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Parte 1
“quisieron matarme,
prendieron fuego mi casa. Pero no solo sobrevivi. Sino que pude quitarles ese
valioso cadáver de la morgue”
Dead
Outbreak: El Vecino 2
Caminando
con los hombros encogidos por la ruta mientras amanece. Tiemblo y del cuello
hacia abajo tengo todo el frente del tórax lleno de sangre casi del todo seca.
Recuerdo
cuando la experiencia inició.
-¿falta
mucho?- preguntó Damián (despertando de su siesta viajera) a Tomás, quien
manejaba el auto por el momento.
-Te
dormiste media hora nomás- dijo Ciara, desde el asiento de acompañante.
-¡pero
la puta loco! Que bronca- gritó furioso- ¿por qué se les dio por comprar tan
lejos el terreno?
-hey,
no cualquiera se compra un campo, y hablá más bajo que le vas a despertar a
Mili- exclamó el conductor, refiriéndose a mí.
-
tarde chicos, estoy arriba desde el FALTA MUCHO que me gritó en el oído este
tipo…- dije.
-perdón,
sabes que te quiero- se disculpó Dami y me dio un beso en los labios.
Ciara,
mientras leía un diario, sobre los horribles asesinatos en masa que estaba
sufriendo el país, nos preguntó a todos- ¿me van a tomar de estúpida si les
digo esto?-
A
lo que Damián contestó con- ¡formulá bien tu pregunta… estúpida!-
Y
todos excepto ella nos reímos a carcajadas.
-buenoo
ey…-
-¿Qué
cosa Cici?- preguntó nuestro chofer a su acompañante mientras le hacia un mimo
pellizcándole la pera.
Con
un poco de timidez, ésta preguntó- ¿ustedes creen que…esta cosa, que levanta a personas
recientemente muertas, afecte también a los ya enterrados… o no es así porque
sus almas ya, como que, descansan?-
Quien
iba al lado mío puso la palma contra la frente y me miró mordiéndose el labio
inferior, seguido de- aay neena- y eventualmente, le desparramo el peinado con
la mano, tomándola de tonta, diciendo también- y eso que ya no estás teñida de
rubia.-
-Hey
basta che, cálmate- le dije al payaso, para que frenara un poco con los chistes
pesados. Él al parecer de verdad tomó la pregunta como algo absurdo…pero no lo
era tanto para mí.
-¡a
dónde vas con eso Cici?- pregunté muy curiosa.
-es
que… mirá, los infectados tienen un tiempo de descomposición más lento que el
de un cadáver normal, aun así, si a un cadáver normal le ponen sangre de un
infectado antes de los 7 dias de muerto, hay actividad cerebral- puso la mano
en la frente y una expresión de cólera en los ojos- supongamos que las moscas
puedan transmitir esto, supongamos que los gusanos también, y que llegue a
alguien bajo tierra. Lo que me imagino es a algunas personas arañando sus
tumbas desde adentro…-
Hubo
mucho silencio por unos segundos, nadie cruzó miradas con nadie, cada uno
apuntó la cabeza hacia otro lado… apretando los labios.
Y
mientras solo escuchábamos las ruedas contra el pavimento, el viento golpeando
el vehículo y el agua cayendo en la yerba mientras Ciara servía el mate:
-disculpame-
se oyó desde mi izquierda.
Ambas
volteamos a verlo- esa fue una muy buena pregunta.- dijo Damián, abandonando el
humor.
-acá
les tengo otra- dijo el conductor, muy entusiasmado.
-
Sorprendeme- respondió Dami.
-¿quiénes
van a dormir en la cama matrimonial?- todos nos quedamos en silencio… sabiendo
que en la casa de campo hay solo dos habitaciones y una de ellas es la que
tiene la cama grande…
El
silencio lo rompió quien iba al lado mío, como siempre, con un chiste- jajaj,
ssé, dormir-
Todos
nos reímos y él mismo retomó la cuestión- y vos loco, vos sos el dueño de la
casa y te trajiste a tu mina…por qué habrías de preguntarnos?-
-eem…porque
ahora que me acuerdo… él dijo que la que no tiene la cama matrimonial tiene el
ventilador- nos informó Cici.
-esto
se pone interesante…- dije yo, seguido de- asi que los que se acurrucan cómodos
duermen mal…-
-y
los que duermen bien se revuelcan incómodos- completó Tomás.
-Dormir…que
es eso?- replicó Dami poniendo su brazo por detrás mío.
Y
así fue, solo hablar pavada tras pavada hasta llegar a la preciada casa de
campo.
Notamos
que el terreno de enfrente, es decir cruzando la acera nada mas, organizaba una
gran fiesta. Vimos un amplio quincho, al parecer recientemente construido, dos
freezers y muchas personas cargando cajones de cerveza.
Al
llegar lo primero que hicimos fue estirar las piernas, y a la nublada luz de la
tarde, más o menos las 5 PM nos pusimos a bajar nuestros bolsos y todas las
cosas necesarias para pasar el fin de semana allí.
Después
de dejar mi mochila en el living encendí un cigarrillo, recostada por un árbol
junto a la casa. Miré el suelo, alrededor de la casa y noté que había mucha
tierra removida, como si alguien hubiese plantado vegetales recientemente.
