14/10/13

Dead Outbreak: Supervivencia (parte 4)

Perdí la noción del tiempo hace mucho. Tengo tantas pesadillas que a veces, cuando algo malo me pasa, no sé si estaré despierto, a veces incluso pienso en rendirme y dejar que me muerdan para ver si salgo de la pesadilla.

Pero de no ser así, volvería a sufrir lo que pasó aquella vez.

No sé hace cuanto fue, pero recuerdo muy bien como…

Chorreaba sangre por mi antebrazo, y por mi oreja, no tenia control de lo que hacía, sentía muy bien los olores, mi sangre me quemaba y sentía que el viento me raspaba.

Me dirigía hacia un hombre con un rifle. Junto a otro, que usaba lentes y estaba muy bien vestido.

Pude ver su desesperación al notar que no tenía más municiones. Y el hombre bien vestido lo convenció, de que yo era inofensivo.

Pusieron un pequeño muñón de madera entre mis mandíbulas para que no pueda atracarlos y me inmovilizaron.

Fueron largos días, durante los cuales mantenían mi cuerpo alimentado con sueros y mis ojos cerrados con un par de telas adhesivas.

Mis órganos se mantuvieron irrigados por sangre gracias a una maquina de bombeo inventada por aquel hombre, que era un doctor, y parecía entender muy bien lo que me ocurría parecía haber intentado esto antes.

Oyendo sus conversaciones entendí que estaban cambiando mi sangre.

Cuando me pusieron un corazón, solo fue cuestión de horas que me pudiese volver a mover.

Era algo increíble, abrir los ojos y volver a sentir la vida corriendo por mis venas.

Ya no sufría de esos extraños dolores…y sí, me faltaba mi mano izquierda.

Habían cortado mi cabello para que no estorbase y fuese más fácil higienizarme. Le di las gracias y me convertí prácticamente propiedad de ese hospital y de las autoridades de la ciudad de Resistencia-Chaco.

Me presentaron a quien hoy es mi mejor amigo, Javier, quien estuvo en contacto con el causante de toda esta catástrofe.

El hombre que me trajo de vuelta a la vida fue asesinado por unos policías, por ciertas razones…

Si él divulgaba la posibilidad de un tratamiento, seria aun más difícil tratar con los infectados. Pero no sirvió de mucho, aun así, el gobierno prohíbe el asesinato de estas personas.

Mi amigo y yo nos escapamos, porque yo podía dar fe de la existencia de un tratamiento y de que en cierto modo, esas personas, están vivas y conscientes de lo que pasa.

Planeábamos ir al Sur, donde creemos que ha de estar más limpio… pero en la ciudad de Buenos Aires… nos topamos con un inconveniente.

Después de gastar las 6 balas que tenía en mi arma, cargando con la pesada mochila y después de haber corrido en círculos por un buen rato, estaba escondido tras un auto, mirando como aproximadamente 20 de estos suicidas rodeaban el kiosco de una pequeña estación de servicio. Lo cual me hacía pensar que tenía que ser allí donde mi compañero decidió esconderse.

Desde que salimos de Chaco cargábamos con unos comunicadores de radio, pero lamentablemente casi nunca teníamos oportunidad de cargar las baterías. Esperaba que el suyo funcionase todavía.

Al principio no respondía, hice sonar su alarma un par de veces, pero no había caso. De todas formas, entre los espacios que había en esta multitud hambrienta, veía movimiento por allí.

Escuché el agudo grito de una mujer y pude ver una mano levantando el martillo que Javi siempre llevaba, el mismo que fue causante de toda esta locura. Al ver que el antebrazo que la sostenía, tenía cinta adhesiva plateada al igual que yo, supe que era mi amigo quien estaba allí dentro. Así que volví a hacer sonar la alarma del comunicador, y obtuve una respuesta

- Tranqui, tranqui, estaba ocupado la puta madre-

-Bien! Mierda, seguís vivo carajo- dije muy emocionado.

- ¿Como estas de municiones?- me preguntó

- Mal- fue mi respuesta- ¿y vos?- pregunté.

-tengo 3 balas en una pistola reglamentaria y acabo de matar al único que parecía ser un soldado potencial. Solo me queda un necrófilo, encerrado en el baño, un tipo que me cae mal y su mujer e hija de menos de un año.-

-okay … decile al tipo que todo va a salir bien, ya tengo una idea-respondi.

Curioso y emocionado dijo- uh, buenas noticias, en pleno negociamiento afloje uno de los vidrios y la grieta está creciendo.-

-okay, mirá hacia la puerta de enfrente, veo un toldo a tu izquierda y arriba de un auto, en el techo de donde están ustedes hay un par de tubos y cajas… tiene que haber una escalera al techo.-

Por unos segundos no dijeron nada, y me asusté, pregunté-Javi?- y no respondió.

De nuevo- Javi estas ahí?-

-si, si, estaba preguntando a nuestro Romeo si hay una escalera, dijo que sí. Cuál es tu idea?- dijo Javier.

Entonces expliqué- van a ir al techo, crear una distracción del otro lado mientras que ustedes se tiran sobre el toldo, resbalan al techo del auto y se bajan corriendo.- y otra vez hubo un silencio incomodo en los comunicadores…


Mientras oia que se avecinaba una de las molestas lluvias de Buenos Aires.

-Hay un problema che-dijo ahora, incomodándome bastante.

-Decime-

-La hija de mi buen amigo…es una bebé-

-entonces la distracción tiene que ser buena…eso me queres decir?-

-si, uno de ellos va a correr lento- respondió.

-Okay, ¿me dijiste que tenes un necrófilo?-pregunté yo

-así es- contestó.-

Y entonces me di a entender fácilmente:- Dale lo que quiere…-

La verdad nunca me parece bueno matar a un no infectado…pero los principios de algunas personas pensantes…te hacen desear que ojala ellos estuviesen bajo la infección. Así sus pensamientos enfermos y lejos de lo que consideramos sano o ético permanecerían en su mente…y no los manifestaría.

El último necrófilo que conocimos fue en el sur de corrientes, en “Esquina”.

Era jardinero en una iglesia, y una de las monjas se había enfermado, él la cuidaba…o se suponía que eso debía hacer.

Nos daba alojo en la habitación donde guardaba sus herramientas, un día lo encontramos efectuando su asquerosidad…

Usamos unas tijeras para arbustos para cortarle los genitales.

Cosimos la herida y lo dejamos vivo. Me pregunto cuánto tardó en suicidarse.

Volviendo a la situación en la estación, luego de un rato los vi en el techo. Y aparte de los gruñidos de las bestias ahora oía gotas de lluvia en el elevado techo, por encima de nuestras cabezas.

Pude ver a mi amigo, con un cigarrillo encendido en la boca, apuntando con el arma a un hombre un poco gordo, que estaba llorando. Lo llevo hasta el borde contrario de donde se encontraba el toldo y desde ahí lo obligó a gritar.

Todos los infectados fueron hacia allí, despejando la zona por donde debían bajar.

De una patada lo lanzo sobre la multitud caníbal y corrieron todos a descender…pero no seria suficiente, no todos los caminantes estarían distraídos…

Así que corrí velozmente, tome una de las mangueras y dibujé una línea de combustible entre la multitud y el auto allí detenido. Y Grité- FUEGO!-

Javier saltó, resbaló por el toldo, cayó sobre el auto y desde allí me tiro su cigarrillo, al cual puse instantáneamente en el suelo mojado con nafta.

