Corría
diciembre del año 2010, me encontraba yo de viaje por una parte de Italia,
cercana a Los Alpes. Por el momento era éste un viaje organizado por el Rotary
Club, no es necesario dar más datos al respecto, quienes me conocen, entienden
bien el contexto, quienes no, dejen que su imaginación vuele.
Pues
como anteriormente mencioné, el Rotary organizaba esto, y siendo nosotros, en
gran mayoría , estudiantes de intercambio, no teníamos permitido consumir
alcohol, y el control al respecto, era estricto.
Para
llegar a los Alpes, tomábamos todos los días un Bus, el espacio entre el Hostel
y la zona para esquiar…era muy grande, algunos días tuvimos la oportunidad de
ir de compras a un pequeño mercado. Donde estábamos bajo control de los “Rotarianos”
( unos adolescentes buena onda y un viejo que no quería que tengamos sexo ni
que consumamos drogas, oséa, una mala persona), por lo tanto, nuestro trabajo
se volvía dificultoso.
Uno de los días, con una chica a la
que vamos a llamar… la agente “Zero”, llegamos a la conclusión de que debíamos conseguir
un poco de diversión para la noche, y no, no hablo de pornografía, ya que eso
no nos faltaba(llevé mi laptop).
Precisábamos
conseguir alcohol para pasar la noche, porque claro…puedes tener diversión sin
alcohol, pero también puedes tener alcohol sin diversión, no?
Pero
el mercado era pequeño, las bebidas alcohólicas tenían una ubicación geográfica
que parecía ser estratégica para que los hijos de… Rotary nos vieran sacarlas
de su lugar, luego de las compras iríamos caminando al Hostel.
Teníamos
una mochila incluso, pero no.
La
cajera incluso recibió órdenes de no vendernos alcohol. Nos encontrábamos en
una situación bastante jodida, o como decía ella… estábamos en el horrrrno! Salimos
a la calle, ya resignados y sin ningún plan de resguardo, hasta que dos de los
Rotex se levantan y dicen, muchos de los chicos están cansados ya, quieren ir y
ducharse antes de comer.
Eran aproximadamente las 6:30 y el
mercado cerraba a las 7. No había tiempo para volver más tarde. Decidimos meternos
con ese grupo y realizar una gran jugada, increíblemente, sin comunicarnos,
pensamos en lo mismo. Decidimos seguir más o menos de lejos a uno de los
grupos, mientras el otro estaba de compras. Luego nos separamos y nos escondimos
detrás de una de las casas, todo esto bajo la tensión constante de la nieve cayéndonos
en la cara y esquivando luces de autos.
Ya detrás, con nuestro plan casi
terminado, escuchamos a un grupo de angloparlantes pasar por delante de la
casa. La Agente Zero piensa en sacrificarse, ir con la mochila y comprar las
bebidas. Por que era esto un sacrificio? Pues muy simple, no sabíamos si las
personas se encontraban allí todavía, si quedaba otro grupo con gente del Club.
Pues lo hizo, tomó la mochila, se encaminó hacia su destino, posiblemente su
última misión. Antes de marcharse, me dijo que si en 10 minutos no volvia, era
porque falló. También me dijo que si pasaba más tarde con otro grupo, gritaría una
señal que me indicaría que no queda más nadie en el mercado.
Pues asi fue, el llegar al mercado,
aun habían intercambistas y un rotex. Ella utilizó la excusa de haber vuelto
porque su amiga, a la que llamaremos, la agente ANTTA, olvido devolverle la
billetera a Tati…quiero deciiir a la agente ZERO.
Habían pasado 15 minutos, yo estaba
sepultado en nieve y ella no había vuelto, pasadas ya las 7:00 oigo pasar a un
grupo de gente, la agente Zero grita- no queda más nadie en el kiosco?! Como si
le dirigiese la pregunta a alguien. Debido al gran silencio de las montañas,
pude escucharla.
Me encamine hacia el mercado, el
cual ya había apagado la mitad de las luces, la mujer que atendía me permitió hacer
la ultima compra de la noche, al momento de cobrarme me sonrió, me vendió las
birras y me marché camino hacia el hostel.
El camino era mas largo de lo
esperado, y las bolsas se me rompían por el peso atómico de las botellas (¿?)
Así es, Zero tenía la mochila para
cargar las birras, no me quedo otra más que meterlas en mi abrigo. Me quité la
campera, colgué las bolsas en mis hombros y me la volví a poner, escondiendo
asi las pruebas del crimen por si al llegar me topaba con algún Rotex. Pero que
ocurría? Quedaban aun 4 cervezas por ocultar, se hacía tarde, los demás estaban
por iniciar la cena sin mí, notarían mi ausencia.
Instintivamente tomé las 4
cervezas e introduje 2 en cada manga de mi abrigo. El peso era excesivamente …excesivo,
y el camino, interminable, con una fachada similar a las zonas oscuras de
Silent Hill.
Al llegar, no
podía mas necesitaba descansar, y me arrodillo de golpe, levanto la mirada, y
veo una silueta acercándose a mí. Sentí como mis testículos subieron, se
convirtieron en ovarios, y luego ascendieron hasta mi tráquea. Pues al escuchar
su voz, me alegro, nada más ni nada menos que Zero, ella no me dejo atrás,
estaba afuera esperando que yo vuelva, bajo la excusa de- me voy afuera a fumar un pucho.
Me dijo que
el comedor, que se encontraba a la entrada, estaba completamente lleno de
personas, no podíamos pasar, así que hicimos un hueco en la nieve, apuradisimos
y empezamos a poner las botellitas de cerveza allí. Antes de que lográramos
cubrirlo, dos faroles de auto nos encandilan, el dueño del hostel había llegado,
tiramos mi abrigo para cubrirlas y desaparecemos en la oscuridad del costado
del hostel.
Ella entra a
buscar un bolso, sosteniéndolo bajo para que las mesas impidan a los Rotex
verla. El resto es bastante simple, cargamos las birras en el bolso, las
llevamos arriba y las dejamos reposar hasta la hora en la que las bebimos con
el culo lleno de orgullo, las bolas en la garganta, y los hombros adoloridos.
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