermedad.
¿Puede decirnos por qué?
Con gusto.
No me parece correcto llamarla una enfermedad o referirme a estos muertos
andantes como enfermos porque los virus, bacterias y enfermedades afectan a
organismos vivos. Estas cosas no lo están.
[se acomoda
en su asiento y hace gestos con las manos a medida que explica]
Hay quienes
dicen que en realidad sí están vivos pero nuestros métodos de detección de
signos vitales no llegan a captar los latidos débiles de sus corazones. Dicen
que si el corazón no estuviera latiendo los cuerpos no podrían moverse por
mucho tiempo, sus músculos se secarían, los fluidos necesarios para la
definición fisiológica de vida dejarían de ser secretados y la locomoción no
sería posible. Pues tengo algo que decir a estos conspiracionistas.
En algo
tienen razón… casi todo lo que pudimos observar en los infectados reanimados
tras su fallecimiento son cosas que considerábamos imposibles.
Tuvimos a
algunas de estas desdichadas personas en camillas, las estudiamos y antes de
que su corazón dejara de latir solo parecían estar sufriendo de fiebre y
tensión baja. Las secreciones eran escasas, pero secreciones en sí. Una vez que
el corazón se detenía y, créanme, se detenía, nada de que no podíamos detectar
los latidos, contamos con máquinas cuyos nombres no podrían recordar, y una vez
que los latidos desaparecían, los cuerpos iniciaban un cambio a nivel
histológico.
Primero
ocurría lo que ocurre con cualquier cuerpo al morir, pero al momento de la
reanimación, las sustancias cambiaban, los metabolismos de las células que
creíamos muertas de repente funcionaban de una forma totalmente distinta a los
procesos que nosotros conocíamos como propios de organismos vivos o muertos.
Podíamos ver a médicos que llevaban más décadas en el oficio de médicos que
fuera de él, atónitos frente a sus microscopios. Algunos de ellos se ponían a
rezar y otros dejaban de hacerlo.
Todo aquello
que habíamos estudiado y aprendido por la fuerza en la escuela de medicina o en
las universidades de ciencias naturales perdía valor. Podíamos ver como las
leyes conocidas como naturales y necesarias eran violadas cada vez que los
muertos se levantaban.
Ni hablar de
cuando pasaban los días. Los cuerpos tomaban un color grisáceo, evidentemente,
estaban muertos, pero al hacer las incisiones veíamos algo que espantaba,
increíblemente… aún más. La sangre había perdido la capacidad de coagularse y
mientras más días de antigüedad tenía el cadáver reanimado, más negra era el putrefacto y aguachento plasma sanguíneo.
Estos cuerpos reanimados… pasan por
el proceso de putrefacción
Bueno…
deberían, ¿no? Y sí, algunos lo hacen, por lo general aquellos que tienen
grandes heridas abiertas. Los mismos insectos y sus larvas se encargan de
empezar con eso. Una vez que las criaturas ya no pueden caminar, el suelo y los
organismos que lo habitan terminan el trabajo.
Pero, todos tienen heridas abiertas.
El contagio se da por medio de mordidas, como en las películas.
Ahí mismo
está el problema Leonardo, acabas de representarlo. La gente cree que el
contagio se da únicamente por mordidas y están tan convencidos de ello que lo
dicen muy seguros de sí mismos tanto radio, televisión, periódicos, como en
internet, ya sea de forma escrita en redes sociales o en videos en Youtube.
Cuando
primero se soltó la infección en el nordeste del país, según pudimos
informarnos primero se detectó a una chica en un hospital. Se sospechaba que su
hermano, con el cual habría compartido abrazos, besos en la mejilla y
probablemente algún que otro vaso de agua o cubiertos. EL niño no practicaba
deportes, así que se hizo un seguimiento hasta su escuela. Notaron que lo que
sea que haya estado portando la chica era extremadamente peligroso y se intentó
poner a la escuela en cuarentena el mismo día que el cuerpo de la muchacha
murió y despertó. No se esperaban para nada que al mismo tiempo empezaran a aparecer más enfermos desde los bordes
de la ciudad, por lo cual se formó un perímetro de esas bestias antes que uno conformado por las autoridades. Y no fue muy
difícil pensarlo. En los bordes de la ciudad, donde la gente pobre vive contra las aguas del río Paraná.
La infección estaba en el agua y no hacía
falta ser mordido para contraerla. Bastaba con comer un pez, pegarse un baño en
la playa o quizás utilizar ropa lavada en la misma.
¿Solo con utilizar ropa lavada en el
agua del río?
Por
supuesto. Mucha gente en los rincones más pobres de la ciudad no cuenta con
agua potable y lava su ropa en jabón mezclado en agua que pudo recoger del río que tienen detrás de su casa. Una persona puede tener heridas en cualquier
parte del cuerpo. Quizás te reventaste un grano en la barriga y te dejaste una
herida pequeña, pero abierta. Luego te pusiste una remera que lavaste en agua
contaminada.
Ahí no termina.
Quizás personas que bebieron el agua contaminada fallecieron poco después por
otras causas. Quizás algunos de ellos sufrieron daños en el cerebro que
evitaron que se reanimaran y quizás, solo quizás algunos de ellos eran donantes
de órganos.
¿Qué tal los
donantes de sangre? ¿Las prostitutas? ¿Qué tal esos pibes que
compiten por quien besa a más gente en una misma noche? Los que comparten mujeres,
los que comparten vasos, jeringas, pipas, cubiertos… la mordida es una forma
visible de decir “acaban de contagiarme” y tener pruebas de ello, pero dista de
ser la fuente del problema. Si no se los comían vivos, al día siguiente o al
que le seguía aquel, ya serían muertos andantes.