La pareja y su bebé bajaron y Javi y yo corrimos…pero no oíamos a la pareja detrás nuestro.

Ambos volteamos y los vimos marcharse en el Auto que se encontraba allí estacionado.

Pudiendo ayudarnos, nos habían dejado atrás, a nuestra suerte.

Creí que estábamos corriendo sin dirección hasta que mi amigo, estirándome del hombro me dijo-por acá- y doblamos una esquina.

Estos infectados eran bastante recientes, asi que algunos aun podían caminar bastante rápido, era difícil hacer que pierdan nuestro rastro.

Usando una llave, Javi nos metió en un edificio.

Le pregunté:- de donde sacaste eso?- mientras él sonreía y nos llevó a un departamento en un tercer piso.

-Taraaan!- dijo cuando entramos y mi cara de confusión lo decía todo.

-  ¿que te parece lo que nos conseguí?- preguntó mientras yo me sentaba en un cómodo sofá- ¿y esto?-pregunte yo.

Un pibe ahí dentro empezó  sentirse mal…nos pusimos a hablar y me dijo que si salíamos podría pasar la noche acá, antes de seguir viajando.-

Estaba sorprendido, y a la vez con dudas, así que pregunté- se transformó?-

-El tipo del auto no me dejó matar al pibe antes de que cambiase…así que “causa consecuencia” mordió a su mujer…-

-Vos sabias que el auto era suyo?-pregunté a Javi.

-Si, era obvio, son viajeros igual que nosotros, no tenían acento porteño.-

Escuché un ruido venir del baño… alguien había tirado la cadena. Javi también lo notó, y me preguntó- Mono… estás listo para el quilombo?- a lo que respondí- La puta madre…-


Y salió una chica vistiendo un pijama, con unos auriculares puestos.

13/10/13

Dead Outbreak: Supervivencia (Parte 3)

Esta historia es continuacion de PARTE 2



-No, no, qué insinuas?-decía yo, defendiendo a mi amigo-  Fe…Felipe no es ningún… ningun violador, él.. él nunca…-

- esa chica fue consciente de todo lo que él hizo, ¿sabes? Y aun en este momento está sufriendo… vení conmigo pibe-

Poniendo su mano en mi espalda me llevó allí atrás con empujones.

Al entrar a la habitación, vi a la chica, amarrada de manos, con un bozal y una correa puesta, estaba desnuda, muy pálida y de su cuello para abajo manchada de sangre.

Mis piernas se rindieron y caí al suelo, tosí un par de veces, me cubría la boca y mis ojos lagrimeaban, sentía como si fuese a regurgitar un trago fuerte.

-¿cuándo empezó esto? ¿Cuando fue que las personas se convirtieron en esto?- pregunté entre arcadas.
El muchacho miraba a la mujer con mucha lástima, agarrándose los labios con el índice y el pulgar, mientras su otra muñeca reposaba en su cadera.

- la tiene desde ayer, esa sangre está seca y sus ojos bastante destruidos.- exclamó.

 Dándome el martillo me dijo- terminá con su sufrimiento pibe, ella ahora mismo nos está escuchando-

-eh? No, su corazón no late, está muerta, como puede…?- decía yo cuando él me interrumpió con

- te dije ya, un amigo fue una de estas cosas…y recuerda todo. Esta chica está sufriendo, hacele el favor-

-¡¿por qué yo?!- grité con fuerza. Su respuesta fue- porque en algún momento tenés que empezar…y cuanto antes, mejor, creeme.-

Y justo mientras se asomaba Nico por la puerta, levanté el martillo lo más alto posible y lo azoté contra el cráneo unas cuatro veces, hasta que vi que los únicos movimientos parecían convulsiones. El cuerpo tembló un par de segundos y quedó inmóvil. La sangre aun salía de su boca.

Volteé a ver y allí estaba Nicolas con la mano tapando su boca, recostado por una pared, temblando. El extraño puso su mano en mi espalda, la golpeo dos veces y dijo- tranquilo pibe, hiciste algo bueno.-

Nico respondió- ¿eso le decis? ¿Eso le decis después de que le aplastó el cráneo a una mujer inocente?-

El muchacho volvió a tomar el martillo que me había dado y con una mirada amenazante respondió- me parece que no entendés bien qué es lo que pasa-

Paranoico y lleno de asco mientras miraba al cuerpo desplomado, con los hombros encogidos y temblando dijo- si, entiendo muy bien lo que pasa… estas personas están enfermas, y vos… es, es ilegal que…-

El joven lo tomó del cuello, mientras que yo no sabía qué hacer, le dijo- dije que iba a matar a quien sea que aparente poner mi vida en peligro…y algo me dice que no estoy cumpliendo con mi palabra.-

Lo soltó y volvimos todos a la habitación de adelante. El bebé se había dormido de nuevo, y la madre miraba a sus alrededores.

Yo me fui hasta las heladeras y saqué una botella de agua. La abrí, metí un trago y pregunté en voz alta- Alguien tiene sed?- Y el pibe me miró muy serio y asustado.

 Me preguntó- cuando fue embotellado eso?- y yo confundido…sin cuestionarlo me fijé, respondí

- hace como 4 meses, ¿por qué?-

Él más relajado se acercó y dijo- dale, dame un trago, me muero de sed- y tomó la botella.

Mientras tanto, Nico caminó por detrás de él hacia las heladeras y tomó una botella de vino…parecía fingir leer la etiqueta mientras caminaba hacia nosotros.

GOLPEÓ al EXTRAÑO en la cabeza de tal forma que rompió la botella, y éste se tambaleó un poco. Mientras yo sorprendido di unos pasos hacia atrás hasta caer.

El joven padre tomó ventaja de la ocasión y quitó el arma del fuego del bolsillo del Muchacho. Y él al darse cuenta de esto, fue con una corrida mareada entre sillas y mesas al otro extremo de la habitación, mientras que Nico, malsosteniendo el arma lo apuntaba y gritaba- “QUIETO!!!! ¡QUIETO AHÍ HIJO DE PUTA!!!”-

Y se detuvo con la espalda contra el vidrio, respirando profundamente y soltando quejidos por el gran golpe.

-No puedo creer que no te desmayaste- gritó Nico, sonriendo, sintiéndose con mucha confianza.

 Y desde el otro lado de la habitación, mientras a milímetros de vidrio lo miraban apetitosamente los monstruos, dijo el muchacho-te tengo justo donde te quiero, hijo de perra-, entre cortas carcajadas.

A lo que el bien armado padre respondió con risas, seguido de- Vas a frenar la bala con el martillo? Eh? IMBECIL!- y siguió riendo. Tanto su mujer como yo, mirábamos atentos.

-No, no, no, no tenes idea del peligro que corremos todos con vos sosteniendo esa arma…-

-¿Por qué preguntaste cuando fue embotellada el agua? ¿Qué sabes que nosotros no?? EH!!!???-

-okay, okay, tranquilo… -dijo el muchacho, respirando más tranquilo y apretando los párpados del dolor- tuve un vecino…un mutante de mierda, caníbal. Digamos que lo dejé bastante hecho mierda antes de despedirnos… tres días después lo encontraron flotando en el rio-

Y Nico con el arma en alto dijo- dale, dale, al grano pendejo, no tengo tiempo- y el muchacho sonriendo dijo ahora-un amigo mío, policía, dijo que un medico fue a denunciar un acto terrorista… efectuado por ese cadáver.-

Y todos muy atentos oíamos…algo que nunca se había escuchado ni en la radio ni en la televisión.

