16/9/15

Políticamente Incorrectos #1: HerbaLife, Noticieros, un bebé y sal de pene


15/9/15

Los medios y vos.



¿Qué tan seguido escuchas o, peor aún, decis “Esto es un mal ejemplo para los chicos”?

Refiriéndote claro a algo que está en youtube, en la TV, en una revista, en la tapa de un libro, CD, DVD o un cartel de Facebook.

Cómo puede ser que muestren una mina en bolas a la siesta, así como si nada.

Antes que nada, respecto a la exhibición de cuerpos “casi en bolas” hay un par de cosas de las cuales tenes que ser consciente.

El cuerpo humano dejó de ser un tabú hace ya décadas. Por una buena razón. Todos tenemos… al menos uno, ¿no?

Me parece completamente estúpido que como sociedad hayamos marcado que es conveniente que uno esconda su cuerpo y no vea uno del sexo opuesto desnudo sino hasta haber cumplido 18 años. Cosa que obviamente no se cumple.

Todos conocemos al menos una persona que de asquea con la humanidad de otra persona completamente expuesta, así sea atractiva o no.

Hasta hace menos de un siglo era ofensivo que una mujer enseñase las putas pantorrillas, y tenían que pasar calor porque una manga de imbéciles sentía que la piel de alguien más, que no estaban obligados a mirar, era ofensiva.

Tras años de lucha, para poder convencer al resto de que no es asunto suyo lo que ellas enseñen, aun cubriendo sus genitales, hay un grupo de madres preocupadas, entre otras ridículas, a las cuales les molesta una mujer, linda o no, enseñando las piernas, los hombros o el costado de una teta.

Contame… ¿te molesta no tener ese cuerpo?

¿Te duele ver que alguien puede exhibirse sin pudor y vos no?


¿Cuál es tu problema?


Muchas de estas personas se ven convencidas de que los medios quieren distraerlos, pero ellos tienen el poder para cambiarlo. Con cartas abiertas, quejas, marchas para pedir que… que se yo… los corpiños puedan cubrir tres centímetros más de los senos. Cuando en realidad sí, tienen el poder pero no lo están usando. El poder está en tu mouse, en el control del televisor, en tu billetera o en el teléfono.


No te gusta la revista… no la compres. No te gusta el programa o sus integrantes, cambia de canal. ¿Te preocupa que tus hijos entren a páginas inapropiadas o vean genitales en ciertos canales…? Aplica un control parental, llamá a la compañía y bloquea canales. O hasta podes hacerlo desde el mismo control remoto a veces.


Total, tus hijos son más vivos que vos y van a conseguir que alguien les envié porno HardCore por whatsapp o Google Drive. Lo cual no significa que tenes que revisar tus redes.

No aísles a tus hijos ni los controles de más, edúcalos. Enséñales qué es lo que están viendo y por qué quieren verlo.

Pero claro, las preocupaciones y soluciones anteriormente mencionadas van para personas que no quieren cumplir el rol de padres, más bien de centinelas. Destruyendo toda “posible” amenaza para los niños.

“Estas mujeres delgadas hacen que me hija se sienta mal”

“Estos hombres violentos hacen que mis hijos sean violentos”

“Estas películas tienen mucho sexo y vuelven pervertidos a los niños”

Aprendé a educar a tus hijos, no dejes que la televisión o los medios lo hagan, porque no es su función. No importa cuantos programas “educativos” haya en la TV, nunca te van a remplazar, y si no sos capaz de ello, hacé que otra persona lo haga.

¿Por qué tiene que, canal X, de repente mostrar menos mujeres?

¿Por qué tienen que ser menos violentos los dibujos animados?

¿Tienen que cerrar X página porque a vos no te gusta?

Si tu hija se siente mal por ver estereotipos imposibles, no es culpa de los estereotipos imposibles, porque siempre van a existir. Es culpa tuya, porque no la educaste respecto a los conceptos subjetivos de belleza, atractivo, saludable. No es culpa de la Barbie, las revistas o Bailando por un Sueño.


No porque cancelen un programa, de repente, va a haber menos idiotas. O van a estar menos embobados, porque las masas siempre siguen algo. La tele no los idiotiza, son idiotas por naturaleza y tienen tanto derecho a entretenerse, como vos, quien…quizás, es un idiota, al igual que yo.

11/9/15

¿Queres ver Batman vs Superman pero no sabes un corno de comics? Click acá.



Batman vs Superman. Batman v Superman. Batman V Superman: Dawn of Justice. El origen de la justicia, BvS, Batman es mi picho...como quieras llamarle. No sé por qué aparecen estos códigos acá y no puedo borrarlos :/ <3 como="" es="" nbsp="" o:p="" qu="" quieras="" superman.="">


¿Qué no son Bati y Sups ambos súper héroes? ¿Por qué pelean?

¿Por qué está el crador de Facebook?

¿Que la mujer maravilla no era de MARVEL?

¿Por qué Batman tiene el traje de Ironman?


Bienvenido lector. Si no sabes un carajo de comics, no te culpo. La mayoría es, o muy caro, o está en inglés, o tenes novia y no hay tiempo ni plata.


Batman v Superman es la secuela de una película de Superman, llamada Man of Steel. En lo personal, no me gustó y la única razón por la que fui a verla es por su fuckin director. Zack Snyder.



El hijo de puta hizo dos de las mejores adaptaciones de comics, conocidas como 300 y Watchmen. Con ésta segunda, lo que me pasó fue pensar todo el tiempo “¿Por qué puta no hace una peli de Batman este tipo?” y ahora se me está por cumplir un deseo… no… perdón. DOS DESEOS. Voy a ver a Batman meterle el dedo en el orto a Superman…




Eso sonó mejor en mi cabeza.


“¿Pero cómo? ¡Batman es un humano y Superman obviamente gana!”

Veamos… primero que nada. ¿Qué tenes que saber de este Superman?


Este Superman parece tener todo lo que las encarnaciones anteriores… excepto visión para reparar paredes o cambiar la rotación de la tierra… o dar besos que borren la memoria u otros que te la devuelvan. O lanzar el logo del disfraz y que éste se convierta en un… MIERDA, las pelis de Sups vienen siendo raras.



En fin. Éste tiene visión de rayos “X” y parece no importarle que a la gente le agarre cáncer por usarla. O no sabe mucho de medicina.

Puede volar, tira rayos de los ojos a lo CYCLOPS, tiene súper soplido, por lo tanto asumo que también súper succión. Quizás planea acabar a Batman con una súper chupada.