Bueno, bueno, señor, ¿qué tal si
hablamos de algo un poco más reconfortante? Cuéntenos sobre el antídoto que están
desarrollando.
No es un
antídoto, por el momento pensamos más en un tratamiento que mantiene vivo al
“infectado”. Queremos saber cuánto tiempo puede alguien ser portador en vida. Es
probable que que la…
[levanta los
dedos haciendo comillas]
“enfermedad”
tenga una fecha de vencimiento dentro de un residente cuyo metabolismo funciona
por sí mismo.
¿Son unas píldoras, verdad?
Las píldoras
forman parte del primer paso del tratamiento. Más bien el que más se debe tener
en cuenta.
¿Por qué?
El infectado
no pierde la consciencia ni el control de sus actos sino hasta que su corazón
deja de latir. El canibalismo desenfrenado aparece una vez que el cuerpo es
reanimado tras la muerte. Lo que hace esta pastilla es mantener excitadas las
células cardíacas, si las sigues tomando tu corazón recuperará las fuerzas que
pierde con este…"virus". Que por cierto aún no se pudo aislar. No sabemos qué es. Los virus no actúan así.
[aprieta los
labios. Parece dudar de las palabras o su utilización]
Pero el
tratamiento no acaba en las píldoras. El infectado debe consumir muchísimo
líquido y a veces, si con eso no basta, administrarse gotas en los ojos cada
una o dos horas.
Disculpe que lo interrumpa, pero,
¿qué hay de la alimentación…?
[Se queda en
silencio, no mira fijamente ni a la cámara ni al presentador del programa, titubea
un poco]
Perdón, ¿estaba por empezar con eso
antes de que lo interrumpa no? Le pido disculpas si lo ofendí
No… nosotros
no… lo que pasa es…
[se cruza de
piernas y pone ambas manos sobre las rodillas]
Puede comer
cualquier cosa. Prácticamente… cualquier cosa. Lo que pasa es que la única
carne que puede digerir bien es la humana y…
[Ambos ponen
una expresión de vergüenza en el rostro]
Experimentamos
con… no…no se preocupe, no obligamos a nadie a comer carne humana. Una llamada
anónima desde Resistencia, Chaco, nos dio la idea. No le creímos sino hasta que
experimentamos con ello. Desconocemos de donde pudo haber sacado la
información.
Un hombre…un
tipo sin parientes había fallecido. Figuraba como donante de órganos y
efectivamente, tomamos a un hombre, uno de los infectados cuyo corazón aun
latía y le ofrecimos probar de un... de un trozo del bíceps de el fallecido.
[El
presentador manda una mano a la boca y la otra a su estómago]
¿Los resultados…?
El hombre se
sintió completamente sano. Fue al baño de forma normal e incluso…
Diga…
No tuvo que
recibir tratamiento por el resto del día. Ni gotas en los ojos ni excesivo
suero ni las píldoras.
Entonces el antídoto es… ¿ser un
caníbal?
Nadie dice
eso, creemos que la mutación y la mismísima selección natural está teniendo sus
efectos sobre los infectados. Van apareciendo variaciones de la "enfermedad" y
algunos pueden mantenerse vivos con distintos métodos. Quien sabe, tal vez
existen “zombis” vegetarianos pero todavía no contamos con la suerte de llevar
a ninguno a una mesa de laboratorio. Lo que yo recomiendo es comer carne de
cerdo, que es muy parecida a la nuestra…
¿Por qué no figura esto en los
estudios publicados? ¿Por qué no dice nada al respecto la sección de “Cuidando
a un infectado” en el libro “Los muertos
que no están muertos”?
Porque tenía
prohibido decirlo porque haría apología al canibalismo e iniciaría el
caos. Porque pone a los muertos andantes
a nuestra par y termina apoyando las leyes que nos dicen que no podemos
volarles la cabeza. SI lo hacía volarían la mía.
¿Y qué lo hace decir la verdad aquí y
ahora?
Este
programa es en vivo. ¿Por qué cree que no tiraron la puerta abajo y me metieron
un tiro entre las cejas? Una guerra está tomando lugar en las oficinas, una
guerra silenciosa.
[Quita de su
bolsillo un gotero y se aplica el contenido en ambos ojos]
Los que
quieren que hable son más poderosos que los que no lo quieren. Probablemente
estaban saliendo en camionetas, con enormes escopetas hacia aquí, vendrían a
matarnos a todos y a prender fuego el estudio, pero otros los mataron
sigilosamente antes de que nos diéramos cuenta de que estábamos en peligro. Los
laboratorios, clandestinos o no y gobiernos mafiosos se benefician del caos. El
caos es bueno para los negocios.
No me importa si estoy haciendo un bien o un
mal. Ya estoy inf... ya estoy muerto, y tarde o temprano voy a masticar la... la... el polvo.
Cumplí con mi deber de decir lo que sabía. Hay quienes van a usar
esta información para protegerse, para prepararse y pensar “Mejor refuerzo las
cerraduras, alguien podría intentar entrar esta noche y comerme. Algún loco que
se dio cuenta de que masticando la carne de otras personas se mantiene "vivo" y
eso me parece reconfortante.
Quienes quieran usarla para el mal… recomiendo que
ni lo intenten, podrían comerse a alguien infectado estando ustedes sanos.
Y me han
dicho,me han informado y he observado que el infectado no controla su cuerpo,
pero a juzgar por la actividad cerebral registrada, durante su muerte errante
sufre, sufre muchísimo. Está consciente.
[Se pone de
pie y se retira del alcance de las cámaras]
[El
presentador se tapa la boca y parece empezar a lagrimear del miedo]