25/10/12

Cuento de Terror: Paulina


Esta historia me llamó mucho la atención, porque tomó lugar en Goya, Corrientes, Argentina. No muy lejos de donde vivo

Se trataba de un día muy triste.

La madre de Paulina Ortiz, había muerto hacía dos noches. Su fallecimiento, según la conclusión de unos médicos, había sido por una sobredosis de pastillas. Sus hijas la encontraron a la mañana siguiente, el cuerpo desplomado, en un pasillo. Sospechan que se estaba yendo al baño cuando sufrió su muerte.

En el velorio, obviamente, estaban todos muy tristes, con la mirada hacia abajo mientras el sacerdote dedicaba unas palabras tanto a esta difunta mujer como a los familiares y amigos presentes.

Estaba nublado, se oían a lo lejos unos truenos, que a la noche tendrían su lugar en una suave lluvia. El marido de esta mujer no podía levantar la mirada hacia los ojos de nadie, estaba destrozado.

Paulina, una chica de 17 años, seguía pensando en algo, que no comentó a nadie.
 Su madre, unos días antes, le preguntó- “vos también lo ves?” – y ella le había dicho-“ que cosa?”- pero la madre sonrió y contestó-“no, nada”

En un momento, mientras todos se tomaban un minuto de silencio. Esta chica levantó la mirada, y se volteó, pudo ver a alguien a lo lejos, junto a una tumba, bajo la sombra de un árbol… de pié, mirándola.

No podía ver sus ojos, no podía ver su rostro, era solo una figura, una sobra, de hombros anchos, que según se podía juzgar, según ella sentía en su espina dorsal…estaba mirando hacia ella, y sabía que Paulina lo estaba mirando también.

Esa noche, su padre abrazó a ambas, Paulina, y su hermana mayor, Jazmin, de 21 años y les pidió que intentasen dormir bien, que al dia siguiente irían a una misa dedicada a su recién fallecida madre.

Paulina, mas allá de su tristeza, tenia el pavor que le había dejado esa persona en el cementerio. No estaba en otro velorio, no había otro velorio ese día, entonces, que hacia ahí esa persona?

Antes de irse a dormir, se dirijo hasta el baño, para lavarse los dientes.

Constantemente, con la cabeza muy cargada.

Luego de enjuagarse la boca, levantó la mirada, y por el espejo vio, en el fondo del pasillo, a alguien e pie junto a la puerta de la habitación de su padre.

Gritó instantáneamente y se volteó, y respirando muy fuerte. Notó que no había nadie allí.

Su padre salió corriendo a acudir a ella. Así que Paulina tuvo que explicarle, que posiblemente estaba paranoica por un día muy pesado.

Su padre la entendió completamente, y le dijo que se relajara, que todo iba a ir mejorando, las cosas se iban a acomodar por si solas.

Y así, Paulina se fue  dormir un poco agitada.
Se despertó, más o menos alrededor de las 2 de la mañana, con un persistente escalofrió, un trueno muy fuerte.

Y por los tristes recuerdos, ya no podía volver a dormir. Se quedo dando vueltas en la cama, sin conseguir conciliar su sueño.

En un momento, recostada en su lado izquierdo, la asustó el vibrar de su celular, por un mensaje de texto. Y al encenderse la luz de la pantalla del mismo, iluminando un poco la habitación, hizo que Paulina descubriese algo horrible.

En la esquina opuesta de la habitación, había alguien.

De pie, observándola dormir.

Respiraba por la boca, muy asustada, quería llorar. Pero pensaba, que si emitía algún ruido, este ser, la iba a atacar.

Primero pensó que era una persona, pero en los 4 segundos que lo observó, hasta que se apago la escasa luz, pudo ver que su forma difería un poco de la humana.

Entonces empezó a sentir la misma sensación que en el cementerio, sentía que esa cosa la observaba, y no solo eso, sino que sabía que ella lo había visto.

Comenzó a escuchar pasos, y se asustó a aun más, ella insistía en querer hacerse la dormida.

Los pasos eran continuos, pero no iban hacia ella, parecían estar en toda la habitación, como un golpe en las paredes.

Como ella no había apretado un solo botón para leer el mensaje de texto, éste automáticamente volvió a avisar, encendiendo su luz.

Y ella, con mucho miedo, volvió a mirar.

No estaba. No había nada en la esquina.

Había sido entonces todo una broma que le jugó su imaginación?

Entonces, más tranquila, con la mente un poco mas pacifica, cerró los ojos y se puso boca arriba, intentando dormir.

Pasaron un par de minutos hasta que su celular volvió a hacer lo mismo, y ella se molestó, a la vez se sintió un poco tonta por no haber leído el mensaje en el segundo aviso.

Abrió los ojos y desde el techo de la habitación, venia bajando por la pared, como un aracnoides humano, una figura con extremidades delgadas y largas, sin boca y con un pequeño cráneo.

Paulina gritó desaforadamente y salió corriendo a la habitación de su padre, mientras su hermana también acudió al fuerte sonido de los llantos.

Ella le contaba esta historia a todo el mundo, la mandaron al psicólogo por unos meses, pero al cabo de medio año, de decir que seguía viendo a esta figura, y decir que quería arrancarse los ojos, se suicidó, dejando una nota, que decía con la caligrafía de Paulina:

Seguramente esto es lo que quiere, pero prefiero darle el gusto y dejar de sufrir

Y en el reverso de la página, con unas letras muy diferentes, es decir, escrito por alguien más, decía:

“Aguantó más que su madre”

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