Desde
lejos noté que Ciara me sonrió, cerro el baúl del auto y con las manos atrás
vino a mí.
Al
estar a solo un par de metros de mi, las puso adelante, tenía dos latas de
cerveza, sonreía muy alegóricamente, diciendo- ¿sabes que si Damián te ve
fumando le va a dar asco no?-
-¿De
dónde sacas eso?- pregunté yo.
-
a los chicos les de asco una mina que fuma, tienen gusto feo en la boca y pinta
de puta.-
-primero
que nada esto es de menta, y segundo, no creo tener pinta de puta, tenerlo ni
me molestaría, sé que no soy. Vos no sos puta y aun así estuviste con más
chicos que yo…-
Abrió
una de las latas y me dio la otra - ¿dónde van a dormir ustedes?-
-en
la de camas separadas- respondí.
-¡AAAAH!
¿Por qué sos así con él?- me dijo y la miré confundida y terminó con- no le
hagas eso, pobre pibe.-
-
¿de qué me hablas Ciara?-
Bebió
un trago y me dijo encogiendo los
hombros - ¿sabes cómo se va a sentir cuando no le dejes que te haga? Su concepto
de vos va a cambiar…mucho. ¿Y qué haces sosteniendo esa birra? tomátela-
-No
consumo alcohol… y no me mires así. Lo conozco hace un par de semanas, yo nunca
tuve relaciones boluda, encima… su concepto de mí no va a cambiar, si es el
buen pibe que creo que es…- me interrumpió.
-sí,
va a cambiar, porque… O sea, ¿para qué viniste acá? A que más pueden venir un
grupo de pendejos a una casa lejos de todo? No vinimos a jugar a la copa y
contar cuentitos de terror al lado del fuego. Va a pensar que sos una pendeja
que no pasó de los 15 años y no sabe lo que quiere.-
-Gracias-
le dije- sos una excelente amiga…- mientras me alejaba del árbol.
-no,
no te ofendas- me dijo abrazándome desde atrás y hablándome al oído, con mi
cabello en su cara- te digo esto porque de verdad quiero que estés con él. Se
llevan bien, es un cago de risa y es uno de los mejores amigos de Tomás, no
metas la pata Mili-
Me
di vuelta, tiré mi cigarrillo y dije- voy a pensarlo.- y PAF le pegué una
cachetada, haciéndola escupir cerveza.
Me
preguntó- ¿eso es por decir que pareces puta?- y mi respuesta fue- en realidad
había un mosquito en tu mejilla y aproveché.
-¡Hey!
¡Chicas! Vengan- Nos gritó Tomás desde dentro.
Ya
dentro, acomodamos nuestras cosas y decidimos quien iría a qué habitación.
Damián
me dijo, más o menos a las 8 de la noche- che, ¿queres pasear en el auto?-
Le
miré muy tímidamente y respondí- no sé…-
Pero
entonces él me sonrió y dijo- ¿“No Sé”? jajaj, dale, vamos.- y cedí.
Anduvimos
en el auto por un tiempo muy breve, ni
siquiera le pregunté a dónde íbamos, no me salía el habla, estaba pensando en
mi conversación con mi amiga.
De
repente dijo- ahí- y estacionó en frente de un cementerio muy pequeño en la
mitad de la nada.
-¿qué
haces?- Le pregunté mientras se bajaba.
-Vení,
no tengas miedo- me dijo él. Y me bajé del vehículo.
Allí,
de pie frente a todas las tumbas, puso su brazo detrás de mí.
-¿crees
que alguno de ellos se sacuda en el cajón?- dijo mirando fijo al suelo.
-¿por
qué me trajiste acá?- Le pregunté.
-Para
jugar a la copa y contar historias de terror- respondió con una sonrisa irónica.
Me
subió un escalofrío hasta el cuello, creyendo que escuchó mi conversación con
Ciara, pero luego noté que era imposible. No podía haber escuchado, estábamos
muy apartados de la casa y ellos en el living.
-jajaj,
no sé por qué te traje acá.- me dijo inflando el pecho, dándome palmadas en la
espalda, y su otra mano apoyada en su cintura- la verdad yo quería venir acá a
hacerme esa pregunta y… te ofrecí venir.-
-de
verdad me espanta un poco la idea, preferiría que volviéramos- le dije, y
aceptó sin problemas.
Mientras
volvíamos, a muy baja velocidad, pude tomarme unos segundos para pensar, sentí
como si todos los sonidos se alejasen por un momento, solo podía escuchar a
Ciara diciéndome aquellas cosas… mientras volteé a mirar a Damián, quien miraba
muy atento la ruta, en la oscura noche.
De
repente, pisó el freno a fondo y mi cabeza fue directo hacia la guantera. El
golpe me dolió mucho, hasta llegué a pegar un grito.
Lo
miré y dije a gritos- ¡¿qué te pasa?! – y esperé que se disculpara, pero ni me
miraba, sus ojos estaban atentos hacia adelante y su frente llena de arrugas.
Volteé
a mirar hacia adelante, frente al auto, iluminado por los faroles estaba un
hombre con su dentadura expuesta, masticando lo que posiblemente eran sus
propios labio y mejillas.
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