Super fuerza, super resistencia y… robots en la fortaleza de la soledad.

Por lo que vimos en Man of Steel, su padre adoptivo era un forro. No quería que la gente sepa el chisme así que le decía constantemente “Recatate, no salves gente”. Al punto en el que en su boludez terminó muriendo.

Por lo visto en el tráiler de BvS, su madre adoptiva también es una forra. Ya que le dice “No le debes nada a este planeta”.

Claro… te acogimos, te criamos, gracias a ello muchísima gente murió y otros nunca volverán a ser los mismos pero… no nos debes nada.

Este Superman no es muy inteligente, ya que no lo vi al menos intentar llevar la batalla a una zona no poblada.

Pero a favor del personaje, parece muy shockeado por el hecho de haber tenido que romperle el cuello al villano. Ya que éste era de los pocos compatriotas que quedaban de su planeta natal. Pero romperle el cuello no era la única salida así que insisto en que no es inteligente… y la gente a la que Zod casi mata tampoco era muy brillante. ¿Por qué estaban en ese rincón?



Culpo al escritor.

Pero…eso ya lo viste en la peli Man of Steel. O al menos podes verlo. ¿Qué necesitas saber de este Batman?


Y acá aviso que puede que te tire unos spoilers, te arruine sorpresas de las próximas pelis o que en realidad sea cualquier poronga porque es todo especulación… casi todo.

Este Batman, por lo filtrado y por imágenes y por trailers y porque soy un friki que se lee todo lo relacionado con Batman… se sabe que hace 10 años se retiró y en estas fechas se celebra, justamente, la última aparición del enmascarado. En el mundo ficticio…claro.

Está viejo, cansado. Se encarga de mantener viva su empresa, sus pectorales y su peinado… posta, tiene alta cabeshera.



Sabemos que ya sabe de la existencia del Guasón y que el segundo Robin (Jason Todd) Murió… y de ambas cosas podemos estar seguros porque en el tráiler se ve el traje de Jason puesto sobre un maniquí, con un grafiti con caligrafia Jokerezca que dice “Batman se la come”
  


no, mentira. Dice “El chiste está en vos, gil”



Lo cual es una referencia a la historia “Una muerte en la familia” donde, tras la búsqueda de su pasado, Jason Todd termina (SPOILERS) siendo asesinado a palazos por el Joker y una bomba. Haciendo que en el Canon de “El Regreso del Caballero Oscuro”(Uno de los materiales en los que BvS se basa) el Bruce Wayne o Bruno Diaz o Juan Perez se retire por un tiempo porque no puede tocar nenes. Ya que se culpa por nunca haber matado al Guasón.

¿Qué más?

Este Bruce/Bruno tiene la moral un poco dudosa. Mientras hacía de Batsy con Jason Todd era medio puto. Le decía “no hace falta que le rompas el brazo” o “no lo dejes inconsciente, podríamos interrogarlo” o “No le cambies el estado de Whats App”. Pero en el tráiler se puede ver que hasta les deja a los criminales cicatrices con el logo, a lo zorro (irónico, porque Bruce usa al zorro como inspiración en sus comienzos y mataron a sus padres tras ver “La Marca del Zorro” en el cine) y los ata y los caga a palos… no se lo ve modificando el estado de Whats App de nadie a “Me gusta Justin Bieber” o “Soy Gay”. Así que tan malo no es.

Al parecer es bastante pesado ya que el grone del Daily Planet, en el tráiler, lo describe como “Una oleada de terror”

Por la forma en la que Alfred de habla a Batman, medio pesado, medio confianzudo. Parece que este Alfred tiene una onda el de la serie Gotham. A lo heavy metal, ex médico militar, boina verde, pija grande. Cogeputas en seco.

Dato interesantísimo… en el tráiler se ve a Bruce Wayne viendo un recorte de diario con una escritura en sangre que dice “Vieja, dejaste morir a tu familia”.



Lo cual puede significar tres cosas…una: Jason Todd fue REVIVIDO en la fuente de la juventud de Ra’s Al Gul, como en la historia “Under the Red Hood” Secuela de “una muerte en la familia”. Dos: El guasón sabe quién es Batsy. O Tres… y esta es una locura inventada por gente de internet… Batman Mató al Guasón y Jason Todd se convirtió en el payaso loco… no me gusta la idea.

En fin. ¿Qué podes hacer mientras esperas al 2016 si no te gustan los comics? Pero quieres saber algo sobre este Bats.

Primero… si te gustan los comics y no te importan los spoilers. Leete todo lo relacionado con Batman que haya salido entre los 80 y el año 2000. Fin.

Si no te caben los comics o no tenes plata ni amigos que lean comics y queres saber sobre el canon de este Batfleck… mírate las pelis “Batman:Year One” o “Año uno”, 



“Batman: Mask of the Phantasm”, 



"Batman: Sub-Zero”,  



“Batman: Under the Red Hood”



Proximamente sale "Killing Joke"







… y por ahora esas nomas.

¿Por qué pelean Batsy y Supy?

Sups viene desde otro planeta y mata mucha gente en su pelea. Entre ellas, muchas que trabajaban para Wayne, y por lo que se ve en los comics y series, Bruce Wayne quiere mucho a sus empleados y los conoce, más que nada ahora que hace 10 años no es Batman y tiene tiempo.

Bats lo ve a Sups como a un extranjero que se la cree así que planea darle masa y demostrar que la tierra está dispuesta romperle la jeta. Razón por la cual se protege con ayuda de un traje hecho de…quizás, el mismo material que la armadura de Zod.

Creo que Superman va a tener problemas manejando el ego y le va a pintar algo que pasa en historias como “Injustice: Gods Among us” o “Superman: Hijo Rojo” que implica que diga “Las personas y su democracia no sirven… voy a gobernarlos” o que en realidad el gobierno contrate a Superman para que le dé picho a… ah, mira vos. Word no me subraya la palabra “picho”. En fin… como decía. El gobierno quizás contrata al hombre de Acero para darle pene a Bats, a quien ven como a un terrorista.

Dentro de esto también sabemos que el mundo le teme a América ya que estos tienen a un superhombre, el cual es como un arma con su propio código moral. ¿Qué onda si un día se levanta de mal humor?


Al parecer también hay una Guerra en Corto Maltese (click en el nombre para saber qué es) y tenemos unas tropas lideradas por Supi. Ya que vemos soldados con el logo de Casa de Jor-El.

