25/10/12

Dead Outbreak: El Vecino (DIA 1)


Buenas Lector.
Hoy te traigo la ultima historia a publicar en este mes de octubre, la cual consta de 5 partes por ser muy larga.

Primero que nada, si queres leer bien comodo, tenes la musica perfecta para hacerlo en este link

Desde ya, gracias por leer, espero disfruten de la primera parte de la que considero yo, mi mejor historia.




Me desperté con la luz del sol entrando por la ventana. Lo cual no necesariamente significaba que fuera temprano. 

Mi departamento tiene un simple defecto, el cual consiste en que su única ventana, la misma que me da salida al balcón, es golpeada por la luz del sol durante toda la tarde.

Lo cual ahora me lleva a la conclusión de que han de ser mas o menos las 4:00 PM.

La deducción no requiere mucho pensar. Simplemente me memoricé qué muebles dentro del departamento marcan qué hora en relación a la linea que separa la sombra de la luz solar.

Me llamo Javier, tengo 23 años y soy de la ciudad de Resistencia, Chaco.

Me mudé para Corrientes a un departamento pequeño cerca del campus. Supuestamente vine a estudiar mecánica dental, pero terminé enganchando un laburo más simple. 

Un tipo me alcanza unos kilos de sustancias estupefacientes y las albergo en casa, cuando alguien necesita hacer una extracción, solo tiene que venir y pedirme “SAL”.

El complejo de viviendas es muy simple, pero muy lindo, diseñado a la antigua. Desde arriba solo vas a ver un cuadrado hueco, tiene un patio cuadrilátero en el medio, un muy buen lugar para fumarse un pucho mientras te tomas una birra, pero al poder ver el cielo desde allí, los de la planta baja, son los que más lo disfrutan.

Los demás, al salir por nuestras puertas delanteras solo tenemos pasillos húmedos entre paredes frontales y no barandal, sino una media pared de cemento que nos separa de la larga caída. 

Las escaleras constan de dos partes para subir de piso. No hay ascensor y hay una escalera de emergencias para salir por detrás.

Por el momento la dueña de los departamentos no sospecha de nada, 
respecto a mi oficio en la venta de… SAL. O al menos eso creo. Después de lo que pasó en este edificio, nadie sabe qué pensar.

Después de despertarme fui hasta  la planta baja, tres pisos hacia abajo desde mi lugar, hasta donde está la mina con la que... no sé definirlo. Hacemos muchas cosas. Algunas de novios, otras de amigos, otras de quién sabe qué.

Ella también había salido de la cama hace no mucho, por lo que pude ver por la ventana.

- KNOOCK KNOOOCK- grité junto a su puerta. Ella, siguiéndome el juego me dijo:- ¿es tarde para que me entregue algo señor lechero?-

Sí. Eramos bastante vulgares.

–Yo diría que temprano-  respondí.

Abrió la puerta riéndose y saltó sobre mí, quedando colgada de mi cuello.

¿Como estas?- me dijo en el oído. No usando su voz sino solo el aire de sus pulmones. Agradable. Lasciva.

Si todas me saludasen así, creo que estaría feliz todo el tiempo-

Mientras observaba sus piernas, ella abría la heladera y sacaba las cosas para que armemos nuestro desayuno.

Mentira, si la hermana de Maru viene y te saluda así… primero, te rompe la espalda y segundo, terminas vomitando- 

Reteniendo carcajadas contesté–Qué crueldad che, pobrecita la hermana de Mariela-

Y continué diciendoAdemás, ¿que sabes vos si me gustan gorditas también?-  mientras cerraba la puerta. 

Ella, sosteniendo un pan con la boca, ya teniendo ambas manos ocupadas me dijoNo me cierres la puerta-  se sentó, libero sus manos y boca y prosiguióNo sé, yo no tengo salvavidas y al parecer te gusto bastante, digo ¿no? Porque por ahí abajo...-

La miré riéndome y con vergüenza y dije:Es que me pones contento-

Mili le dicen…- me dijo mientras comía.