-Ese médico, cardiólogo, encontró a mi vecino malherido, escapando de la policía…y lo mantuvo consciente y con vida por dos días, experimentando con él… -

Mi corazón latía cada vez más rápido escuchando la narración
-…él le insistía tanto en que lo lleve a Chaco, que el Doctor accedió. Quería vengarse de un tal Javier, quería matarme a mí.-

-así que ese es tu nombre- dijo Nico- Exacto-respondió él y continuó- ante la desesperación de no saber cómo encontrarme, mientras cruzaban el puente, le hizo una pregunta a su Científico loco, la cual fue “por qué nunca tomabas del mismo vaso de agua que yo?” y el médico respondió “podría sufrir de las mismas patologías”. Y así, el hijo de puta se bajo del auto y se tiró del puente… con la finalidad de algún día hacerme pasar por lo mismo que él. Ese mismo medico curó a mi amigo, el que está viniendo para acá, antes de que lo mandasen a matar, claro-

-Así que esto es en realidad tu culpa… ¿eso me queres decir?- decía enojadísimo Nicolás.

Cuando Javier respondió- ya fue, dame el arma.-pero Nico sonriendo y a la vez asustado dijo- ¿vos no entendés que acá es donde vos morís? Yo mando mientras tenga esto en la mano-

Pero con toda la razón del mundo, Javi insistió-no sabes ni agarrar esa arma, estas lejos, vas a errar el tiro y vas a romper el vidrio, todos acá vamos a morir por tu culpa. ¿Eso queres para tu mujer a hija?-

Me puse a pensarlo y…incluso si acertaba el tiro había posibilidades de que la bala siguiese de largo y rompiese el vidrio, así que dije instantáneamente- Nico… él tiene razón.-

- okay…okay, entonces voy a ir hasta allá y te voy a meter la bala por el culo-

Pero ni bien dio dos pasos, sonriendo Javi levantó el martillo y dijo- no vas a dar un paso más si amas a tu hija… que pasa si se me cae esto sobre el cristal???-

-No creo que seas tan estúpido- dijo el padre… asustado, tembloroso.

Pero el extraño respondió- no tenes idea de lo estúpido que soy.-

El padre dio un paso hacia adelante y Javier soltó un muy sonoro martillazo en el cristal, quebrándolo un poco.

El padre soltó accidentalmente un disparo hacia el techo y espantado dijo- Paráaaa pará tomá el arma.- y se la lanzó desde lejos.

Y Javier, muy Sonriente, guardando el martillo dijo-sos un buen padre, pero deberías de tener más cuidado con las decisiones que tomas.-


Yo empezaba a sentirme extraño, me picaban los ojos y sentía mucho calor… a diferencia de mi hermana, siempre fui de tomar mucha agua de la canilla… y pensé- Mierda… ¿estaré infectado?-

12/10/13

Dead Outbreak: Supervivencia (parte 2)

esta historia es continuacion de Dead Outbreak Supervivencia Parte 1



Felipe corrió hacia él gritando-HIJO DE PUTA! ERA MI AMIGO!!!-mientras que todos mirábamos como espectadores de la situación. No entendíamos bien, todo era demasiado rápido.

La mujer y el bebé lloraban y el padre del mismo intentaba tapar oídos y ojos de su esposa.

El extraño asesino esquivó el golpe de mi amigo agachándose y rápidamente golpeándolo con el codo en su costado, por debajo de las costillas. Y éste cayó al suelo.

Quien seguía allí de pie, sabiendo que lo mirábamos con odio y miedo se agachó, mientras que su caído oponente lo insultaba entre quejidos de dolor, tomó el arma del cinturón del policía y dijo

- voy a revisar los baños, no hagan nada que les pueda costar caro.- Y Se fue en dirección a éstos.

Dejándonos el cadáver del policía allí desplomado, y los garabatos hechos con sangre en el piso…

El joven padre de familia se levantó de su silla, dijo algo corto en el oído a su mujer y se acercó a mí, diciendo- vení, vamos a levantarlo- refiriéndose a mi amigo Felix.

Mi respuesta fue solo, asentar con la cabeza.

Lo ayudamos a ponerse de pié y lo llevamos a las sillas, con la mujer y el bebé.

El hombre me dijo- Nicolás Danno, mucho gustó, ella es mi mujer, Lina y mi hija, Luz- mientas me pasaba la mano.

Mi respuesta Fue- Ma…Ma-Manuel Rios…-

Instantáneamente exclamó muy serio- Decime… qué vamos a hacer con éste enfermo?- refiriéndose al joven asesino.

Puse la mano en la frente, no sabía qué decir, miré a nuestro alrededor, mas allá del cristal, solo veía personas con la cara desvanecida, mirándonos como si fuésemos la mesa de un “tenedor libre”…

Pero noté algo… todos estaban muy bien vestidos. Ninguno de ellos tenía una sola lastimadura… y dije- mirá…están muy formales como para …como para…-

Nico me interrumpió-como para estar muertos?-

Pero le respondí- no,no, es que, no veo ningún signo de que estén muertos, a parte de la forma en la que se mueven, generalmente tienen algún corte en algún lado, o están transpirados… o sus ojos muy irritados, o al menos eso vi en internet-

Felipe, abandonando ya sus quejidos volteó a ver lo mismo que nosotros y dijo- por qué todos tienen un crucifijo colgando de la muñeca… digo Rosarios…-

La voz del asesino que estaba con nosotros hizo que volteáramos a verlo

- Fue un suicidio en masa-

Lina(la esposa de Nico) confundida dijo- como? De…de donde trajiste a esta gente?-

Caminó hasta la cantina de allí dentro, tomó un encendedor de los que estaban en venta, se sentó en el suelo, con mucha flojera y dijo- bah…acá vamos de nuevo-


Me apuntó con el arma diciendo- Sacáte un Pucho para vos y tirame la caja- y eso fue exactamente lo que hice, con mis manos temblando.

Feli dijo- no pueden fumar acá, es una estación de servicio- y el extraño le respondió levantándole el dedo del medio y levantando una ceja…lo cual en cierto modo, debo admitir que fue cómico.


Inició con su Narración:- vengo desde el Nordeste, como les dije. Vi de cerca cosas…increíbles en este último tiempo. Intentaron matarme, se buscaron que los mate… algo que yo, un muchacho alguna vez civilizado, creí que nunca haría-

Se acomodó hacia adelante mientras encendía su cigarrillo y al hacerlo nos miró, lo quitó de su boca y dijo:

-me hice de un amigo, un tipo, digamos, con muchas bolas, y mucha suerte. Se cortó la mano para sobrevivir, y aun así, se terminó transformando. Pero, para su suerte…-

Nico lo interrumpió con un grito- YA FUE! DECINOS DE DONDE VINIERON ESTOS…-

EL MUCHACHO SOLTÓ UN DISPARO HACIA LAS HELADERAS destrozando muchas botellas y gritó aun más fuerte:

- Te…CALLAS!!!-

Y mientras que todos nos mirábamos del gran susto, y mientras todas esas miradas desvanecidas allí fuera nos observaban y babeaban rojo, por morderse a sí mismos, siguió:

- Para su suerte un médico muy especial estaba buscando algún infectado para probar algo…una cura, bah, más bien un tratamiento… y buscó donde estaba este pibe.-

-y…lo lograron?-dije sorprendido. Mientras sentía una sensación extraña en el estómago y parpadeaba cada dos segundos, como si mis ojos se secaran, era extraño, supuse que era el terror de la situación.

