2/10/13

Dead Outbreak: El Vecino 2 (Parte 1)

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Parte 1

“quisieron matarme, prendieron fuego mi casa. Pero no solo sobrevivi. Sino que pude quitarles ese valioso cadáver de la morgue”

Dead Outbreak: El Vecino 2

Caminando con los hombros encogidos por la ruta mientras amanece. Tiemblo y del cuello hacia abajo tengo todo el frente del tórax lleno de sangre casi del todo seca.

Recuerdo cuando la experiencia inició.

-¿falta mucho?- preguntó Damián (despertando de su siesta viajera) a Tomás, quien manejaba el auto por el momento.

-Te dormiste media hora nomás- dijo Ciara, desde el asiento de acompañante.

-¡pero la puta loco! Que bronca- gritó furioso- ¿por qué se les dio por comprar tan lejos el terreno?

-hey, no cualquiera se compra un campo, y hablá más bajo que le vas a despertar a Mili- exclamó el conductor, refiriéndose a mí.

- tarde chicos, estoy arriba desde el FALTA MUCHO que me gritó en el oído este tipo…- dije.

-perdón, sabes que te quiero- se disculpó Dami y me dio un beso en los labios.

Ciara, mientras leía un diario, sobre los horribles asesinatos en masa que estaba sufriendo el país, nos preguntó a todos- ¿me van a tomar de estúpida si les digo esto?-

A lo que Damián contestó con- ¡formulá bien tu pregunta… estúpida!-

Y todos excepto ella nos reímos a carcajadas.

-buenoo ey…-

-¿Qué cosa Cici?- preguntó nuestro chofer a su acompañante mientras le hacia un mimo pellizcándole la pera.

Con un poco de timidez, ésta preguntó- ¿ustedes creen que…esta cosa, que levanta a personas recientemente muertas, afecte también a los ya enterrados… o no es así porque sus almas ya, como que, descansan?-

Quien iba al lado mío puso la palma contra la frente y me miró mordiéndose el labio inferior, seguido de- aay neena- y eventualmente, le desparramo el peinado con la mano, tomándola de tonta, diciendo también- y eso que ya no estás teñida de rubia.-

-Hey basta che, cálmate- le dije al payaso, para que frenara un poco con los chistes pesados. Él al parecer de verdad tomó la pregunta como algo absurdo…pero no lo era tanto para mí.

-¡a dónde vas con eso Cici?- pregunté muy curiosa.

-es que… mirá, los infectados tienen un tiempo de descomposición más lento que el de un cadáver normal, aun así, si a un cadáver normal le ponen sangre de un infectado antes de los 7 dias de muerto, hay actividad cerebral- puso la mano en la frente y una expresión de cólera en los ojos- supongamos que las moscas puedan transmitir esto, supongamos que los gusanos también, y que llegue a alguien bajo tierra. Lo que me imagino es a algunas personas arañando sus tumbas desde adentro…-

Hubo mucho silencio por unos segundos, nadie cruzó miradas con nadie, cada uno apuntó la cabeza hacia otro lado… apretando los labios.

Y mientras solo escuchábamos las ruedas contra el pavimento, el viento golpeando el vehículo y el agua cayendo en la yerba mientras Ciara servía el mate:

-disculpame- se oyó desde mi izquierda.

Ambas volteamos a verlo- esa fue una muy buena pregunta.- dijo Damián, abandonando el humor.

-acá les tengo otra- dijo el conductor, muy entusiasmado.

- Sorprendeme- respondió Dami.

-¿quiénes van a dormir en la cama matrimonial?- todos nos quedamos en silencio… sabiendo que en la casa de campo hay solo dos habitaciones y una de ellas es la que tiene la cama grande…

El silencio lo rompió quien iba al lado mío, como siempre, con un chiste- jajaj, ssé, dormir-

Todos nos reímos y él mismo retomó la cuestión- y vos loco, vos sos el dueño de la casa y te trajiste a tu mina…por qué habrías de preguntarnos?-

-eem…porque ahora que me acuerdo… él dijo que la que no tiene la cama matrimonial tiene el ventilador- nos informó Cici.

-esto se pone interesante…- dije yo, seguido de- asi que los que se acurrucan cómodos duermen mal…-

-y los que duermen bien se revuelcan incómodos- completó Tomás.

-Dormir…que es eso?- replicó Dami poniendo su brazo por detrás mío.

Y así fue, solo hablar pavada tras pavada hasta llegar a la preciada casa de campo.

Notamos que el terreno de enfrente, es decir cruzando la acera nada mas, organizaba una gran fiesta. Vimos un amplio quincho, al parecer recientemente construido, dos freezers y muchas personas cargando cajones de cerveza.

Al llegar lo primero que hicimos fue estirar las piernas, y a la nublada luz de la tarde, más o menos las 5 PM nos pusimos a bajar nuestros bolsos y todas las cosas necesarias para pasar el fin de semana allí.

Después de dejar mi mochila en el living encendí un cigarrillo, recostada por un árbol junto a la casa. Miré el suelo, alrededor de la casa y noté que había mucha tierra removida, como si alguien hubiese plantado vegetales recientemente.

Desde lejos noté que Ciara me sonrió, cerro el baúl del auto y con las manos atrás vino a mí.

Al estar a solo un par de metros de mi, las puso adelante, tenía dos latas de cerveza, sonreía muy alegóricamente, diciendo- ¿sabes que si Damián te ve fumando le va a dar asco no?-

-¿De dónde sacas eso?- pregunté yo.

- a los chicos les de asco una mina que fuma, tienen gusto feo en la boca y pinta de puta.-

-primero que nada esto es de menta, y segundo, no creo tener pinta de puta, tenerlo ni me molestaría, sé que no soy. Vos no sos puta y aun así estuviste con más chicos que yo…-

Abrió una de las latas y me dio la otra - ¿dónde van a dormir ustedes?-

-en la de camas separadas- respondí.

-¡AAAAH! ¿Por qué sos así con él?- me dijo y la miré confundida y terminó con- no le hagas eso, pobre pibe.-

- ¿de qué me hablas Ciara?-

Bebió un trago y me dijo encogiendo  los hombros - ¿sabes cómo se va a sentir cuando no le dejes que te haga? Su concepto de vos va a cambiar…mucho. ¿Y qué haces sosteniendo esa birra? tomátela-

-No consumo alcohol… y no me mires así. Lo conozco hace un par de semanas, yo nunca tuve relaciones boluda, encima… su concepto de mí no va a cambiar, si es el buen pibe que creo que es…- me interrumpió.

-sí, va a cambiar, porque… O sea, ¿para qué viniste acá? A que más pueden venir un grupo de pendejos a una casa lejos de todo? No vinimos a jugar a la copa y contar cuentitos de terror al lado del fuego. Va a pensar que sos una pendeja que no pasó de los 15 años y no sabe lo que quiere.-

-Gracias- le dije- sos una excelente amiga…- mientras me alejaba del árbol.

-no, no te ofendas- me dijo abrazándome desde atrás y hablándome al oído, con mi cabello en su cara- te digo esto porque de verdad quiero que estés con él. Se llevan bien, es un cago de risa y es uno de los mejores amigos de Tomás, no metas la pata Mili-

Me di vuelta, tiré mi cigarrillo y dije- voy a pensarlo.- y PAF le pegué una cachetada, haciéndola escupir cerveza.

Me preguntó- ¿eso es por decir que pareces puta?- y mi respuesta fue- en realidad había un mosquito en tu mejilla y aproveché.

-¡Hey! ¡Chicas! Vengan- Nos gritó Tomás desde dentro.

Ya dentro, acomodamos nuestras cosas y decidimos quien iría a qué habitación.

Damián me dijo, más o menos a las 8 de la noche- che, ¿queres pasear en el auto?-

Le miré muy tímidamente y respondí- no sé…-

Pero entonces él me sonrió y dijo- ¿“No Sé”? jajaj, dale, vamos.- y cedí.

Anduvimos en el auto por un tiempo  muy breve, ni siquiera le pregunté a dónde íbamos, no me salía el habla, estaba pensando en mi conversación con mi amiga.

De repente dijo- ahí- y estacionó en frente de un cementerio muy pequeño en la mitad de la nada.

-¿qué haces?- Le pregunté mientras se bajaba.

-Vení, no tengas miedo- me dijo él. Y me bajé del vehículo.

Allí, de pie frente a todas las tumbas, puso su brazo detrás de mí.

-¿crees que alguno de ellos se sacuda en el cajón?- dijo mirando fijo al suelo.

-¿por qué me trajiste acá?- Le pregunté.

-Para jugar a la copa y contar historias de terror- respondió con una sonrisa irónica.

Me subió un escalofrío hasta el cuello, creyendo que escuchó mi conversación con Ciara, pero luego noté que era imposible. No podía haber escuchado, estábamos muy apartados de la casa y ellos en el living.

-jajaj, no sé por qué te traje acá.- me dijo inflando el pecho, dándome palmadas en la espalda, y su otra mano apoyada en su cintura- la verdad yo quería venir acá a hacerme esa pregunta y… te ofrecí venir.-

-de verdad me espanta un poco la idea, preferiría que volviéramos- le dije, y aceptó sin problemas.

Mientras volvíamos, a muy baja velocidad, pude tomarme unos segundos para pensar, sentí como si todos los sonidos se alejasen por un momento, solo podía escuchar a Ciara diciéndome aquellas cosas… mientras volteé a mirar a Damián, quien miraba muy atento la ruta, en la oscura noche.

De repente, pisó el freno a fondo y mi cabeza fue directo hacia la guantera. El golpe me dolió mucho, hasta llegué a pegar un grito.

Lo miré y dije a gritos- ¡¿qué te pasa?! – y esperé que se disculpara, pero ni me miraba, sus ojos estaban atentos hacia adelante y su frente llena de arrugas.

Volteé a mirar hacia adelante, frente al auto, iluminado por los faroles estaba un hombre con su dentadura expuesta, masticando lo que posiblemente eran sus propios labio y mejillas.




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