¿Qué?- pregunté confundido

Mili…me preguntaste como se llamaba la hermana de Mariela, y te contesté "Mili"-

-¿Pero cómo Mili? Ese no es un nombre-

- Que se yo, es una gorda de mierda- dijo sin asco ni resguardo.

Woow ¿que necesidad tenes de ser así? ¿Te hizo algo?- dije, defendiendo un poco a la pobre ausente.

El otro día se sentó donde yo me iba a sentar en el colectivo- me contestó ella.

La miré levantando una ceja y dijeSos insoportable- ella solo siguió comiendo su pan con mermelada y me guiñó un ojo.

Mientras desayunábamos, vimos que entró un hombre muy alto, de cabello muy corto, con gel, y unos lentes de sol puestos, estaba hablando con la dueña del edificio y ambos estaban rodeados de valijas cuadradas y con ruedas.

Elisa dijo"Nuevo vecinito"- con una sonrisa de lado.

Con la boca llena dije¿Veshhinitoff?- tragué la comida y proseguí–Pensé que así me decías a mí nomas-  

Así le llamo a un vecino cuando está bueno.-

Cómo me vas a decir eso en la cara... zorra- 

Ella, levantando los hombros y después de morderse el costado del labio inferior dijoPor algo no me meto en cosas serias. Y es "Señora Zorra" para vos-

Estando abiertas la ventana y la puerta de donde estábamos, se nos acercó la casera.

Chicos, que bueno que los encuentro, miren, justo a vos Javier, un hombre grande y forzudo-

Yo con cara de desgano la miré fijo:

Quiere que le ayude con sus valijas ¿no?- 

No son mías, son de él- dijo apuntando al nuevo muchacho. El cual se volteo justo en ese momento. 

Parecía estar poniéndose unas gotas en los ojos.

Se dio vuelta de golpe, nuevamente, cuando notó que estábamos hablando de él pero volvió a bajarse sus espejados lentes de sol.

Me pasó la mano y con un acento brasilero muy pronunciado y dijo: Hola, mucho gusto- yo educadamente respondí.

¿Qué tal? mucho gusto, yo soy Javier ¿Tu nombre es...?-

David- contestó con, otra vez, su inmejorable acento.

Me llamó la atención lo frías que estaban sus manos, para una época tan templada, supuse que había venido en un auto con aire acondicionado. 

Tomé dos de las seis maletas que se hallaban junto a nosotros.

¿Para donde queda tu depto?- 

La casera me dijo- Ay nene, no le hables así de rápido y con esas terminologías tuyas- seguido deÉl se muda al tercero “E”, al lado tuyo.


Aah buenísimo, vamos- dije mientras pensaba las mil y un formas de insultarlo dentro de mi mente.

Tan bien que había estado sin ningún ruido.

Llegué hasta ahí arriba, y mientras él abría su nuevo hogar le dije:Voy a buscar las otras dos valijas – y me respondió desentendido, quizas por la velocidad con la que había hablado.

¿Qué? – 

Yo simplemente contesté- Nada nada, deja nomas – y baje a buscarlas, cuando se las alcancé noté algo

Che esto es muy liviano para que haya ropa… ¿qué trajiste? ¿Helio?- y esperé una carcajada que nunca llegó.

Me dijoGracias por la ayuda- y cerró la puerta.

Fui hasta abajo a terminar con mi desayuno y hablar pavadas con Elisa. 

Lo primero que me dijo fue¿De que color son sus ojos?- 


Yo, por total desconocimiento de la respuesta le dijeNo sé ni si tiene ojos, no se sacó los lentes en ningún momento.

Y así pasé el resto del corto día con ella, mientras se mandaba sus figuraciones de cómo habría de ser el nuevo vecino en la cama.

–Para mí que es gay- dije varias veces. Hasta que logré una respuesta.

Enojada decidió contestarme¿Si? ¿Por qué crees que es GAY?- preguntó irónica, asumo que pensando que se trataba de celos de mi parte.