-Sí- dijo él- consistió en conseguirle un nuevo corazón y hacerle un cambio total de sangre…llevó mucho tiempo. Pero lo más sorprendente…- Y lo que dijo allí fue algo que nos dejó boquiabiertos- es que él recuerda como se sentía estar infectado… su cerebro estaba funcionando, pero no controlaba su cuerpo. Sentía el dolor, sentía el hambre y la sed, y como se secaban las mucosas de sus ojos.

Tiró la ceniza excedente de su pucho y siguió diciendo- Este muchacho y yo nos propusimos llegar al sur, donde dicen que es seguro. Así que empezamos a movernos con aventones, o sea, a dedo, en la ruta. En Entre Rios, dimos con un colectivo de un grupo religioso…nos invitaron a su misa acá y…resultó ser un suicidio en masa, todos tomaron agua envenenada.-

Felipe exclamó- y por qué ustedes siguen vivos? Son inmunes al virus???-

El muchacho se rió por unos segundos y ya tirando su cigarrillo al charco causado por las botellas que rompió dijo-mi amigo y yo no participamos en misas… nos limitamos a esperar afuera. Para cuando quisimos ver por qué no salían…empezaron a corrernos estos bichos.-

-Que pasó con él?- pregunté.- murió?

La respuesta fue- por eso les conté su historia, lo van a conocer en un rato, le dije que nos viéramos en la estación de servicio más cercana, va a ser él quien nos saque de acá. Puede que no sea un tipo duro, pero sus ideas para zafar son interesantes.-

- Bah, un pendejo con una mano…ni la policía puede, tu amigo siquiera conoce Buenos Aires?- preguntó asustado Nicolás.

El muchacho se paró y dijo, cambiando la expresión en el rostro- como lo llamaste?-

Nico respondió-dijiste que le falta una mano, como nos va a ayudar ese…?-

El pibe retiró el cargador del arma, la conocía como la hubiese usado antes, la sostenía como si la hubiese usado antes. Contó cuantas balas quedaban (moviendo sus labios en silencio) y levantando la mirada dijo-ese bebé es tuyo,¿ verdad?-

Y todos empezamos a decir, asustadísimos- no, no, pará, qué vas a hacer? Pará loco- pero él volvió a gritar- es TUYO?!- y Nicolás temblando decía:

- s-si, si, pero por favor, no serás tan cobarde como para meterte con…- fue interrumpido por el muchacho, el cual insistió- no te creo. Vos, piba… es de él o de alguno de sus amigos????-

Mientras Lina temblaba y asentaba con la cabeza, volvió a gritar el aterrador extraño- SI QUÉ??!!-

- sí, sí, es de él, es de él!!!- contesto la pobre mujer mientras lloraba.

El extraño acomodó el arma en el bolsillo de su pantalón y se acercó a la cantina, tomando algunas golosinas y mientras miraba hacia abajo exclamó- nunca hables así de la persona que salvó mi vida.-

Hubo unos segundos por los que ninguno de nosotros abrió la boca siquiera…

-Pensabas matar a mi hija porque ofendí a alguien? De… de verdad estas tan enfermo?- dijo el asustado padre, mientras Lina intentaba hacerle gestos de que se callase, agarrándolo del hombro y decía- mi amor, pará, sentate, no le hables.-

Miraba hacia todos lados y no podía ver más allá de los infectados del otro lado del cristal, pero ellos seguían muy bien cada uno de nuestros movimientos. Con mucha duda pregunté- por qué no apagamos las luces?  Capaz ven a alguien pasar por afuera y se distraen.-

Mientras el muchacho comía sus golosinas, me miró, sonrió y levantó ambas cejas- buen espíritu de supervivencia pibe, que se caguen los demás- me dijo.

 Después se acercó más y ahora más serio se dirijo a mí con:

- primero que nada, sé lo que se siente que te hagan eso, y segundo, estos bichos no pueden parpadear, por eso prefieren andar de noche. Las luces destrozan sus ojos. Mientras peor sea su visión mejor.- y al terminar, volvió a las golosinas.

Una vez que se sintió satisfecho, pegó un salto sobre la barra del kiosco allí. Feli le dijo

- ¿qué haces?- y el muchacho respondió- hace un rato ya que estoy pensando en que tendríamos que movernos para la habitación de atrás. Y me pareció escuchar un ruido.- mientras con la lengua se sacaba restos de golosinas de la muela.

Mi amigo, con su rostro expresando muchos nervios intentó detener al extraño- no, no vayas, es una amiga, está ahí emm… está, está…-

Cuando Lina interrumpió- dijiste que estabas solo- y el extraño muchacho miró muy fijo a todos, y por último a Feli, como si supiese ya de qué se trataba… y pronunció muy decidido

- voy a entrar, no dejes que este tipo me frene, o le meto una bala en la frente a cada uno.

Se mandó a las habitaciones de atrás, tuvimos que frenar a Phillip, ya que intentó seguirlo, y gritaba- no, nooo!, por favor, dejala, por favor! No le hagas nada! dejala!.- y lloraba, rojo como un tomate.

Al cabo de un minuto más o menos, el pibe salió, con una gran expresión de enojo en el rostro, la piel de su rostro casi purpura, y a la vez expresando asco. En su mano tenía un manojo de llaves.

Apuntó a mi amigo y dijo fuerte- vos, paráte, y andá para allá- haciendo un gesto con su cabeza, en dirección a los baños. Se veía furioso, se marcaban las venas de su cuello y al costado de la cabeza.

Mientras Felipe caminaba lentamente llorando, el muchacho con el arma en alto preguntó- ¿cuál de estas es la llave del de hombres?- y Feli dijo- la del dibujo de una herradura.

Respondió luego éste- entrá ahí- y lo encerró.

Podíamos oírlo llorar a gritos y decir- No la mates! POR FAVOR, DECIME QUE NO LA VAS A MATAR!!!-

El extraño joven se acercó a nosotros, que estábamos donde las mesas allí, se sentó en una, con mucha cara de preocupación, mientras se nos mezclaban los sonidos de los infectados y a la vez de los gritos de Phillip.

Preguntó Lina- ¿que pasa? ¿Quien está ahí?- y me dijo él a mí- ¿vos, lo conoces no?-

Respondí moviendo la cabeza, e instantáneamente me preguntó- no sabes si a él le gustaba una compañera de trabajo?- y volví a asentar la cabeza, seguido de- una cajera de acá, pero que pasa?-


Se puso de pié, caminó un poco y dándonos la espalda, con la mano en la frente dijo- está ahí atrás, desnuda, atada, tiene un bozal puesto y un… y un tajo en la garganta. -


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10/10/13

Dead Outbreak: Supervivencia (parte1)


sigue en pie el mes de halloween




Disfrutad




La ciudad de Buenos Aires de volvió un caos en los últimos meses.

Hacía ya unos días se habían armado barricadas alrededor de la ciudad de Corrientes, pero fueron inútiles.

Ya no hay necesidad de ser mordido. Algunas personas, simplemente se transforman luego de sufrir fiebre y dificultades motoras.

Se puede caminar por las calles y ver que levantan cadáveres con sus cráneos hechos pedazos. Está estrictamente prohibido para menores de 18 años salir  después de las 6 de la tarde. Y después de las 8, nadie se hace responsable de lo que te pueda pasar.

La mayoría de las personas llenan sus casas de mercadería y se está haciendo muy difícil conseguir alimentos de bajo precio. Los dueños de los mercados están tomando ventaja de la situación, vendiendo bozales y correas para humanos, también esposas y armas, de forma clandestina, por supuesto.

Así como los delincuentes, que se hacen pasar por infectados para evitar ser llevados a la cárcel. Mientras tanto, el gobierno y sus leyes, prohíben a los policías asesinar a estas personas de extraño comportamiento, ya que la ley los juzgará como a homicidas si son denunciados por los familiares de la víctima.

Las noticias día a día dan falsos avisos sobre avances en busca de una cura o de un gas que sea derramado sobre las ciudades para frenar con la maligna epidemia. Y es obvio ver que son falsas. Porque nunca tenemos a alguien hablándonos de forma seria al respecto.

Entonces, todo permanece como si estuviésemos en guerra con la naturaleza. Al menos que tengamos armas, y algo que cubra nuestros rostros de las cámaras en la vía pública, tenemos que permanecer encerrados. Con constantes cortes de luz. Y si alguno en el cuadro familiar padece de algún resfrío, tenemos que atarlo de manos y pies, y ponerle un bozal. 

Muchos recurren a usar correas.

Si un familiar tuyo es infectado, lo conveniente es sacarle los dientes antes de que inicie con su extraña metamorfosis, de lo contrario, si no puede comerse a alguien, terminará devorando sus propios miembros o de no poder hacerlo, sus propios labios.

Alimentarlo es inútil. Terminará vomitando y día a día se desnutrirá. Se comportara como una bestia, y seguirá en movimiento hasta que la putrefacción de su propio cuerpo se lo impida.

En la televisión, los programas dan avisos de cómo sobrevivir, también hay programas en los que enseñan a parar la hemorragia, otros en los que enseñan a armar antídotos con hierbas naturales y por internet, nos encontramos con de todo.

YouTube se está llenando de videos de personas que advierten sobre el apocalipsis, también hay videos de algunas personas en Malvinas, diciendo que es seguro ir allí. Pero cualquier cosa "seria" relacionada con el tema es instantáneamente eliminado. Por lo que alrededor del mundo, se rumorea que es solo una Conspiración mediática.

Pero no engañan a nadie, tengo amigos en el exterior. Y ellos han de saber que algo raro ocurre.

Aún así, resulta imposible comunicarse, nuestro acceso en la red es muy limitado.

Bienvenidos lectores… a Dead Outbreak: Supervivencia

Mi nombre es Manuel Ríos, y tengo una historia bastante interesante qué contar.

Vivo en la ciudad de Buenos Aires hace ya dos años, estudio ingeniería mecánica y digamos que tan mal no me va.

Hace casi un año, mi hermana se mudó a vivir conmigo y claro, tuvimos que imponer reglas. Quien cocina, quien lava los platos y lo más importante, quién compra los cigarrillos.

Como me pasé el día estudiando y ella hizo todo lo demás, la difícil tarea de salir del departamento me tocó a mí.

Me dirigía hacia la estación de servicio más cercana, de forma urgente, porque ya había oscurecido, y resultaba muy peligroso.

Al entrar vi que allí había un matrimonio, bastante joven, y tenían a una bebé de más o menos 9 o 10 meses durmiendo, tapada con una frazadita.

Le grité al que atiende la cantina:¡Phillip! ¿Cómo va todo?-

Tardó un poco en salir de la puerta de detrás del mostrador, venia abrochándose los pantalones, lo que me hizo suponer que tenían un baño de empleados ahí atrás. Muy extraño, existiendo uno para clientes tan cerca del mostrador.

Enojado me dijo:FE-LI-PE, no Phillip.-

Le respondí con una sonrisa- ¡jajaj desde la otra vez quedaste perseguido! te estoy pidiendo una caja de puchos. Unos Phillip-

¿Convertibles?

Se, compartimos con mi hermana, vamos disminuyendo el número de cajas por día- Dije sacando la billetera de mi bolsillo.

Mientras me los daba me aconsejó-Esto te está por matar pibe, ¿por qué no haces como yo y aflojas? Me siento mucho mejor desde entonces- exclamó Phillip, aconsejándome.

-Sí, sí, gracias abuelo- le dije mientras me reía.

Después volví a hablarle, a la vez que buscaba la cantidad exacta de billetes y monedas para pagar:
Hey ¿y tu compañerita de trabajo? La de la linda cola…-

Apretó los labios y miró hacia la pareja, los cuales me habían escuchado e intentaban retener sus risas o apuntar para otro lado.

-Si yo no te avisaba ni te ibas a dar cuenta que tenía cola- me respondió entre susurros.

-Y por eso vas a ir al cielo Phillip- le dije sonriendo, seguido de- en serio, ¿por qué no vino? Le asusta el turno de noche por eso de los… los enfermos?-

-No, no, creo que se enfermó- dijo poniendo su mano derecha en la nuca.

-Seguro porque le contaste uno de tus chistes- dije mientras le pagaba la caja de cigarrillos.

Levanté la mano en forma de despedida, y lo veía mientras me iba. Y al mirar hacia adelante me choqué con un muchacho que estaba entrando, traía la capucha de su abrigo puesta.

-Perdón- dije y le di lugar para que pasara.

Levantó la mirada, tenía unas ojeras enormes. Como si no hubiese dormido en días.

Dijo a quien atiende ahí dentro- Cerrá esta puerta, poné un candado y apagá las luces-

Y éste respondió- ¿Eh? ¿Qué te pasa?- pero el muchacho muy enojado y asustado a la vez gritó:
–Estoy escapándome de un grupo enorme, hacélo si no querés que todos acá mueran.-

Instantáneamente Felipe tomó las llaves y comenzó a trancar las puertas de adelante. El matrimonio con el bebé miraban muy asustados y preguntaron:
- ¿no hay nadie ahí afuera? ¿Alguien que pueda entrar antes de que cierres?-

Phillip respondió- no, de noche es autoservicio acá, no tenemos empleados ahí, y el guardia está en el baño.-

Apenas cerró la puerta, apagó el televisor allí y las luces, tanto dentro, como fuera de la estación.

Todos estaban muy asustados e intentando digerir la repentina situación, ya que ocurría más rápido de lo que podíamos entender.

Se empezaron a oír muchas pisadas. Cada vez eran mas y mas, y se acercaban a las paredes de vidrio.

El muchacho de la capucha, arrastrándose, fue hacia las heladeras. Y sacó un vino de caja.

Entre murmureos, Felipe le dijo- ¡PSST! ¿qué haces?- y el joven abrió la caja y empezó a mojarnos a todos con su contenido. Nosotros no nos movíamos ni nos quejábamos para no hacer ruido.

Cuando fue a tirarle vino a la pareja y al bebé, el hombre reaccionó, y tomó al muchacho del cuello de su abrigo.

Él les dijo- el olor, hay que despistarlos, hágame caso- y entonces lo hicieron.

Vimos como los infectados empezaron a moverse en distintas direcciones y a alejarse de allí.

Esto era más que un alivio. Pero al verter el vino sobre su cabeza, el bebé se había despertado, y comenzó a llorar.

El chico tiró con fuerza la caja al piso y dijo fuerte:- Mierda!! Ya fue, encendé nomas las luces.-

-Y vos ¿quien sos?- le dijo muy curioso el padre de la criatura, que lloraba sin parar mientras su madre intentaba consolarlo.

-Mientras menos sepamos uno del otro, todo va a estar mejor, ok?- respondió el pibe, pero yo  insistí, a medida que Felipe volvía a encender las luces y los pobres infectados se acercaban a los vidrios que nos rodeaban:- no, no, vos ¿quién mierda sos? Y ¿por qué trajiste a todos estos para acá?-

Oímos unos golpeteos en el baño, parecía ser una cabeza contra la puerta.

Todos nos miramos, especulando que el guardia había cambiado a lo peor posible.

Muy exaltado, respirando fuerte, nos miró, uno por uno, y después se sacó su abrigo.

El extraño era delgado, parecía no haber estado comiendo bien, podía contar sus costillas. Pero aun así, tenia bien marcado cada uno de sus músculos, y muchas cicatrices. Parecían arañones, algunas de éstas tenían suturas, atención médica de muy mala calidad.

Sus antebrazos estaban totalmente envueltos en cinta adhesiva industrial plateada, supongo que para evitar mordidas. Tenía el cabello largo, hasta la mitad de la cara, al parecer se lo había cortado él mismo.

Dijo- vengo del nordeste, hace un mes que estoy viajando…- mi amigo lo interrumpió con- y ¿eso qué mierda nos importa? ¿Por qué nos metiste en esto?-

Y volvimos a oír golpes en la puerta del baño, mientras que las bestias que nos rodeaban hacían cada vez más ruido con sus gruñidos y con sus manos golpeando lo que nos separaba de ellos.

Pero el muchacho dijo enfurecido- Les importa, porque vengo sobreviviendo mucho más de lo ustedes podrían, como saben esto empezó por allá arriba, pasé mucho más de lo que ustedes se pueden imaginar.-

Entonces me acerqué mucho y dije- ¿nos vas a decir quién mierda sos? Hijo de puta- y él sacó del bolsillo de sus anchos pantalones un martillo que tenía la cabeza envuelta en un paño.

Lo descubrió, fue a caminata rápida hacia la puerta del baño, la abrió y comenzó a golpear sin cesar la cabeza del guardia.

Ni siquiera tuvimos tiempo de ver si estaba transformado o no, pero él lo hizo, no le preocupaba mucho estar matando a alguien en vano. Todo esto mientras la mujer allí presente miraba hacia otro lado e intentaba callar a la criatura desesperadamente.

Se volteó, como si fuese en cámara lenta, mirándonos de forma amenazante y diciendo-  no tengo miedo en destrozar el cráneo a cualquiera de ustedes que siquiera muestre signos de poner en peligro mi vida.-


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9/10/13

Dead Outbreak: El vecino 2 (parte final)

Bienvenidos a la parte Final.

Fue un placer entretenerlos, dentro de poco subo el episodio siguiente
Dead Outbreak: Supervivencia



Dead Outbreak: El vecino 2 (parte final)

Solo la luz de la luna entraba por la ventana a nuestras espaldas. Ambas estábamos atentas a los golpes que azotaban con fuerza la puerta de la habitación.

-La sabana!- dijo mi amiga- Agarrá aquel lado- gritó y mientras yo tomé uno de los extremos, ella el otro.

Comenzó a torcerla, haciendo que quede algo así como una gruesa y consistente cuerda. Mientras lo hacía hasta más no poder dijo: escuchame… tengo que confiar en vos…-

La miré asustadísima, temblando y con las manos tensas, y moví la cabeza en forma de confirmación.

-cuando entre, vamos a ponerle esto en la boca a Tomy, y vamos a salir corriendo por la puerta de adelan..-

No pudo terminar la frase antes de que la muy abaratada puerta se abrió y ambas con desesperación intentamos efectuar el primitivo plan.

Pero no era algo tan fácil. Alcanzamos a colocar el manto alrededor de su cuello.

Tomé ambos extremos, luego de, de un codazo en la cara, empujar a mi amiga.

Con el seño fruncido, abundantes arrugas en la frente y usando todas mis fuerzas comencé a ahorcarlo.

Podía oír los quejidos, pero no dejaba de moverse. Era inútil.

-HIJA DE PUTA! DEJALO!!- gritó la chica al lado mío tirándome al suelo, con sus manos en mi cuello y escupiendo sangre por el golpe que le había dado.

Con todas sus fuerzas empezó a estrangularme… con tan poca iluminación ya veía mal, pero aun así mi visión se iba tornando borrosa. Oía los sonidos más de lejos. Mi propia amiga estaba matándome.

¿Así era como terminaba? Teniendo una casa rodeada de personas que querían mi carne, ¿iba a morir asfixiada?

Alcancé a ver una sombra detrás suyo, sobre su hombro derecho, alcancé a oír un grito y sentí caer un líquido sobre mi mejilla izquierda, su sangre.

Tomás estaba alimentándose bestialmente del cuello de su novia. Ésta me soltó y con fuertes y tristes gemidos de dolor, casi sin respirar tomaba del cabello a su muchacho, diciéndole- soltame…
por favor, por favor mi amor…-

Vi el refejo de la escasa luz en sus diminutas lágrimas deslizarse por su rostro.

Al quitármelos lentamente de encima y levantarme sentí detrás mío la mesada y la lacena, sobre ésta había un enorme cuchillo, y guiándome por las sombras y sonidos allí tomé del cabello al caníbal allí arrodillado en el suelo e inserté con fuerza el cuchillo, por detrás de la oreja, directo a su cerebro.

Dejó de moverse, se desplomó allí nada más.

Como podía ver algunos espasmos musculares en el cuerpo de mi amiga, como ataques de epilepsia, saqué con dificultad el cuchillo.

Los sonidos y la sensación que esto provocó me hicieron tener unas arcadas. Y al sentir los olores allí presentes vomité un poco de la cena en el suelo.

Fueron unos segundos de silencio, hasta que casi me infarto con el sonido de una de las ventanas rompiéndose y una de las criaturas de allí afuera intentando entrar.

Estando prácticamente sola, con muchísima dificultad y sin soltar mi afilada arma, puse la mesa de madera barata en vertical y la apoyé contra esa pared, haciendo presión para que no entraran.

Dejé de sentir que estuviesen haciendo esfuerzo alguno, así que me alejé y me paré en el medio del Living Comedor, donde la mesa se encontraba hacia unos segundos.

La ventana detrás de mi también se rompió. Al voltear vi a dos criaturas casi en sus huesos intentar entrar. La mesa del lado opuesto fue empujada y allí se aceraba una más de estas cosas.

Mi cuerpo giraba hacia un lado y hacia el otro.

Por las aberturas hacia el exterior de las habitaciones también estaban ingresando, podía orillos, sin contar los golpes en la puerta de enfrente.

Me rendí, y caí de rodillas cuando…

Noté un sonido hueco debajo de mí (lugar donde se hallaba la mesa antes) había unos tablones flojos.

De no ser por tener el cuchillo a mano, no habría podido retirar la madera suelta. Usé el filo como palanca, para remover dos rectángulos y meterme en la extraña cripta que había debajo de éstas.

Pero antes, con algo de inteligencia, y a mucha velocidad busqué el teléfono celular en su función de linterna.

Ya era tarde. No tenía tiempo de volver a colocar los tablones. Tenía a demasiados intentando atacarme.

Entré y vi un pasillo muy mal hecho, tan delgado como mi tórax en algunas secciones.

Tocando las paredes, llorando y tosiendo como reacción a la peste que los cadáveres detrás mío destilaban, caminé por un túnel, que parecía no tener fin.

No sabía dónde iba, o si iba hacia algún lado. Pero esto parecía haber sido construido muy recientemente. De vez en cuando veía unas maderas que al parecer servían de soporte para que no derrumbase. No estaban ni siquiera astilladas ni humedecidas.

Debía caminar de costado en algunas partes, solo oía mis pasos y de vez en cuando un gruñido demasiado cerca y ya lejos de lo que el aparato podía iluminar.

Al moverme más rápido de lo apropiado, por sentir pasos detrás de mí constantemente y mirar demasiado hacia atrás di mi cara contra una superficie plana, de chapa.

Y en desesperación encontré un picaporte. Lo usé, entré a donde quiera que eso fuere y volví a cerrar la puerta.

Respiraba incontroladamente y lloraba… pero intenté hacerlo más en silencio al ver a mi alrededor.

Era un sótano, húmedo y asqueroso. Las paredes eran de azulejos que estaban en horribles condiciones. Parecía un hospital abandonado. Instrumentos médicos, algunos oxidados y en el medio de este cuadrado, una camilla. Junto a una maquina de bombeo, muy similar a una respiradora artificial, pero más sofisticada, conectada a muchos frascos grandes con nombres de proteínas y de vitaminas.

Caminando muy lentamente, y con duda de si era buena idea, me dirige hacia las escaleras.

Sentía constantes sensaciones de Deja Vu respecto a esto y mi sueño. De verdad era muy similar.

Allí arriba estaba, una casa muy lujosa.

Al cruzar por la puerta vi a un hombre, sentado frente a un telescopio, en su ventana, tomando notas de lo que observaba.

Me acerqué  a él, con intenciones de matarlo. Su piso hacia mucho ruido, y me llamó la atención que no notase mi presencia.
Al poner accidentalmente mi pie bajo una alfombra tropecé y fui directo al suelo, cayendo junto a su silla.
De un salto se levantó gritando-¿¡QUE!? ¿¡QUE HACES VOS ACÁ!?-
Y desde el suelo, balanceé mi filoso puñal y alcancé a rozar su tendón por encima del talón.

Gritó de dolor y cayó al suelo. Con el rostro lleno de terror y sufrimiento miró hacia mi arma, la cual ya tenía sangre coagulada, más específicamente la de Tomás y allí rió a gritos.Pero a la vez que se quejaba sosteniendo su pierna.

Me puse de pie, viéndolo extrañada. El hombre gritaba- AAH! Impresionante, ni toda la policía puede agarrarme. Les hago creer que me matan…y una nena, UNA NENA me mata! Aaah !!-

Oí la puerta de chapa del sótano, por la cual yo había ingresado, romperse. Y dejándolo ahí, a su suerte. Me marché por la de adelante, recordando que podría intentar escapar en el auto.

No podía pensar en ninguno de mis amigos. Mis ojos estaban abiertos, redondos como dos bolas de billar.

Mientras atravesaba el amplio terreno hasta cruzar la ruta y llegar al auto, tenía solo imágenes, de cuando estábamos, hacia un par de horas, riéndonos.

Pude escuchar al asqueroso científico gritar desde su casa, con toda la definición de “como si lo estuviesen comiendo vivo” gritando “no me pueden matar, soy inmortal”

No había un solo monstruo allí fuera. Por lo que más tranquila, pero aun traumada, me dirigí al auto, muy segura.

Un par de gruñidos me hicieron voltear a ver. Algo estaba intentando salir por una ventana… Ciara, o lo que alguna vez fue.

Me metí en el vehículo, lo encendí y encaminé de vuelta a casa. No sabía exactamente el camino, planeaba detenerme en la primera comisaría, de ser posible.

Nunca había pisado el acelerador de tal forma, la velocidad aumentaba y aumentaba y no me preocupaba en lo más mínimo.

Fueron unos segundos después del arranque, hasta que pude ver a lo lejos la comisaria, pero a la vez, por el retrovisor vi una figura levantarse. Dentro del auto, en el asiento de atrás.

Sin pensarlo me puse el cinturón y de un volantazo di de lleno contra el primer poste que pude.

El cuerpo de allí atrás salió despegado y su cráneo se destrozó contra lo que el vehículo se había estrellado.

El dolor en mi cuello y pecho eran impresionantes. Pero no me impedirían caminar unos metros más hasta la policía.

Los nervios, la adrenalina, mis traumas, el golpe, todos juntos fueron causantes de algo muy extraño que empecé a sentir. Percibía un terror aun más grande que el que había estado sintiendo dentro de aquella casa.

Ya salía el sol, y sentía que mi visión se ponía borrosa al ritmo y tempo de los latidos de mi corazón

Con cada latido, la imagen se distorsionaba. Pero volvía a la normalidad. Y con esta secuencia pude ver bien lo que pasaba, de lo que era responsable.

A parte del cuerpo, sobre el capot, un poco más cerca del parabrisas roto había algo que llamó mi atención. Un par de auriculares…

Damian, Damian había salido de la casa con sus auriculares y su teléfono. Solo se había ido a dormir al auto.


Fin

Dead Outbreak: El Vecino 2 (parte 4)

Esta historia es la continuación de la 3ra parte. Click para leerla

Disfruten la penultima Parte de El vecino 2





El Vecino 2: (parte 4)



Llegó a pellizcar mi labio inferior con sus dientes, pero no causó ninguna herida, logré correrme hacia atrás a tiempo. Y lo empujé con toda mi fuerza. Haciendo que caiga frente al horno.

Me quedé parada, respirando exaltada y mirándolo, esperando a ver si volvía a levantarse.

Levanté la mirada hacia mi derecha, en la puerta de la habitación estaba de pié… su novia. Mirándome muy enojada.

-ah… eso no me sabia de vos- dijo- decime, ¿con vos alguna vez tuvo ese problema?-

- ¿qué?- pregunté.- Ciara, qué fue lo que viste? Me parece que te equivocas.-

-ahora confirmo… las minas que fuman sí son putas- dijo mientras caminaba hacia mí.

Mientras yo negaba sus acusaciones me tomó del cabello. Mientras gritaba y miraba el cuerpo inmóvil de mi amigo, ella me llevó forzada hasta afuera y me cerró la puerta.

La golpeé con todas mis fuerzas, con los costados de mis puños y un ataque de pánico indescriptible, pegando alaridos, como si me estuviesen comiendo viva y miraba a mis costados, teniendo solo la luz de la luna empañada por algunas nubes.

-¡Cissi! ¡Cissi, por favor abrime!- decía llorando desesperada, de forma opuesta a una claustrofóbica.

Y junto al árbol otra vez vi levantarse la tierra, pero esta vez no volvió a bajar, sino hasta que empezó a caerse del rostro de un cuerpo ya en estado de descomposición.

Podía ver movimiento y unos reflejos en donde debían estar sus ojos, pero lo más probable es que hayan sido gusanos, no sé, no quería saberlo.

Mis rodillas temblaban, me agarraba de los pelos y gritaba, gritaba como si fuese a romper mis cuerdas vocales.

Mientras la criatura se ponía de pié. Fui notando lo débil que era, lo lentos que eran sus movimientos, y comencé a pensar en que probablemente no sería tan difícil escaparme.

Volteé, para salir corriendo en dirección opuesta, pero aun así no le quitaba el ojo de encima al muerto levantándose.

Choqué contra alguien y me mantuve quieta contra su pecho por un segundo, pero lo sentí como si hubiese sido un largo rato.

En ese periodo corto de tiempo percibí un olor de lo más putrefacto.

Levanté la mirada y tenía a una de esas cosas, con el rostro cubierto de barro, y la carne de su rostro totalmente inflamada, a centímetros de mí.

Grité de forma desesperada Y retrocedí, segura de que era la misma persona que pasó junto a mi ventana.

Caminaba hacia atrás temblando como gelatina, me dolía la garganta, sufría de espasmos y a penas respiraba, cuando unas manos me agarraron desde atrás y me estiraron.

Era Ciara. Llevándome adentro.

Azoto la puerta y yo casi desmayándome me tire al suelo. Asfixiándome, arrodillada. Cuando volteé a ver a mi amiga. Su boca estaba sangrando.

Gateé de espaldas hacia atrás esperando lo peor y me dijo- no me mordió, calmate… sacándomelo de encima me di contra la mesa, me lastimé yo sola.-

- ¿Y él? ¿dónde está?- Pregunté con el pelo en la cara, mirando hacia mis costados asustada, con paranoia sobre mis hombros.

- en la pieza.- decía quitándose sangre de la pera.-pasé una sabana entre sus dientes e hice un nudo atrás de su cabeza… no nos va a lastimar.

-creo que él no es prioridad ahora. Vos viste lo que hay ahí afuera- dije mientras me ponía de pie.- No encuentro a Damian, no está acá adentro.-

-¿Y cómo llegaron esas cosas acá? Tenemos una comisaria de un lado y del otro un peaje, un pueblo de cada lado, ¡no tiene sentido que vengan a un lugar con tan poca gente! ¿Por qué tienen barro encima? - Gritó agarrándose la cabeza.

-El tipo de acá enfrente… los enterró alrededor de la casa- dije…dejándola con la boca abierta.

- ¿qué? ¿Qué sentido tiene? ¿Cómo podrías saber eso vos?-

- lo vi tirando…bueno, no sé, primero pensé que era agua, pero, lo que sea que haya tirado en el suelo hizo que esas personas se levantaran. Estaban enterradas. Las vi salir de debajo de la tierra.- Le decía haciendo gestos más que exagerados con las manos y agarrándome de los pelos de vez en cuando.

Me senté al lado de la bien iluminada mesa, con el foco muy bajo y noté que estaba haciendo un ruido extraño.

Se volvió cada vez más obvio y notable. Ambas estábamos mirándolo. Ella empezó a acercarse.

Se apagó.

Pudimos oír como el sonoro ventilador de la habitación se iba deteniendo.

Se oyó claramente una puerta abrirse y unos pasos, taloneos contra el suelo a nuestro alrededor. En el living, donde nosotras estábamos, un lugar con muy pocos muebles.

-Ciara… ese fue Tomy… decime que no…-

- no te preocupes, no puede hacernos nada. Su boca está tapada. Y todavía estaba un poco consiente, alcanzó a decir mi nombre.- decía, con su respiración cada vez más agitada.

Eso me hizo pensar, que nos tenía miedo. Iba a hacer lo posible por alejarse. Éramos capaces de matarlo con tal de evitar que nos mordiese. Aprovechaba el corte de luz (probablemente causado por nuestro vecino de enfrente) para huir, pero ¿hasta cuándo iba a seguir consciente?

La iluminación allí dentro consistía solo en la de la luna, que entraba delgada por las persianas, y como la habitación con la cama de dos plazas estaba abierta, podíamos ver a lo lejos un cuadrado casi del todo celeste.

A parte de las cabezas de esas cosas contra las paredes de la casa, oíamos pasos mal puestos uno delante del otro, dentro del mismo living.

Pero los pocos muebles, y las esquinas libres provocaban un eco que nos hacía imposible saber exactamente desde donde venían.

-Vamos hasta allá. Por favor- dijo la asustada chica que estaba allí conmigo.

-¿qué?-pregunté, sin entender a qué se refería.

-vamos hasta esa… esa luz, vamos a la pieza boluda, es más seguro, de verdad tengo miedo- pronunciaba espantada, con su voz temblorosa y un obvio nudo en la garganta.

-¡¡¡Dale corré!!!- dijo mientras salió a toda velocidad, corriendo en las puntas de sus pies.

Mientras la seguía, podía ver los espectros de luz ser cubiertos por las sobras de los caníbales resucitados que rodeaban la casa. Una imagen digna de cualquier pesadilla que pueda envolver acorralamiento al punto de que tortura imaginar las posibilidades.

Una vez en la habitación. Cerré la puerta y puse todo mi peso contra ésta.

Podíamos ver al menos la silueta de los objetos allí dentro. Ella tomó su celular y yo le dije- no hay señal acá, no sirve el celular.
Me miró mientras buscaba algo en el menú y dijo- de algo sirve- y activó una aplicación que ponía la pantalla en blanco, convirtiendo el aparato en, prácticamente, una linterna.

No podía creer que por una estupidez, podía ponerme tan contenta, el solo ver que ese aparato soltaba un haz de luz tan potente, me hizo sonreír y sentir una sensación de alivio, como si eso fuese a salvarnos.

Me senté en la cama suspirando y mirando hacia el suelo. Pensando que haríamos al salir de esta habitación, o si salir era la decisión acertada.

Cuando pasé la mano izquierda por mi frente, para quitarme algo de transpiración… y sentí que ésta estaba mas húmeda que mi propia cara. Froté mi pulgar con el índice y así era.

Ciara me iluminó con su teléfono y vimos que mi palma estaba completamente roja, y como supongo, también parte de mi rostro.

Me levanté de golpe y con asco empecé a limpiarme contra mi ropa, y sacudir ambas manos, reteniendo arcadas y tosiendo.

Ella iluminó donde yo había estado sentada, había litros de sangre, que suponemos habían sido vomitados por nuestro amigo, ya que en la esquina opuesta, estaba la sabana que suponía frenar sus mandíbulas.

Sentimos que ponía todo su peso al golpear la puerta, por ya no recordar cómo usar el picaporte.

Como había sufrido de la transformación recientemente, conservaba casi toda su fuerza.

Iluminamos las bisagras, e íbamos viendo como de a poco los baratos tornillos que las mantenían unidas a la pared se iban saliendo.

Mientras desesperadas pensábamos en qué deberíamos hacer.

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