La mujer maravilla, según se rumorea, viene trabajando desde la época de la primera guerra mundial, ya que es una diosa, no envejece. Y Lex Luthor es el creador de Facebook… tiene todo el sentido del mundo. No veo cual es la sorpresa.

¿Cómo podría Superman ganarle a Batman?

Mil formas. Supercogida, superpiña, superpatada, podría soplar fuerte y con la presión del viento romperle los huesos. Rayos laser, podría darle cáncer con los rayos X. Podria llevarlo a vuelo hasta una cárcel o podría lanzarlo al sol…

Pero el tema es que Batman no dejaría que esto pase. Algo que los comics enseñaron es que el hijo de puta está preparado para todo. Lo cual no significa que no salga herido, sino que siempre sabe cómo salir zafando. Y a la vez ganar.


Hay muchas formas. Puede usar radiación de sol rojo (como se ve al inicio de Man of Steel) y hacerlo un humano común y corriente. Puede exponerlo a sonidos en alta frecuencia y hacerle concha el cerebro (ya que tiene super-audición), podría encerrarlo en un lugar cuya atmosfera esta modificada para sea como la de su planeta (como ocurre en la nave Kryptoniana en man of Steel), puede usar Kryptonita (que se ve en el tráiler), o hacerlo del mejor modo… ganarlo moralmente. Podría estar tirado en el suelo, a punto de morir y decirle “…mataste una vez, ¿cómo se sintió?” Hacerlo llorar y que de repente éste se dé cuenta de que la tiene chiquita. O podría decirle “Me tragué una bomba. Lois Lane está secuestrada y si mi corazón se detiene ella muere” cosas así.



Y… eso fue todo, mierda. Largo el texto. Debería dormir, son las 5 de la mañana. Nos vemos, nos leemos, adiós… ciaaaaoooouuuu…









I’M BATMAN

7/9/15

Dead Oubreak: Por Favor (parte 5)

Si queres leer la primera parte hacé click acá.

Si queres leer más historias como estas del indice en orden cronológico de Dead Outbreak Hacé click acá.


Esta historia es una continuacion de Dead Outbreak: Por Favor (parte 4)


-Gracias por quedarte…-

-No es nada…- dijo él y presionó los labios. Era mentira, de verdad tenía que irse. Ver cómo la sombra de los árboles se desplazaba lo hacía sentir cómo el peso del mismísimo pasar del tiempo comenzaba a hacerse notar. Intentó disuadirla-…Pero creo que podría ir por ayuda. Me estoy alojando en la casa de un doctor.

-Qué suerte la tuya.- dijo ella, con los ojos cerrados y el rostro pálido-Me siento más segura así. Con o sin doctor, voy a morir. Prefiero no estar sola cuando eso pase.

Nico se sentía incómodo. No la conocía no le interesaba conocerla, le quedaban pocas horas de vida y no había nada que él pudiera hacer para ayudarla. Al mismo tiempo, quería ser complaciente. Al menos esperar a que se durmiese o quedara inconsciente para no tener que escucharla insultándolo. Sus prioridades en aquel momento se centraban en alguien con más esperanzas de vida.

-Y aunque pudiesen salvarme…-siguió ella- No quiero. Mi novio murió, y desde antes de ayer, cuando mi familia se fue sin mí, solo él me mantenía viva.

Nicolás se resignó a fingir interés de forma perezosa

- ¿Si?-

-Sí, si él no hubiese estado allí diciendo que me amaba, habría usado cualquier objeto con filo para cortarme la garganta.

Un grupo de muertos andantes se acercó. No se encontraban en tan mal estado y se movían rápido, por lo que el muchacho asumió que habían sido recientemente transformados, por lo tanto, aun no estaban ciegos. 

Extrañamente, todos llevaban un crucifijo colgado del cuello.

Se agachó sobre la chica y ésta, con solo oír los pasos asumió de qué se trataba. Ella lo abrazó con fuerza y ambos sintieron el temblor del otro. Podían escuchar cómo algunas de las bestias se chocaban, en su andar, con sus semejantes y rebotaban contra el automóvil. Los gruñidos no los ayudaban en nada a mantener el silencio y evitaban mirar hacia las ventanas.

Cuando los pasos se alejaron lo suficiente se separaron y volvieron a su posición inicial. Nicolás miró hacia atrás y notó que todos los cadáveres de la pequeña horda estaban bien vestidos y ninguno tenía mordida alguna sobre los brazos o piernas, sospechoso, demasiado. No tenía mucho que hacer allí dentro, así que lo comentó con su nueva amiga.

-Qué raro…están muy sanos…-

-Sí… estaba por decir lo mismo. Mirá…- dijo ella y apuntó hacia la ventana contra la cual sintieron los rebotes de cuerpos. Él no notó nada extraño, así que solo sacudió la cabeza y se inclinó de hombros. Ella explicó su observación en pocas palabras-…está limpia.

Lo más normal, lo primero que uno observaba al ver de lejos a alguien en aquellos días era sus manos. Si estaba manchada de sangre, probablemente no te convenía acercarte. Pero de todos los cadáveres andantes que pasaron y chocaron contra la ventana, ninguno la había manchado con sangre.

-Alguien los envenenó…-dijo ella- Puede venir para acá…-

Nico estuvo a punto de pedir nuevamente permiso para abandonarla. Pero ella habló antes- No hace falta que te quedes, podrían venir y matarte. Hay muchos enfermos, la gente se volvió loca, ellos, ellos son el verdadero peligro.-

El buen samaritano floreció, y casi de forma in-intencional dijo- No puedo dejarte sola…

-No lo hagas- respondió ella.

-¿Queres que te lleve? Iría muy lento, nos devorarían a los dos…- dijo él, meditó unos segundos y luego expresó- ¡Ah! Eso…puedo intentar encender el auto, como en las películas…con los cables y…-

Ella soltó una penosa risa, sufrió el dolor de sus heridas en voz alta y lo calló con la mano-No…haría ruido y no llegaríamos a ningún lado. Ni lo intentes…-

-¿Entonces qué…?-

-¿Estás a favor de la eutanasia?- Preguntó la chica y el corazón de Nicolás se convirtió en una locomotora.
Hubo silencio por casi un minuto, dejando de lado a los grillos y demás insectos. No estaba seguro de haber escuchado bien.

-¿Que?- preguntó casi entre risas.

-Que qué te parece la eutanasia… ¿estás a favor?-

-¡¿Qué?! No, yo no… no p…-

-Estoy sufriendo…- dijo ello con la voz ahogada un llanto que terminaba de formarse- No quiero vivir.

Otro prolongado silencio invadió el vehículo. Él Cerró los puños, ella dejó caer unas lágrimas y lo abrazó. Como pudo.

-Es mi vida, creo que tengo derecho a elegir. ¿No?

Él Respondió con un movimiento de cabeza, mientras empezaba a lagrimear tambien, ella no alcanzó a verlo bien. Tan solo vio el reflejo de la poca luz externa en la gota que descendía por su rostro.

-Cuando estaba en el suelo, ahí afuera, vi un enorme bloque de cemento, no tan grande como para que no puedas levantarlo con algo de esfuerzo… pero creo que lo suficiente como para darme una muerte instantánea…

-Yo no… no puedo, perdón.

-Por favor…-dijo ella- Acaban de quitarme lo último que me quedaba. Mi puto cuerpo ¿Entendes eso? Me violaron ¿podés entender eso? Te ruego que lo hagas.

Nico se desesperó, rompió el llanto al estar inspirando aire y su mandíbula tembló-Puedo acompañarte hasta que te vayas, pero no… no me hagas matarte-

-¡Por favor!- pidió en un grito desaforado, mientras se sujetó la herida- ¡Por favor! No quiero vivir…no así.- lloraba la chica, sin pudor alguno, sin asco, simplemente…quería irse. Se había rendido.

Los detalles más mínimos pierden importancia cuando se tiene en cuenta la emoción vacía que Nico sintió al hacer lo que ella pedía. Solo cabe aclarar que la chica le dio a Nico la campera de cuero, como un agradecimiento.

Le dijo que haría lo que ella pidió, tirar el bloque de cemento sobre su cabeza. Pero éste era demasiado pesado. No le informó al respecto.
Fingió estar arrastrándola fuera del auto para posicionarla sobre el pavimento. Pero en vez de ello, cerró la puerta del vehículo, con fuerza, sobre su cuello.

Una…

Y otra…

Y otra vez… hasta que la cabeza de la chica parecía colgar de un hilo que salía desde su torso.

Caminó de nuevo hacia la casa del médico sin miedo alguno, deseaba que los infectados lo devoraran, con todo su ser.

No le daba importancia a recibir un disparo. Quería llegar, tomar a Sergio del cuello y presionarlo hasta sentir cómo éste se despedazaba entre sus dedos. Iba a incluso tomar unos cuchillos y mutilar al cadáver, entregárselo a los caníbales de a pedazos. Que no quedara ni el polvo del mal nacido.

Al llegar, se encontró con las puertas y ventanas abiertas. Especuló que el llanto de la niña pudo haber atraído a las bestias y éstas ingresaron. 

Especuló que él la haya entregado para escapar. Pero no, no había sido así. 

No había sangre en el suelo, ni dentro ni fuera de la casa.

Al entrar notó que no había provisiones. La heladera estaba vacía, tampoco estaban los cubiertos. Las almohadas no estaban. La niña no estaba. El hombre tampoco.

Se había escapado. Especuló que Nicolás había muerto y decidió huir y engañar a algún otro idiota.

Cerró la puerta y esperó allí hasta el amanecer, hasta tener luz suficiente como para, antes de marcharse, ver qué podría sacar de allí.

Ni bien pudo, echó un vistazo a las fotos. Aquellas que estaban en los porta retratos caídos. Y su hipótesis había estado errada. Muy, muy errada. No solo que Sergio estaba en una de ellas, sino que éste era mucho más enfermo y peligroso de lo que Nicolás había estado especulando.

Una vieja fotografía familiar mostraba a un matrimonio y sus hijos adolescentes. La chica de las otras imágenes estaba allí y al lado su hermano mayor… Sergio.

Nico ya no era el mismo. No le importaba morir, vivir, matar, sufrir, ser devorado por hambrientas bocas sedientas de sangre… solo quería hallar a la niña, y separarla de aquel hijo de puta.

Un grito provino desde las calles. Era de una mujer. Escuchó también el sonido de un carro siendo tirado por caballos. Fuertes risas y sonidos de disparos.


Fue caminando en dirección a los sonidos. Esta vez no se escondería.











Continua en Dead Outbreak: Los Creyentes

6/9/15

Dead Outbreak: Por Favor (parte 4)

Esta historia es una continuacion de Dead Outbreak: Por favor (parte 3)










Se pasó el resto de la noche acurrucado, esperando que la puerta se abra y Sergio le proporcione una lluvia de balas.

No era ningún idiota, había pensado en quitarle el arma, buscó la oportunidad. Pero su ubicación rotaba de a momentos. A veces estaba en el bolsillo, a veces debajo del bebé, en ocasiones dentro de las largas medias de futbol que usaba debajo sus jeans. Un intento fallido resultaría mortal, y muerto no podía hacer nada por la niña.

Logró dormir una o dos horas. Recordaba algo de luz entrando por la ventana antes de cerrar los ojos. Una vez que los abrió lo invadió un silencio más profundo que el sueño mismo. Podía oler su propia peste, hacía ya más de tres días que no se bañaba ni se cambiaba de ropa.

Salió al patio, donde se encontró con el hombre, quien sostenía su revolver en una mano y una caja de cigarrillos en la otra. Tenía uno encendido, por la mitad, entre sus labios. Ofreció la caja a Nico y éste aceptó. Tras haberse fumado la mitad. Notó que quien se lo había invitado ya se había terminado el suyo. Sujetaba la colilla humeante y miraba fijo al suelo.

Se masajeó el abdomen por unos segundos y luego mandó la mano a la cabeza, se volteó hacia Nico y le dijo- Agua, Whisky…- en forma de orden. No era una pregunta u oferta, parecía muy seguro de sí mismo. Tampoco le apenaba estar sonando muy hostil.

Nicolás no se lo tomó a mal, el hombre se veía estropeado por la dosis de alcohol de la noche anterior.

-Ahora…- dijo y sacó el arma. El joven lanzo el cigarrillo al suelo al levantar las manos como un simple reflejo-Te salvé la vida, te alimenté… quiero que salgas y me traigas whisky.

Asintió con la cabeza y caminó hacia adentro. La bebé dormía profundamente. Sospechó que el maldito la estuviese drogando. Vio la mochila en el suelo y la levantó. Pensó por un par de segundos en llevarse a la niña, simplemente salir por la puerta y trabarla desde fuera. Pero el revolver que Sergio cargaba siempre consigo era una llave maestra. Le costaría un disparo salir de la casa y otro dejarlo en el suelo, servido en bandeja de plata para los muertos.

El hombre seguía en el patio, masajeando su sien derecha, quien sabe qué habrá estado pasando por su cabeza. El joven tomó ventaja de ello, levantó uno de los portarretratos “caídos”. En la fotografía se podía ver a una pareja, sonriente, y en el medio la bebé.

¿Cómo habría de salvarla?

Había una posibilidad, podría conseguir el whisky pero no aceptar la invitación de trago esta vez, solo dejar que Sergio se embriague y mantenerse despierto. Pensó en acercarse a despedirse, o al menos avisar que salía. El hombre ni lo miró a la cara, solo entró a la casa para poner llave a la puerta una vez que el muchacho saliera.

Había menos monstruos caminando en la calle, quizás porque se habían alejado, quizás porque sus piernas ya se habían rendido. De a momentos el aire apestaba a carne podrida, de a momentos a humo. Algunos gritos adornaban la fauna de sonidos e insultos florecían desde el interior de las casas al verlo pasar. Todos se temían entre sí. Si alguien estaba caminando en la calle era porque se trataba de un asesino, saqueador o infectado.

Solo bastó con acercarse al supermercado para darse cuenta de que el auto que había comenzado a incendiarse el día anterior estaba cubierto por unas manchas negras. Los vidrios estaban rotos y de las ventanas hacia abajo había líneas de sangre ya coagulada, en partes, de un color más oscuro de lo normal, lo cual dejaba a libre interpretación cual había sido la lucha librada por aquel pobre hombre. Algunos muertos caminaban alrededor del vehículo. Ninguno de ellos se parecía siquiera al desesperado hombre.

Una peculiar forma llamó la atención de Nico en la periferia de su vista. Era el rifle, el que había dejado caer el día anterior. Fue corriendo a buscarlo y estando a solo unos metros de éste notó que alrededor había unos cartuchos dorados. Alguien lo había encontrado, y había sido utilizado como defensa.

Poniendo a prueba su muy escaso conocimiento en videojuegos para ver si le quedaba alguna bala  confirmó que no, no quedaba nada. Quizás habían más bestias dentro del supermercado, quizás el hombre pudo sobrevivir y corrió hacia adentro, a refugiarse en algún baño, los muertos pudieron seguirlo hasta allí. Quizás…solo quizás… en el caso de que no haya sobrevivido encontraba más balas en su bolsillo. No estaba seguro de cómo meterlas en el arma, pero ésta podría también servir como protección, así que la tomó y se aproximó hacia el estacionamiento.

Las puertas de vidrio le permitieron ver hacia el interior del mall. Estaba infestado de malolientes, al parecer habían seguido a alguien hacia el interior, pero las puertas se empujaban desde afuera, y para salir tendrían que tirar de las mismas, algo poco posible para seres tan poco pensantes. Y no, no habían seguido al extraño y desesperado hombre, no, y de eso Nicolás estaba seguro. Uno de sus zapatos se encontraba junto a la ventana del acompañante del vehículo destrozado y por las ventanas traseras entraban y salían moscas. El solo sonido de las mismas ya le provocaban al muchacho un nudo en el estómago. Se negaba a abrir la puerta, no podía siquiera mirar por la ventana, ¿cómo podría obtener las balas?

Escuchó unos gruñidos y al mirar hacia atrás vio a dos muertos, a lo lejos, comenzaban a acercarse hacia él. Debía apresurarse, aún tenía que buscar el whisky, en el caso de que no consiguiera municiones.

Abrió la puerta trasera derecha y una nube de moscas impactó contra el frente de su rostro, así como una oleada de aromas indeseables. Vomitó lo poco que había comido la noche anterior y lanzó nuevamente el rifle al suelo. Lo levantó en un movimiento veloz.

Comenzó a correr en dirección opuesta a la casa en la que se había estado alojando. Al menos para poder vomitar sin ser interrumpido por una mordida letal. No podía siquiera trotar sin toser, ya se había manchado la ropa con sus propios fluidos. Los cuales, luego pensó, quizás camuflaban su presencia.

No podría correr por mucho más tiempo, se terminaría agotando, así que comenzó a probar puertas de autos, éstos camuflarían sus sonidos, olores y… ¿verlo? Las bestias no podían verlo, al menos no los que ya habían muerto hacía muchas horas.

Dio con una que estaba abierta, extraño, y sospechoso, pero por el momento, solo importaba una cualidad… “seguro”.

Algunos de los muertos andantes siguieron de largo, otros dudaron, lo expresaron levantando la nariz y caminando en círculos.

Pasados, solo unos minutos, el sonido de un carro tirado por caballos llegó a los oídos de Nico. Volteó hacia éste y notó a tres hombres como tripulantes privilegiados, dos de ellos sostenían a una chica, cuyo rostro le fue familiar, era su vecina de enfrente, o al menos lo había sido antes de que el desastre iniciara. Ella usaba una campera de cuero, demasiado grande como para ser propia.

La chica gritaba desaforadamente y los hombres la golpeaban, expresaban en sus rostros una alegría y gozo escalofriante, parecían estar teniendo la mejor aventura de sus vidas.

La joven logró liberarse de los brazos de los hombres y saltó del vehículo. Al parecer planeaba caer de pie e intentar escapar en dirección opuesta, quizás encontrar ayuda. Pero ninguna de esas cosas pasó, al caer se dobló un tobillo y le resultó imposible recuperarse antes de que los malnacidos detuviesen a los caballos y se bajaran para contenerla nuevamente.

Quien había estado conduciendo el carro la golpeó dos veces en el rostro. Nicolás sentía una fuerte impotencia correr por sus venas. Podría haber intentado ayudarla. Podría haber pretendido que su arma estaba cargada y amenazarlos. Pero no lo hizo. Los tres tenían un arma colgando de sus pantalones, lo más probable sería que estuviesen cargadas. ¿Perdía algo intentando? Tal vez sí, tal vez no, no fue un riesgo lo suficientemente tentador como para que él lo tomara.

Las campanas de una iglesia cercana sonaron. Se oyó un lejano “canto de alabanzas” a Dios y los hombres hicieron lo peor, lo que era obvio al ver el inicio de la escena. Nico no miró, se agachó y cubrió sus oídos, algo de lo que no estuvo para nada orgulloso.

Algunos de los gritos lograron atravesar el grosor de sus manos. Llegó a escucharlos, y cada uno fue más aterrador que el anterior. Tambien hoyó disparos. Obviamente, el aroma de la sangre había estado atrayendo muertos, y los hijos de puta gastaban su munición con tal de no interrumpir su sucio y forzoso coito. Él realmente deseaba que los hombres notaran que se estaba escondiendo allí, y que lo mataran en su lugar, por cobarde. Pero no podía entregarse de forma voluntaria. Su instinto se lo impedía, además de que ya se había prometido rescatar a la bebé.

Los sonidos cedieron unos minutos más tarde. Levantó la vista, infortunadamente, a tiempo para ver cómo la apuñalaban y ésta comenzaba a desangrarse, antes claro, de marcharse como si nada.

Comenzaba a atardecer. Él debía volver con las cosas para Sergio, aunque claro, primero debía conseguirlas.

Abrió la puerta del auto, para seguir su caminata, pero algo lo distrajo. La chica, seguía con vida. Intentaba llamarlo, pero su voz era débil.

Ya había girado la cabeza suficientes veces en un día, ya había ignorado demasiado sufrimiento. Si ni siquiera se arriesgó por ella, al menos podría evitar que los muertos se la devoraran.


Sin siquiera hablarle, hizo un enorme esfuerzo para meterla en el asiento de atrás del auto sin lastimarla aún más en el proceso. Para ello requirió sostenerla desde las axilas y arrastrarla hasta el interior del vehículo. Planeaba marcharse ni bien terminara con ello, pero la chica utilizó todas sus fuerzas para sujetarlo de la muñeca y en una tenue voz pedir- No me dejes… por favor…-

5/9/15

Dead Outbreak: Por Favor (Parte 3)

Esta historia es una continuación de Dead Outbreak: Por Favor (Parte 2)









Llegó a la puerta de la casa (la cual se encontraba detrás de una reja del mismo tamaño que el marco de madera) e instantáneamente hizo lo que había estado queriendo hacer desde que empezó a correr. Vomitó lo poco que había consumido hacía un par de horas. Sentía una fuerte presión en el estómago y cedió a ésta dejando su cuerpo caer sobre sus rodillas y las palmas de sus manos y volvió a vomitar.

El hombre salió del refugio y le preguntó al muchacho si estaba herido. Él negó con la cabeza y tosió para despejar la garganta, pudo soltar la primera palabra bien formulada desde que se había pegado un tiro en la boca- No-

-¿Son los analgésicos… estas mareado?

-No, no-

Nico sintió que el hombre lo agarró de los hombros, pensó que estaba por ayudarlo a ponerse de pie, pero en realidad estaba abriendo la mochila. Sacó algunas cosas y verificó que todo estuviese. Inició una pregunta- ¿Y dónde…?- pero no la terminó cuando notó que la botella de Jack Daniels estaba a la derecha del joven. Agarró todo y lo metió en la casa. Salió nuevamente para ayudar a Nicolás a ponerse de pie. Cuando notó que ya no tenía en sus manos el rifle que se había robado, por el susto y desesperación lo había tirado. Se sintió un completo estúpido, el arma podría haber sido su boleto de salida de la casa, junto con el bebé.

-Te ganaste una siesta.-

Al ingresar, lo primero que vio fue que las velas estaban apagadas, la puerta del patio abierta y la bebé jugando con un pequeño delfín de peluche. Los portarretratos seguían con el frente hacia abajo y la mancha de sangre en la pared  de atrás estaba intacta. Entre el ardor de garganta y la presión baja floreció una flamante duda “¿De quien es?”

El tipo había mencionado un “anterior huésped”. Podía también estar mintiendo. Podía ser tanto de un familiar suyo como de un desconocido al azar. Después de todo, él lo había amenazado con dispararle en la rodilla si no obedecía.

Se metió en la habitación en la que había despertado aquella mañana y se lanzó a la cama como un saco de papas. El dueño del refugio le dijo- Podes dormir ahí, yo prefiero estar cerca de la salida. ¿Querés que te cierre la puerta?-

Soltó entonces su segunda palabra, ya casi sin dolor en la lengua –Sí…- y cuando el hombre estuvo a punto de hacerlo, lo interrumpió con una petición-¿A-agua?-

Él dio unos pasos hacia el costado, entró en una pequeña cocina que Nicolás no había notado antes y volvió con una botella de soda- El agua es para ella- dijo señalando a la niña con el pulgar, dejando en claro que el Jack Daniels era para él. Algo que habría sido deducible si él no hubiese estado tan asustado y dopado en el supermercado. Obviamente, sino… ¿con qué agua mezclaría la leche en polvo?

Bebió unos tragos y  no le tomó mucho tiempo caer nuevamente en un profundo sueño. Fue totalmente seco, así como cerró los ojos los abrió sin imagen alguna de por medio. Era consciente de donde estaba y por qué, lo cual de alguna forma era reconfortante.


Al salir al living comedor, al cual ahora, más lúcido notó él, le faltaba la mesa, vio, con ayuda de dos velas, a la niña acostada en el colchón abrazada a su mamadera. Y al hombre sentado a su lado, con un pequeño vaso con whisky. La puerta del patio seguía abierta.

-¡Hey!- dijo el tipo con un tono bajo de voz y extendió una mano, alcanzándole un plato con arvejas y arroz- No te preocupes…no lo herví en soda. Tenía algo de agua de lluvia de hace unos dos días.

Él sujetó la comida y se vio extrañado, por no tener cubiertos.

-Uh…que boludo, perdón. No quiero moverme del colchón. La nena se va a despertar. ¿Por qué no te llevas una vela a la cocina y te traes cubiertos y un vaso? Acompañáme con unos tragos.-

Nico sonrió de forma amigable y devolvió el plato, se llevó con qué iluminarse y sigilosamente tomó un par de cubiertos. Al abrir la lacena y tomar un vaso, se llevó una interesante sorpresa. Detrás de éste, había una mamadera, en perfecto estado, y no era ninguna de las que él había tomado en el supermercado.

Se puso a comer sentado en el suelo del patio, junto a la puerta que conectaba con el interior de la casa. Únicamente para sentir el aire fresco y poder disfrutar de la luz de la luna que atravesaba de vez en cuando el manto de nubes grises.

El dueño de casa resbaló un vaso con whisky por el suelo, desde donde estaba sentado hasta que estuvo lo suficientemente cerca del joven como para que éste pueda agarrarlo, pero él no prestó atención, estaba disfrutando demasiado de la comida.

-Supongo que si podes comer así ya podes hablar…

-Más o menos- dijo éste y sonrió de forma cortés- de a momentos me duele debajo de la lengua.

-Una bala pasó entre tu yugular y tu mandíbula…- dijo el hombre y ambos rieron en voz baja- Tenes nombre, ¿no?

-Nicolás… bah, Nico- respondió entre bocados- ¿Usted?

-Sergio.

-¿Es su casa?- preguntó dudosamente, como si no quisiese ser escuchado, con miedo.

El hombre titubeó un poco, dio un trago y respondió- Sí… ¿por qué no tomas?-

Nicolás dejó el plato vacío en el suelo, a su derecha y bebió del vaso que estaba a su izquierda.

-Mierda…- dijo en un sufrido murmuro-… cómo arde la herida…

-Vas a ver que vale la pena- dijo Sergio- Yo no solía beber, pero desde que empezó esto, desde que ella se fue…

-¿Ella?- preguntó el muchacho.

-Sí…la mamá de esta nena. Tuvimos unos problemas cuando esto empezó y…y se fue. No quedaba otra, ella… no me amaba.-Bebió un profundo trago y volvió a cargar el vaso. Nico bebió lo que quedaba en el suyo, sufrió nuevamente del ardor y pidió más. Una vez su vaso estaba cargado salió otra vez al patio, tomó una de las velas y un pedazo de vidrio afilado que vio sobre uno de los muebles. Resto de un porta retratos, quizás.

-Y dejó a la bebé…¿se fue y dejó a la bebé?- preguntó mientras comenzaba a usar el cristal para hacer un dibujo en la sangre de la pared.

-En realidad fue mi decisión, yo hice que se vaya. Y yo decidí quedarme con la nena.

-La dejaste afuera…- dijo el joven-…con todas esas cosas. Ha de estar sufriendo muchísimo sin tu ayuda.

-No, no, para nada, donde sea que esté, no sufre, créeme- musitó Sergio y bebió todo el contenido de su vaso de un solo trago. Se sirvió más y siguió- Ha de estar con ese idiota, ese imbécil al que tanto quería. No estoy seguro…creo que él sigue vivo…

El ritmo cardíaco de Nico se aceleró. Y prefirió no volverse hacia Sergio, temía que éste lo estuviese mirando de forma amenazante.

-Corrió como un maricón cuando vio el arma… seguro ya se lo comieron. Sino ya habría vuelto.

Las piernas del joven habían sido paralizadas con el miedo, disimulaba seguir dibujando en el manchón de sangre de la pared, pero le costaba. Su frente ya comenzaba a sudar de los nervios.

El hombre se bebió el resto del Jack Daniels desde la botella y luego dijo-Ella…esa puta…- casi entre llantos- …no me quería, no quería aceptarme, ni lo nuestro, la historia que teníamos. Ella quería a su esposo.-

Nico quebró la punta afilada del vidrio por ejercer demasiada presión.

-Y le volé la cara…le volé la cara enfrente de su hija…- comenzó a llorar, primero suavemente, luego entre temblores y estertores.

Nicolás se quedó mirando la mancha roja oscura, casi marrón que tenía enfrente. Y justamente, había estado intentando dibujar el rostro de una mujer.


Allí lo entendió, los portar retratos. No necesitaba verlos para saber que Sergio no figuraba en ninguno de ellos. 






4/9/15

Dead Outbreak: Por Favor (Parte 2)

Esta historia es una continuacion de Dead Outbreak: Por Favor (Parte 1) 





...



No le quedó otra opción más que acceder. No por tener un arma apuntando a su rodilla, porque estaba lo suficientemente drogado como para no sufrir tanto hasta morir desangrado, si es que llegaba a perder mucha sangre (de lo cual no estaba seguro que sea posible, así como la duración del efecto de las drogas) lo hacía por la bebé, Jazmín. El hombre dijo que así se llamaba, y que era su hija.

No le importaba morir y dejar desamparado a ese hombre, parecía ser un buen superviviente. Le preocupaba la niña. Su único pecado había sido nacer, era lo único que tenía sentido dentro de la cabeza de Nico. Quizás él había sido salvado para cumplir con esa misión, para proteger a esa niña.

El hombre limpió la herida y le dio un par más de analgésicos, dijo que si quería, los tomase, pero estaría menos alerta al andar por afuera. Le dio una mochila y una lista con las cosas que debía conseguir del supermercado que se encontraba a unas dos cuadras. Sonaba tan simple que espantaba.

El hombre dijo que le convenía ir al medio día. Los cuerpos de los infectados estaban resecos y rígidos, el único problema era la peste que emanaban los recién transformados, dijo que tenía algo que ver con sus funciones linfáticas, y el hecho de que aun transpiraban, pero no sonaba muy seguro de ello.

El trayecto se vio más invadido por sonidos que por imágenes. Oía gritos. Algunos eran risas desaforadas, otros gritos de dolor, espanto. Algún que otro disparo, vidrios rompiéndose. La calle estaba desolada. Al mirar hacia arriba veía muchas nubes de humo. Podía oler una peste de carne quemada.

Llegar fue sencillo, más sencillo de lo que había esperado, ingresar al supermercado de cartel rojo y logo amarillo fue lo que resultó más espeluznante. El lugar tenía un aspecto apocalíptico. Era irónico, había menos sangre de la que él había visto en la escuela, mucho menos, apenas uno que otro manchón en el suelo, un par de dientes, representaba la batalla que se había librado allí. Tras los saqueos de, quizás, las primeras horas de aquel caníbal apocalipsis. Quizás los balazos de algunos guardias intentando frenar el desastre, pero aun así, espantaba más que las explicitas imágenes carnívoras. Dejaba mucho abierto a la interpretación.

Entre todas esas repisas casi vacías se podía leer un mensaje. El mismo subconsciente de la sociedad le estaba diciendo a quien quiera que entrase “es el fin” y se leía con perfecta caligrafía. Y “las personas están locas”. Por no usar otros términos más específicos.

Notó, principalmente, que las repisas de bebidas alcohólicas estaban vacías, en cambio, aquellas con mercaderes de primera necesidad tenían algo todavía. No había una sola golosina o comida chatarra.

Tras su pequeño tour, el sonido de un carro siendo tirado por caballos y un par de disparos hicieron que se dé cuenta de que no había salido de compras como un sábado previo al boliche. Y recordó después que el padre de la niña le había dicho “Si te duele mucho la herida tomate los analgésicos…pero no te recomiendo, te vas a sentir un poco…perdido”.

Era cierto, en el silencio de aquellas paredes se encontraba tranquilo. Un par de anarquistas podría verlo desde afuera, entrar y matarlo, por simple diversión. Le convenía moverse con cuidado. Las puertas de la entrada eran transparentes. Algo que tampoco había estado teniendo en cuenta.

Se estremeció sobre sus tambaleantes rodillas, sacudió la cabeza y leyó en la lista “leche en polvo” con una marca específica. Era obviamente para la bebé. Encontró una enorme lata con facilidad, había otras, pero no entraría más de una en la mochila junto con los demás artículos.

El siguiente ítem era “mamadera”. Se quedó mirando la palabra por unos segundos, pensó que pudo ser una laguna mental, causa de las pastillas, pero luego se lo replanteó:

- ¿No tiene mamadera…?- sacudió nuevamente la cabeza y se tomó un par de segundos pensando- Quizás la rompió…quizás estaba sobre aquel mueble con los porta retratos cuando éstos cayeron. No pierdo nada llevando dos. Pero… ¿no tiene?-

“Latas de arvejas, choclo, lentejas” y “dos paquetes de arroz” fueron ítems con los que tuvo suerte, porque justamente había una lata de cada uno y tres paquetes de arroz. Pensó cargar un tercero, pero luego  se lo replanteó “¿qué tal si viene alguien más desesperado que yo?” y decidió dejarlo en una de las cintas deslizadoras de las cajas, cerca de la puerta.

No tuvo suerte con encontrar “Dos Botellas de Agua” solo consiguió una y era de medio litro.

Y por último figuraba “Whisky”. Lo ignoró, pensó en irse directamente a la casa de nuevo y decir la verdad “No lo conseguí” pero se planteó dos posibilidades.

En una de ellas, el whisky era para dárselo a la bebé. Una muy, muy mala, terrible idea para la salud de la misma. Pero quizás eso les salvaba la vida. Quizás así la dormía y a veces no había otra forma de evitar sus llantos a ciertas horas.

La otra posibilidad venía de la duda que le dejó el hecho de que el hombre no tenga una mamadera. ¿Era esa su casa? ¿Era esa su hija? Romper una de esas botellas de plástico no es exactamente algo que pase seguido.

¿Qué tal si volvía sin el whisky y el hombre no lo dejaba entrar? ¿Qué tal si amenazaba con lastimar a la bebé?

Era un tipo inestable, pero mierda, estaba cuidando bien de la niña, al menos ésta estaba con vida y él planeaba alimentarla. Sabía sobre medicina, contradecirlo no parecía una buena idea, así ésta fuere su hija o no.

Un sonido lo alertó, un hombre corriendo. ¿Hostil o no? No valía la pena correr el riesgo de averiguarlo. Se movió agachado hasta detrás del mostrador de la zona donde se suponía que debían estar las carnes y se posicionó detrás de las tiras de plástico que llevaban a los frigoríficos.

Era un tipo alto, con canas, sujetaba un rifle desde el cañón, en una mano, y en la otra un bolso de viajes vacío. Parecía estar mucho más asustado y apurado que Nico. Se movía a las corridas y metía cosas en el bolso. Respiraba de forma muy agitada, sus pasos resonaban con eco dentro del supermercado.

El muchacho bajó la mirada, a los pies de la máquina de cortar carne. Había una reluciente botella de Jack Daniels. No estaba del todo llena, pero tenía al menos tres cuartos de su contenido inicial.

Se agachó y gateó hasta ésta. Una vez que la alcanzó se sentó en el suelo y se sacó la mochila para guardar la bebida.

Otra vez, las drogas lo traicionaron, no escuchó los pasos del hombre y se percató de su cercanía cuando ya era demasiado tarde. Sintió la fría punta del rifle contra su nuca.

-No guardes eso…- dijo el hombre con voz temblorosa- Levantáte… caminá.

Obedeció con mucho miedo. Se volvió a poner la mochila en el proceso.

El hombre lo llevaba a violentos empujones hacia afuera mientras éste le hacía preguntas que él no podía responder si no con gemidos mal articulados, aún seguía sin poder usar la lengua sin que ésta le doliese mil demonios, y sumado a eso, estaba un poco dopado.

Ya cerca de la salida, el tipo se vio muy feliz de toparse con el paquete de arroz sobre una de las cajas y se lo guardó.

Llevó al muchacho hasta el estacionamiento del supermercado, en el frente y le ordenó- Quiero que tires eso sobre el auto…-

Se volteó confundido, no entendía de qué se trataba la extraña petición. El tipo lo notó y dijo:

-Tirá el contenido de la botella sobre el auto- y se alejó un poco para encender un cigarrillo.

El joven lo volvió a mirar confundido, abrazado a la lujosa botella.

-El fuego… el fuego va a atraerlos y vamos a poder correr, si tenemos suerte… suena la alarma, el humo va a confundir su olfat.- dijo el hombre entre profundas pitadas- Creo que son ciegos…bueno, casi todos.- sus manos se tambaleaban del terror, mientras miraba en todas direcciones.

Nico necesitaba el Jack Daniels, no se trataba de él, sino de la niña, y su quizás…quizás no, padre.

Se volteó hacia el vehículo y abrió la botella, simuló estar vaciando su contenido.

-¡Más te vale que no intentes nada pendejo!- gritó el hombre y levantó su arma de forma amenazante mientras se acercaba.

El cañón tocó, nuevamente la nuca de Nicolás y a éste se le resbaló el envase sobre el capó. Una molesta alarma comenzó a sonar y algo del Whisky se volcó sobre el automóvil. El muchacho pudo agarrarlo antes de que éste resbalase del todo por la curvada superficie hasta el piso y se volteó revoleándolo hacia el rostro del anciano.

El cigarrillo dio ignición a la bebida y ésta encendió en llamas el rostro y parte de la camisa del asustado hombre, el cual comenzó a sacudirse y en su lucha contra las llamas soltó el arma y cayó sobre el vehículo, el cual también había sido humedecido con Whisky.

El humo que salía del auto era negro y el aroma que emanaba el hombre era de lo más desagradable.

El joven no estaba para nada orgulloso de su decisión, para nada. Pero las bestias vendrían, de eso estaba seguro. Así que tomó el rifle y corrió de regreso al refugio, abandonando al misterioso hombre entre sus gritos y el sonido de la alarma. ¿Qué más podría hacer? Ya había hecho suficiente.