Yo, muy decidido le expliqué¿"Pelito corto y parado con gel"? Está compensando... él quiere algo parado y duro. Encima esos lentes espejados de "putaso", es re obvio que es gay-

Ella se acomodó en el sofá y dijo–Eso me parece una pavada, no podes saber si alguien es gay solo por el pelo-

¿Y como haces?- pregunté- ¿Donde se le nota?-

Y…- suspiró apasionadaEn los ojos, y vos todavía no se los viste-dijo frustrada. 

Yo reí y le dije al borde de la risaPss en el ojete se nota si alguien es Gay- 


–Sí- dijo ella viéndome de mala formaDespués te cuento.-

Para la noche, después de una sesión de "masajes", fui subiendo las escaleras, revoleando mis llaves, y cuando estuve por pasar frente a la puerta de David, escuché el sonido de un objeto de vidrio cayendo al piso y haciéndose pedazos, seguido por un "¡¡¡puta MERDA!!!"

Traté de no reírme y silenciosamente husmeé por el orificio de la cerradura.

Podía ver a la heladera muy de cerca, de costado, estaba abierta. Era la única luz además de la de la luna, que entraba por el balcón ya que no había cortinas puestas

Él sacaba un tubo de ensayo y cuidadosamente, con una jeringa extraía un poco de su contenido.

Me llamó la atención algo en las repisas de la puerta de su heladera, estaban llenas de, lo que al parecer eran pequeños  frascos de gotas para los ojos.

Entonces cerró el refrigerador y se fue en dirección hacia el baño. Y eso pude saberlo porque los departamentos de ese edificio eran todos iguales en lo que a estructura respecta.

Me puse a observar también algo, había una botella de suero y un paño humedecido al parecer con esto, en una mesita de luz junto a la cama.

Al intentar levantarme golpeé la nariz contra el picaporte y por pérdida del equilibrio me caí hacia atrás, y mis llaves al suelo, entre mis piernas. Lo cual causó algo de ruido.

Con la luz de la luna que pasaba por debajo de su puerta, pude ver exactamente donde estaba mi llave.

La levanté y me paré para entrar a mi departamento.

Por simple curiosidad volví a mirar en la cerradura. Pero no veía nada esta vez, solo unos colores grises y blancos, con algunos brillos al costado, y una textura viscosa, parecía una esfera.

Al pararme nuevamente, vi hacia abajo, y las dos sombras que yacían interrumpiendo la luz que pasaba bajo la puerta me decían que David estaba de pie, del otro lado de ésta.

El picaporte empezó a girar. 

Aún me dolía la nariz por el golpe. Por ente tenía los ojos achinados.

Logré abrir la puerta de mi departamento, a solo centímetros de la suya y justo salió él.

Por la poca luz, no alcancé a ver su rostro, solo algunos reflejos en sus pómulos y frente, al parecer estaban mojados.

Me preguntó¿Todo bien?- 

Si, bastante, ¿vos?-

Tenía mucha curiosidad por ver sus ojos, pero me era imposible.

Con un poco de fiebre- me contestó.

Yo simplemente le puse la mano en el cuello y le dije:Ponete unos paños fríos en la frente nomas,  así vas a ir bajándole, si para mañana no estás mejor te muestro como llegar a la farmacia- 

Dale, gracias- dijo y permaneció inmobil.

No se movió hasta que cerré la puerta. Proceso que pareció ser eterno, pues miré dijo a la sombra entre sus pómulos y cejas durante cada fracción de segundo entre el rechinar de las bisagras y el sonido de la cerradura indicando que ya me enocntraba a salvo.

Fui hasta la cama con una sensación rara en la nuca. Como si ahora él me mirase a través de la cerradura.

Esa noche me costó mucho dormir, ya que me la pasé imaginando qué fue lo que vi a través de la cerradura.

Y de ser sus ojos, cómo se vería sin los lentes.


No tenía fiebre, su cuello estaba mucho más frío que mis manos.


Click acá para seguir leyendo

No hay comentarios: